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Ya no basta con rezar

Ya no basta con rezar

Sister Takle
Por : Sister Takle Monja, fanática de los deportes
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Es verdad que tácticamente el partido de La Paz no fue nada, menos aún los ingresos de Valdivia y Paredes. Demasiados carretes y años a cuesta para trotar en el altiplano. Ojo que esta selección ya se hace vieja y, como dije antes, no tiene hambre. Ya hablan de si mismos como generación dorada. Ya pasaron a la historia.


Los milagros se suceden unos a otros y la divina providencia parece no querer abandonar a la roja: todas las otras selecciones juegan para Chile. Menos Chile. Nuestro fútbol ya se resignó a sacar la calculadora y a pasar por la gruta de San Expedito a ver si cae el repechaje para llegar a Rusia. La cosa va mal, pero ya no basta con rezar. Hay que volver a jugar al fútbol con lo que se tiene. Incluido el entrenador.

Yo, la más pecadora que todas, como dijo Sor Juana Inés de la Cruz, he guardado obediente silencio sobre el tema hace meses. Mi bocota me trajo problemas luego de escribir unas columnitas en este mismo medio, donde hablaba de nuestra selección y su entrenador “Macanudo”, vislumbrando lo que sería este momento. Claro, para los que podemos mirar con la serenidad que nos da el señor, y no con la piñuflería de tanto comentario picante, el año pasado era ya obvio que veníamos con la pólvora mojada en el empuje que dio Bielsa. Yo quería seguir dándole como bombo al tema pero me llamó mi obispo y me dijo con voz meliflua pero conminatoria: ¡hermana, o cierra la boca o se saca el hábito! No era ninguna insinuación sino un dictamen, así que, obediente yo, me entregué a un voto de silencio de varios meses.

Pero estoy que reviento. No doy más y casi dispuesta a dejar los hábitos si no puedo empelotar lo que está pasando. No me malentiendan, no sacarme la ropa (Dios me pille confesada) sino ponerle pelota a lo que se está haciendo. Porque esta selección ya no juega futbol sino bridge. Ya son comentaristas de fútbol. Los jugadores ya no tienen hambre, sino que juegan a que no se les caiga la corona. Y sin cuerpo técnico para salir a buscar nuevos talentos, creo que no llegamos a Rusia.

Lo dije en mis columnas en este mismo diario durante todo el 2016, cuando me dejaban hablar. Todo indicaba un embudo que desembocaría en el momento actual. En mi columna Mambo 7 después del partido con México, en junio de 2016, momento de euforia, dije “A mí sí me inquieta Pizzi y su dedo meñique de monseñor, que parece un rasgo de blandura cuando celebra, habla o saluda, ¿se han fijado? Siempre un poco levantado, fino, que le resta energía a la mano y al ademán. Bueno, tonteras mías, pero yo, fémina al fin y al cabo, me fijo en cosas mínimas y luego me pongo supersticiosa aunque sea pecado, y me dan escalofríos”. Era evidente que no había liderazgo técnico, sino una buena cosecha de años anteriores. Porque la concentración de los jugadores para ese baile a los mexicanos fue pura aplicación personal. Nada más. Y cuando estaban arreglados los premios.

Antes en mi columna martes de resurrección, luego del triunfo de Chile frente a Venezuela en marzo de 2016, dije que el juego de la selección era preocupante y lo repetí en octubre del mismo año, después del partido con Ecuador en Quito que titule Estuuuuupido!!! Por las evidentes chambonadas de planificación que hicieron que Ecuador jugara a la pelota con nosotros. Y luego dale y dale, ¿para qué sigo?

De tal manera no lo digo por lo de ayer en La Paz. Lo digo fundamentalmente por el partido con Paraguay. Porque frente a lo de ayer, digo que lo natural es perder en Bolivia. Solo los cóndores revolotean a 4 mil metros de altura y cuando quieren volar igual necesitan una carrera y el vuelo se nota pesado al principio. Es que esa altura no es para practicar deporte alguno, excepto montañismo. Bolivia en La Paz siempre ha sido una variable de ajuste de la Federación Sudamericana de Fútbol para regular, sin que se note mucho, las tablas y la asignación de puntos, en su política mafiosa. A Argentina la han goleado de a seis en La Paz y Brasil pierde una y gana otra, así de parejo.

Es verdad que tácticamente el partido de La Paz no fue nada, menos aún los ingresos de Valdivia y Paredes. Demasiados carretes y años a cuesta para trotar en el altiplano. Ojo que esta selección ya se hace vieja y, como dije antes, no tiene hambre. Ya hablan de si mismos como generación dorada. Ya pasaron a la historia. Alguien me dijo que esta misma selección, la que perdió con Paraguay jugó su mejor partido hace dos meses frente a Alemania, campeones del mundo, en la Copa Confederaciones en Rusia: se le olvido un pequeño detalle, esa era la selección dos de Alemania, casi con puros jóvenes de recambio y 6 años en promedio más joven que la chilena.

Cuando esta selección aprenda a jugar sin Vidal , sin Sánchez y sin viejos como Paredes y Valdivia, y tenga un entrenador capaz de dejarlos fuera porque todavía están con “efectos de caña” , entonces hablemos de continuidad del trabajo. Por ahora estamos lo mismo que antes porque las leyes de los minerales disminuyen o se agotan, y hasta los hombres de hierro, se acaban: administrando el calendario y las glorias pasadas, que hacen más amargo el presente.

Ah, una última cosa. Por qué no están Schulz, Pinares, Suazo, o Lichnowsky todos de menos de 26 años aptos para una media cancha o defensa donde excepto Díaz, Medel, Pedro Pablo Hernández o el gato Silva, todos vienen a la baja? Por qué no se prueban Mora y Castillo en vez de Vargas y Sánchez?, por qué se supone que Sánchez es irreemplazable o Vidal, si vienen jugando muy mal? Por qué en La Paz no jugamos con dos líneas de cuatro igual como lo hizo Paraguay en Santiago? Por qué, por qué, por qué? Porque tenemos una selección sin apetito y un entrenador que solo levanta el dedo meñique.

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