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La impopular propuesta de «eficiencia» de Canal 13 para atajar la crisis en medio de las pérdidas más grandes de su historia MERCADOS

La impopular propuesta de «eficiencia» de Canal 13 para atajar la crisis en medio de las pérdidas más grandes de su historia

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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El canal, aseguran, no está en venta ni en la búsqueda activa de un socio, pero sí tiene la meta urgente de dejar de perder plata. En sus peores meses, la merma mensual llegó a $ 1.700 millones. El acuerdo, ad portas de cerrarse con los españoles de Secuoya, implica a ojos de los trabajadores un ajuste a raíz de la mala gestión ejecutiva. Desde la cúpula del canal, lo observan como una racionalización de su operación que se hizo esperar demasiado. Esta incluiría además deshacerse de activos prescindibles, entre ellos podrían evaluar la venta del terreno que compraron a Chilevisión.


Ver el número impresiona. Eso, aunque las pérdidas de Canal 13 vaticinaban el peor año de la historia de la señal televisiva. Las proyecciones en todo caso estuvieron lejos de los $ 20 mil millones de saldo negativo que se avizoraban. $ 26.600 millones (unos 44 millones de dólares) es el balance final de la merma de la estación que ahora controla Andrónico Luksic, luego que el año pasado se sellara la salida de sus hasta ese entonces socios, la Pontificia Universidad Católica.

La situación implicó de paso que el empresario se metiera la mano al bolsillo para capitalizar el canal en $20 mil millones, para la necesidad urgente de meterle plata fresca para operar. Pero ello no logró aplacar el peor desempeño que se haya visto nunca de la estación televisiva.

Que no está a la venta ni en la búsqueda de un socio activo y que tampoco van a tercerizar toda la operación del canal, es lo primero que conocedores del proceso salen a aclarar. La urgencia ahora y lo cierto, es que están en lo que amablemente han bautizado como un plan de racionalización, en palabras simples necesitan dejar de perder plata, y de forma urgente.

Un canal sobreestimado en sus dimensiones, para una industria televisiva que ha ajustado su torta publicitaria, que funcionaba todo el tiempo para un peak de cobertura, de eventos, de propuestas televisivas, con muchas áreas, mucha inversión en infraestructura para ello y, mucha gente. Esta última es la decisión que más esquirlas ha traído esta semana. #eltrecellora, fue el hashtag que difundió e sindicato ayer, luego de publicar una carta el su sitio web donde aseguró que, en medio de un discurso de austeridad, los sueldos de los ejecutivos han subido 30% el último año y que los trabajadores van a pagar el costo de malas decisiones editoriales, de un proyecto que no ha podido afirmarse.

«De quién es la responsabilidad de la crisis?, lo cierto es que no es de los trabajadores, pues recae principalmente en las decisiones superiores que en los últimos años se han dado en el sector. Ahí está el origen de la realidad que actualmente se vive y que injustamente la están pagando los trabajadores», dijeron ayer en una carta los trabajadores.

La desvinculación ya ha alcanzado casi a 70 personas, dejando su plantilla en cerca de 850 personas, pero la cifra que ronda hoy es un nuevo ajuste: otras 300 personas. Eso, aunque la administración de la firma, liderada por su director Ejecutivo Javier Urrutia no ha querido oficializar el número.

La cúpula que maneja el 13 asegura que no se trata de un plan de desvinculación masiva sino de una decisión, apoyada por el dueño, de ajustar el canal a los nuevos tiempos. Eso implicó evaluar toda la estructura del canal: desde los activos que manejan, el valor de sus intangibles y obviamente, la racionalidad de los recursos humanos. Nada de eso cuadraba muy bien.

Deshacerse de lo prescindible

Todas las decisiones han implicado poner sobre la mesa cómo se estaban haciendo las cosas en el 13. El diagnóstico es que el problema no es de audiencia. El trabajo de prensa está bien evaluado, así como varios productos de ficción. Pero los números no cuadran. Parte del sinceramiento implicó que en los resultados de 2017 se realizaron además castigos contables a algunas valorizaciones de activos intangibles del canal, como todo el archivo fílmico, así como los productos sobre los que tienen derechos. Eso aumentó las pérdidas en cerca de 4 mil millones. Con ello, además, se han deshecho de activos prescindibles, como por ejemplo torres de transmisión que tenía el canal. No era su core business, aseguran conocedores. Incluso, el terreno de Chilevisión que compraron a unos metros del canal podría ser hoy un activo del que evalúen deshacerse. Los metros cuadrados que tienen bastarían para la operación como la están concibiendo.

Más allá de los activos, la evaluación más dura ha sido la que hoy pone al canal y su director Ejecutivo, en el ojo del huracán. Los sindicatos lo acusan de tener las peores relaciones laborales que se recuerden en la historia del 13. Esa evaluación ya implicó la salida de áreas completas del canal como ficción y la de reallity show. El diagnóstico es que el canal siempre ha estado pensado para la mayor cobertura, para estar preparado para los mayores eventos, para mundiales, festivales, elecciones. Algo que no pasa todos los días y a lo que apuntaría el ajuste.

¿Para qué mantener un equipo de 10 personas que sólo cubren eventos puntuales si podría contratarse solo puntualmente para ese evento? ¿Para qué tener un móvil HD que requiere seis operadores si solo se usa unas 12 veces al año? ¿Por qué mantener un equipo de 10 personas cuando puedes hacer lo mismo con 3? Han sido parte de las preguntas. La respuesta es que la estructura el canal no es adhoc para lo que explotan en pantalla.

Y ahí cabe la relación con Secuoya. Eso pese a que cercanos a la señal aseguran que la intención de tercerizar ciertos servicios no afectará al menos por ahora la generación de contenidos. Se trata de áreas que traerían mayor “eficiencia”: camarógrafos, maquilladores, utileros, escenógrafos, peluqueros. Algunos de ellos prestan servicios al canal incluso a través de pequeñas empresas que subcontratan, algo que, repiten cercanos a la señal, no es eficiente. Ese trabajo entraría a prestar Secuoya.

En condicional, porque el acuerdo aún no se oficializa, eso pese a que está ya todo conversado. Antes en canal evaluó no sólo con Secuoya la prestación de servicios, sino que con diferentes productoras del mercado. El número parece aterrar y el canal de Luksic no ha querido oficializar cuánta gente pasará a colaborar bajo este esquema. Atajar la crisis implicaría pagar indemnizaciones sin tope, es decir ofrecer un plan de retiro. “la gente no se va ir porque es mala, sino que el modelo así no da”, aseguran entendidos.

La meta del ajuste, es poder terminar este año idealmente dejando de perder plata, o que esa fuga no supere los $ 2.500 millones, un 10% de lo que reportaron este ejercicio.

 

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