Publicidad
ICRIT propone un nuevo sistema tributario para acabar con los paraísos fiscales, que incorpora reparto mundial junto a una baja tasa de impuestos corporativos Organización incorporó al economista Thomas Piketty, autor de «El Capital en el siglo XXI»

ICRIT propone un nuevo sistema tributario para acabar con los paraísos fiscales, que incorpora reparto mundial junto a una baja tasa de impuestos corporativos

La Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional señala que esta sería «la única manera efectiva de que todos los países recauden una cuota justa de ingresos impositivos de las empresas multinacionales», con tal de que grandes compañías no migren de sus países de origen buscando pagar menos tributos, como gran parte de las empresas lo hace actualmente. Apunta a que estas prácticas «arrebatan a los gobiernos y ciudadanos la financiación para servicios vitales y contribuyen a niveles sin precedentes de desigualdad económica a través del mundo».


Los paraísos fiscales sin duda se han transformado en una piedra en el zapato de varios países, que observan cómo, personas naturales y grandes compañías, ven migrar sus fortunas hacia otros países con menores tasas impositivas.

Los «Panama papers» o los casos de las grandes tecnológicas o farmacéuticas que han migrado hacia Irlanda u otras naciones, aprovechando gravámenes más relajados, han significado un alto costo para muchos países.

En ese sentido, la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRIT) realizó una serie de propuestas con tal de terminar –o apaciguar– estas prácticas.

La organización nació como una coalición de agrupaciones de la sociedad civil y de organizaciones laborales, incluidas OXFAM, Action Aid, Alliance Sud, Christian Aid, el Council of Global Unions, el Global Alliance for Tax Justice, Public Services International, Tax Justice Network y el World Council of Churches.

La comisión, que sumó hace poco a su equipo de especialistas al polémico economista Thomas Piketty (autor de El capital en el siglo XXI), propone una solución alternativa a un sistema que considera «defectuoso».

De acuerdo al Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, se estiman pérdidas anuales totales en impuestos corporativos asociadas al traslado de beneficios en más de 500 mil millones de dólares, con unos 400 mil millones de dólares para Estados miembros de la OCDE y unos 200 mil millones de dólares para países de menores ingresos por año, situación que –aducen– sigue aumentando la desigualdad económica en el planeta.

Apuestan en ese sentido por «un reparto mundial según una fórmula preestablecida, junto a una tasa mínima de impuestos corporativos», ya que –de acuerdo al ICRIT– «es la única manera efectiva de que todos los países recauden una cuota justa de ingresos impositivos de las empresas multinacionales y eviten la competencia».

Propone que las multinacionales, que «son grupos de entidades que están bajo un control administrativo único y tienen un solo grupo de propietarios», deben ser gravadas como «empresas unitarias».

Detalla, además, que se debe «asignar las ganancias mundiales de la multinacional a los diferentes países a través de una simple fórmula de distribución, basada en factores objetivamente verificables. Estos factores, como el empleo, las ventas, los recursos utilizados, los activos fijos, etc., deben ser elegidos de una manera equilibrada que refleje tanto la oferta (por ejemplo activos, empleados, recursos utilizados) y la demanda (ventas). Ninguno puede crear valor sin el otro».

Desde ICRIT llaman a los líderes mundiales «a adoptar una hoja de ruta hacia esta meta de reparto global según una fórmula preestablecida, con una tasa mínima de impuestos corporativos, incluidas medidas a corto plazo que son más efectivas, fáciles de administrar y proveen una mayor certeza que los actuales métodos defectuosos».

Sentencian que el sistema actual ha impulsado los paraísos fiscales, que «arrebatan a los gobiernos y ciudadanos la financiación para servicios vitales y contribuyen a niveles sin precedentes de desigualdad económica a través del mundo».

Su controvertida propuesta se compara con el proyecto BEPS de la OCDE, que de acuerdo a ICRIT «está fracasando en su mandato de garantizar que los beneficios sean gravados donde transcurren las actividades económicas y se crea valor».

Criticaron, además, la reforma tributaria estadounidense, que luego de pasar de 35 a 21 por ciento, indican que «posiblemente alimente una competencia mundial hasta el fondo en recortes de la tasa de impuestos corporativos, y los países en vías desarrollo son los que más podrían perder como resultado».

Publicidad

Tendencias