En el mercado había consenso casi unánime que él sería el próximo encargado de la billetera fiscal, aunque cercanos a Piñera comenzaron a poner paños fríos a ese consenso hace dos semanas y el nombre de Felipe Larraín volvió a sonar con fuerza.
Entre las varias sorpresas en el gabinete que anunció este martes Sebastián Piñera estuvo una omisión: la del ex presidente del Banco Central Rodrigo Vergara.
En el mercado había consenso casi unánime que él sería el próximo encargad de la billetera fiscal, aunque cercanos a Piñera comenzaron a poner paños fríos a ese consenso hace dos semanas y el nombre de Felipe Larraín volvió a sonar con fuerza.
Piñera la había dado un rol protagónica a Vergara en el comando y en la recta final de la campaña pasó a ser el vocero económico del equipo.
Pero dos factores le jugaron en contra y al final convencieron al futuro presidente de ir a la segura y pedirle a Larraín que se repita el plato: su falta de experiencia política y una evaluación negativa de su desempeño en los debates con Osvaldo Rosales, el jefe programático de la campaña de Alejandro Guillier.
La ventaja de Vergara eran sus capacidades técnicas y que era «la novedad».
El ex titular del Banco Central entró de lleno en la arena política a los pocos meses de salir del banco, con duras críticas al manejo económico del gobierno de Michelle Bachelet. Tuvo varios rounds con el entonces ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y con José De Gregorio, economista emblemático de la Concertación y también ex presidente del BC.
Vergara, economista de la PUC y PhD de Harvard, llegó al BC en diciembre de 2009, nombrado por el primer gobierno de Bachelet. Piñera lo nombró presidente a fines de 2011. Formó parte del equipo de asesores de Sebastián Piñera durante la campaña de 2009. Renunció al banco a fines de 2016 y ahora es investigador del Centro de Estudios Público (CEP).