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La meritocracia de los hermanos Chamorro: de Renca a la cima del mundo empresarial MERCADOS

La meritocracia de los hermanos Chamorro: de Renca a la cima del mundo empresarial

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Mario es el actual gerente general del Banco Internacional. Claudio es CFO de Parque Arauco. Ambos pasaron por colegios públicos. Mario por el Instituto Nacional y Claudio por el Darío Salas. En esta extensa entrevista, los Chamorro cuentan su historia. El rol de su padres, la influencia de sus profesores, las discriminaciones que enfrentaron y el papel clave de algunos de sus mentores, que hizo posible que llegaran donde están. Creen que las oportunidades están, pero que no todos los que vienen de abajo siempre las toman.


La desigualdad se tomó la agenda los últimos años y hay consenso, incluso entre los más acérrimos defensores del «modelo», que sin un desarrollo inclusivo será difícil llegar a ser un país desarrollado. Y para acortar las brechas, es clave que exista la meritocracia.

Ese fue el foco de este capítulo especial de La Mesa de El Mostrador Mercados. Los invitados fueron los hermanos Mario y Claudio Chamorro.

Mario es actualmente gerente general del Banco Internacional, parte del holding ILC que controla la CChC. Antes fue CEO de CorpBanca y paso un tiempo en la Superintendencia de Bancos.

Su hermano Claudio es el gerente de finanzas de Parque Arauco, parte del Grupo Said. También pasó por CorpBanca y es considerado uno de los ejecutivos más capaces e influyentes en la industria inmobiliaria y retail.

Los Chamorro son una excepción en Chile: vienen de Renca, pasaron por Cerro Navia y ahora se sientan a la mesa de igual a igual con la elite empresarial de Chile.

Mario es producto del Instituto Nacional. «Me cambió mucho mi vida, la apertura al conocimiento, la apertura a las opciones de vida, a las profesiones, el acceso a información que antes no tenía, sin duda que me
cambió completamente”, dice. De allí a la Facultad de Economía de la Universidad de Chile y, luego de unos años trabajando, un MBA en UCLA.

Claudio también pasó por un colegio público, pero empezó en uno subvencionado. Una de las escuelas Matte. “Tengo muy buenos recuerdos de mi paso por la ‘Escuela Matte’ (Presidente Alessandri) y luego pasé por un colegio completamente público (Darío Salas), donde yo creo que las cosas no se hacían tan bien”, cuenta.

A diferencia de Mario, el menor de los Chamorro (es 10 años menor) estudió su carrera en la Universidad Católica, pero también terminó siguiendo los pasos de su hermano mayor a la hora de hacer su MBA: UCLA.

En una extensa entrevista, los hermanos cuentan su historia. La influencia de sus padres, el colegio y los mentores.

“Mis papás no tuvieron educación superior, terminaron su educación en cursos nocturnos. Eran muy trabajadores, como familia nos veíamos poco. Pero veíamos en ellos mucha capacidad de trabajar, y eso es lo que nos llegó a la cabeza. Ahí aprendimos que, para ser buen alumno, si estudiabas 4 horas y no te resultaba, tenías que estudiar 8 horas. Y si no, 12 horas. La idea es involucrarse, más foco, más ganas”, relata Mario.

-¿Existe la meritocracia en Chile?
Claudio: “Si no existiera, yo no estaría donde estoy, porque yo no conocía a nadie. Nunca conocí a nadie para poder llegar a alguna parte”.

-¿Pero no son más bien ustedes una excepción a la regla?
Claudio: “Yo tengo ahí sentimiento encontrados. Uno conoce gente que ha tenido oportunidades y las ha tomado, así como conozco gente que ha tenido la oportunidad y no las ha tomado. Cuando hice el MBA en EE.UU., vi que la primera actividad, apenas llegaban, allá era comprar el pasaje de vuelta, o sea, empezaban a ver cuál era la primera oportunidad para volver a Chile. O sea, hay gente que quiere cumplir cosas, hacer checks y, como yo veo esto, es participar, tratar de hacer parte, trata de integrarse, incorporarse, y ahí siento que hay gente que trae cosas en la cabeza, cosas subliminales como que el mundo ha sido injusto conmigo, un poco de resentimiento”.

Mario: “Yo creo que se da la opción de la meritocracia, pero se tienen que dar varias cosas al mismo tiempo. Uno, es buscar la oportunidad. Si no te la dan en un lado, la buscarás en otra, pero siempre hay que buscar la oportunidad. Segundo, hay gente que está dispuesta a dar la oportunidad. Guillermo Larraín a mí me contrató en la Superintendencia de Bancos solamente viendo mi currículum y en un par de entrevistas, y se la jugaron, y después el propio Álvaro Saieh y Pablo González. Entonces hay gente que está dispuesta a dar la opción, pero hay gente que no la toma. Tal como dice Claudio, yo creo que hay una carga social, o un resentimiento, y les cuesta tomar la decisión y entregarse a las tareas que uno está haciendo”.

-¿Y por qué no hay más meritocratas en las 40 empresas del IPSA?
Mario: “Yo creo que está la situación que uno se tiende a achicar. Un ejemplo es el de Marcelo Awad, institutano, le pregunté qué tal son los ingenieros en minería que salieron del IN, y me dijo que son topísimos, pero ninguno sirve para gerente. Entonces creo que la educación enfatiza mucho en los aspectos duros y poco en los aspectos blandos, y yo creo que eso le falta al IN. He hecho charlas a alumnos de 4° medio, y está muy bien que sean buenos resolviendo problemas en física, química, matemática, pero hacen falta otras cosas, que es entenderse con la gente, pensar en abstracto, ser capaz de ponerse metas e ir mejorando, que son aspectos que tú ves como debilidades cuando tienes 15-16 años. A mis compañeros de colegio, espectaculares todos, pero han sido menos de lo que yo esperaba que fueran, y en parte creo que hay algo que te frena, y en mi caso creo que puede ser esta falta de habilidades blandas que no se desarrollan”.

Claudio: “Yo creo que la parte cultural es un buen punto de partida para las habilidades blandas, y uno de verdad nota la diferencia. Yo de verdad he contratado gente muy buena, gente que viene de Beauchef, pero que son incapaces de armar una reunión, de armar, de resolver temas que no son técnicos o que no necesiten una planilla de Excel”.

-¿Se sintieron discriminados por venir de Renca?
Mario: “Una vez me llamaron de una universidad –no de las tradicionales– a una entrevista, y a los minutos noté que eso no iba a andar. Nunca me llamaron, y noté de inmediato que había un sesgo”.

“Yo creo que el colegio me ayudó mucho (a no sentirme inferior), porque era admirado el tipo al que le iba bien con sus notas, porque el que era bueno para los combos o para el fútbol era conocido, pero no admirado, entonces el gallo que tiene valor es el que resuelve bien los problemas, y daba lo mismo si tenía o no plata. En el IN el rango era bien amplio en términos de riqueza familiar, y ahí eso importaba nada y creo que eso me dio cierta tranquilidad en el mundo”.

Claudio: “Yo era el único del Darío Salas en la UC, entonces tú veías a los grupos de los que venían del Verbo Divino, del Apoquindo, de otros, y yo en el fondo no pertenecía a ninguno. Entonces me juntaba finalmente con los de regiones. En fiestas, participaba de las de la facultad, pero en las propias había grupos, y eso en verdad no me importaba. Nunca me lo cuestioné si me invitaban o no, nunca me di cuenta”.

De esos temas y mucho más hablan en esta entrevista de una hora, en la que no se censuran en nada.

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