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Ego, el flanco débil de los ministros encargados de manejar la economía en el segundo gobierno de Sebastián Piñera

Ego, el flanco débil de los ministros encargados de manejar la economía en el segundo gobierno de Sebastián Piñera

Felipe Larraín y José Ramón Valente serán los ministros responsables de que Piñera cumpla su promesa: crecer al doble de lo que creció la economía durante los cuatro años de Michelle Bachelet en La Moneda. Llegan al gobierno con viento de cola y la economía repuntando. JP Morgan les dió su visto bueno en un informe para sus clientes. En el mercado no dudan que tienen las herramientas para tener éxito. Los cuestionamientos vienen por otro lado: la obsesión de ambos por figurar.


Felipe Larraín y José Ramón Valente van a ser los ministros responsables de que el segundo gobierno de Sebastián Piñera cumpla su promesa: crecer al doble de lo que creció la economía durante los cuatro años de Michelle Bachelet en La Moneda, donde el crecimiento fue el más débil en promedio desde el retorno a la democracia.

Ambos tienen las herramientas técnicas para ejercer el cargo. Larraín tiene mejores pergaminos y la ventaja de estar repitiéndose el plato. Durante su primer paso por Teatinos 120 la economía creció en promedio 5,3% y se crearon alrededor de un millón de empleos.

Por su parte, Valente ha tenido una exitosa carrera en finanzas como socio de Econsult y director de empresas. Ademas es un Chicago Boy de tomo y lomo. Y sobre sus potenciales conflictos de interés, aseguró que dejará «todas mis responsabilidades en el sector privado»

JP Morgan describió al equipo económico en un informe para sus clientes como «amigable con el mercado». En el mercado dicen que el foco será en reducir el déficit fiscal, mejorar la productividad y un alza el PIB potencial.

El documento señala que el papel de Valente en Economía «se centrará principalmente en fomentar la inversión».

En el mercado y el mundo político nadie duda que no tengan la habilidad como economistas para tener éxito en el gabinete. A lo que si apuntan como potencial problema es al ego de ambos.

Gente que ha trabajado con Larraín y con Valente coinciden que es flanco más débil de los ministros encargados de manejar la economía en el segundo gobierno de Sebastián Piñera.

Larraín y su ego en su primer paso por Hacienda

Felipe Larraín es una de las figuras que más saca ronchas en el actual gobierno de Michelle Bachelet y entre economistas de la Concertación, de todos los miembros del gabinete que acompañaran a Sebastián Piñera durante sus próximos cuatro años en La Moneda.

Un ex secretario de Estado de varios gobiernos concertacionistas y también economista de prestigio lo describió como el ex ministro de Hacienda más ideológico y polémico desde el retorno a la democracia.

¿Qué ha hecho que este economista de la Pontificia Universidad Católica y doctorado en Harvard genere tanta animosidad?

La respuesta está en sus críticas acérrimas al programa de reformas de Michelle Bachelet desde antes que asumiera el mando y su rechazo a reconocer que parte de la actual desaceleración es heredada de su paso por Hacienda, ante un desplome en la inversión que comenzó en el último año de su gestión en el primer gobierno de Piñera. Además, acusan que no se hizo reforma alguna para mejorar la productividad durante su paso por Teatinos 120.

En su primer paso por la cartera Larraín generó ronchas hasta con otros ministros. El problema es su vocación por ser protagonista. Se le acusaba de hacer anuncios que no le correspondía a su cartera.

Los roces más duros los tuvo con su par, el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien ahora ocupará la cartera de Obras Públicas. Pero también hubo un par con el Banco Central acerca de una invitación que llegó al ente emisor desde Washington, pero que Larraín rápidamente salió a tomarse el crédito.

Fuentes también recuerdan las maniobras que hizo, incluyendo enviar mensajeros a La Moneda, para intentar que el Presidente de la República los incluyese en el anuncio de la Ley de Presupuesto.

Como este medio publicó en su momento, es difícil imaginar al contenido Andrés Velasco, al flemático Alejandro Foxley, al impulsivo Eduardo Aninat o al sanguíneo Nicolás Eyzaguirre haciendo algo parecido.

No era necesario: en Chile siempre fueron los ministros de Hacienda los encargados de exponer en cadena nacional, pero Sebastián Piñera -presidente economista- rompió la tradición. Aunque Felipe Larraín conocía la decisión de Piñera, el mismo día de la transmisión mandó a su jefe de gabinete y a su jefa de prensa a hacer gestiones a La Moneda para lograr aparecer, al menos, junto al Presidente.

Ninguno de sus antecesores en Hacienda tuvo que trabajar para hacerse un espacio; lo traía aparejado el cargo. Larraín, en cambio, estaba atento a no dejar pasar oportunidad: Fuentes recuerdan el incidente cuando Piñera anunció el envío del proyecto para bajar la tasa de interés máxima convencional, se la jugó porque la ceremonia fuese en su ministerio, porque era materia de su competencia, pero se hizo en La Moneda. Aspiraba a tomar la palabra durante la ceremonia en la que también estaría presente el ministro de Economía que reemplazó a Fontaine, Pablo Longueira, pero no pudo. Se acordó previamente que ninguno hablaría durante el anuncio.

En su momento, Ximena Pérez escribió en este medio que Larraín, economista doctorado en Harvard, mejor alumno de su promoción en Ingeniería Comercial en la UC, es conocido por hablar con entusiasmo de sí mismo, de sus logros en Estados Unidos, de su libro de Macroeconomía escrito junto a Jeffrey Sachs y de su paso como profesor de Harvard.

Pero esa actitud despierta recelo entre algunos de sus pares que apuntan a que el autobombo es exagerado tomando en cuenta algunos aspectos: su libro es para alumnos de pre-grado, lo que le resta valor; el número de citas de sus papers es infinitamente inferior a los de otros chilenos como Eduardo Engel, José De Gregorio, Andrés Velasco, Sebastián Edwards o Ricardo Caballero, y la cátedra de profesor visitante en Harvard siempre tienen que dársela a un latinoamericano.

A Larraín también se le criticó durante este gobierno por haber permitido que la deuda de Codelco casi se triplicara, al mismo tiempo que los excedentes estuvieron entre los más altos de su historia.

El ex ministro de Hacienda rechazó la acusación y a través de una carta a este medio, afirmó que durante el Gobierno del Presidente Piñera se capitalizó a la minera estatal en tres oportunidades por un monto total de US$3.177 millones y que «salir al mercado a endeudarse para una empresa como Codelco, en un período de tasas de interés históricamente bajas, es normal e incluso sano y así lo hicieron muchas empresas chilenas. Con todo, el compromiso fundamental del Gobierno en que tuve el honor de participar fue capitalizar lo necesario para mantener el grado de inversión de Codelco. Así se hizo y así se cumplió el objetivo».

Lo que piensa Valente

A Valente también le gusta figurar. Dicen que le gustan los medios. De los años en que en su rol como representante de Econsult se presentaba como experto en programas de radio, medios escritos y televisión. Hay quienes lo vieron operar desde el comando de Piñera que dicen que el propio Valente se contactaba con periodistas para ofrecerles comentarios y cuñas.

En sus apariciones regulares en Radio Duna habla sin que lo interrumpan. Es neoliberal hasta la médula y no hay impuesto o regulación que le guste. O al menos esa es la impresión que deja en sus sermones en Hablemos en Off o Información Privilegiada.

Economista de la Universidad de Chile, UDI, y con un MBA en la emblemática Universidad de Chicago, pasará a ser el hombre encargado del Ministerio de Economía, la cartera donde se “cocinan” las reformas que enfrentan a la calle: las Pymes, el turismo, el emprendimiento, el Sernac y las regulaciones de libre competencia serán algunas de las tareas de Valente, quien hace ya semanas estaba recibiendo guiños de Piñera para hacerse del puesto.

Su relación con el empresariado es cercana. Ha sido director de más de una decena de empresas entre ellas Cementos Bio-Bio, la Corporación Santo Tomás, Penta Vida, ha sido representante en Chile de Fidelity Investments, director de Soprole, Transelec, Indura y Telefónica Chile, además de columnista de La Tercera y comentarista de radios como la Duna, también del grupo Copesa, controlada por Álvaro Saieh.

No es su única veta. Escribió un libro. 200 páginas bautizadas como “La rebelión del sentido común. Por qué la gente sabe más que los economistas y los políticos”, donde demuestra su fervorosidad por el modelo de libre mercado.

“La gran ventaja del libre mercado sobre cualquier otra forma de organización económica es que los individuos, persiguiendo su propio interés, promueven el de la sociedad sin habérselo propuesto. Y no solo eso, sino que lo hace de manera más efectiva que si en realidad su objetivo fuese precisamente aumentar el bienestar social”, recalca el texto, donde tal como en sus presentaciones, recoge muchas y seguidas frases de Adam Smith.

Su veta de “escritor” se completa con otro texto. “La historia de un sueño” sobre los primeros 30 años de las AFP en Chile y el impulso a la economía y la libertad a los chilenos que sus ojos le entregó el sistema al país.

Valente, es el mismo que a propósito de los análisis al sistema de pensiones y su defensa dijo en 2013 que en realidad el no cotizaba. Declaraciones un poco confusas tras su paseo por canales de televisión argumentando las bondades de las AFP.

No fue su única frase para el bronce del sistema de pensiones. Años mas tarde, en 2016, conservando su gusto por dar consejos por escrito, comentó en su columna de El Libero que en realidad los que pedían en fin de la AFP eran quienes no habían podido ahorrar.

«En mi opinión, todos aquellos que pudiendo ahorrar no lo hicieron y hoy piden el fin de las AFP, con la clara intención de utilizar los ahorros acumulados con tanto esfuerzo en las cuentas individuales de los trabajadores, son equivalentes a mis compañeros que me pidieron suspender la prueba. Todos aquellos que, sin pensar mucho, aprueban la medida y solidarizan con ellos, son como el resto de mis compañeros que me miraron con desaprobación y me acusaron de poco solidario cuando me negué a unirme al petitorio», reparó.

Valente, en todo caso, quiso predicar con el ejemplo y hace cuatro años que cotiza.

Antes de ser ministro tuvo varios acercamientos con la política. Acompañó a Laurence Golborne, en su intento por ser presidente y fue uno de los primeros en incorporarse al equipo como jefe del equipo de Programas. El gobierno además fue parte del Consejo Directivo del Comité del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo de Chile desde octubre de 2011 y para engrosar el CV fue también socio fundador de Duff & Phelps Clasificadora de Riesgo en Chile, Argentina y Perú entre 1989 y 2000 y director de la Inmobiliaria Manquehue y la Viña Undurraga.

Su relación como asesor de tantas compañías podría poner en aprietos a Valente, que ahora decidirá acciones que incluso les delimiten la cancha a las empresas, por ejemplo, revisando la fallida Ley del Sernac que tenía como fin dotar de mayores facultades al organismo, pero que tuvo un rebote de proporciones en el Tribunal Constitucional.

Un ejecutivo ligado al actual gobierno explica que #Valente no me parece el más indicado. Asume como Ministro de Economía quien es el que más trata con el sector privado, mucho más que Hacienda. Dialoga con empresarios y gremio, supervisa a la Corfo, al Sernac, al retail. Y Econsult es un actor clave del mercado financiero que asesoró o ha asesorado a todas las grandes empresas de Chile”, comenta.

La visión eso si no es compartida por las agrupaciones empresariales que salieron a aplaudir su llegada. Plena confianza y mucha experiencia, fueron parte de los elogios de diferentes sectores. Las dudas en todo caso en el mercado financiero apuntan a qué tanto se blindó de los posibles conflictos de interés que se generen por su tol histórico como asesor de Econsult y director de Empresas, eso pese a que haya dejado esa militancia, la pregunta es qué tanta imparcialidad podrán vestir sus definiciones.

Ayer por la mañana en Pulso Valente comentó que iba dejar todas sus responsabilidades en el sector privado. “Hacia adelante obviamente lo que me toca es dedicarme 100% a mi labor de ministro y hacia atrás lo hecho, hecho está y con orgullo (…) “Voy a dejar todas mis responsabilidades en el sector privado incluyendo Econsult”.

Consultado detalló que “respecto a mis inversiones hay que ver y estudiar bien la ley y si la ley exige, dada mis inversiones, que tenga que hacer un fideicomiso ciego lo vamos a hacer” y que los plazos serían definidos “lo antes posible”. Recordó además que la ley permite que ciertas inversiones fuera de Chile pueden mantenerse fuera de la norma.

Además, preciso que la fórmula de salida de Econsult es dejando su propiedad lo antes posible y que ello estaba en manos de abogados y ni quiso revelar si el traspaso será a los otros socios de la consultora. Valente quiso así despejar cualquier cuestionamiento a sus posibles conflictos de interés.

En materia de principios como ya lo ha dicho en relación al libre mercado, también cree y va por las libertades totales de comercio. Que sean los entes reguladores y supervisores de libre competencia quienes se ocupen de revisar las condiciones de los players y para lo otro, libertad, libertad y más libertad.

“Hay quienes creen que la mejor forma de proteger a los consumidores es regulando a las industrias y las empresas, limitando la capacidad de la gente para tomar decisiones de consumo por si mismas hay quienes como yo creemos que la mejor forma de protección a los consumidores es fomentar la existencia de mercados ampliamente competitivos”, dijo en una presentación realizada para Libertad y Desarrollo hace algunos años.

Sin saber entonces que estaría inserto en la política agregó cual creía que debía ser el rol del estado en la economía: “El foco de la acción de gobierno debería estar en reducir o eliminar las barreras de entrada a toda actividad empresarial, se manera de asegurar la existencia de mercados ampliamente competitivos. Adicionalmente debería velar por establecer un celoso control para que el estado no abuse de sus ciudadanos”.

Valente dijo estar en contra de cualquier regulación que exceda las libertades personales. Entre ellas fijar la tasa máxima convencional y aprobar la ley de sellos en los alimentos, regulaciones que eran discutidas en esa fecha.

En su rol de analista fue además particularmente duro con la gestión del ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. Cuando en julio de 2017 de parte de Standar & Poor’s, sus dardos apuntaron al secretario de Estado. Respondiendo a El Mercurio la pregunta de ¿Por qué le bajaron la clasificación de riesgo a Chile? Indicó que “por el irresponsable manejo de las finanzas públicas de este gobierno (aumento desmedido del gasto) y por la incapacidad de retomar el crecimiento económico”.

“Respecto de los responsables, es fácil decir que fue el ex ministro Alberto Arenas, pero yo creo que el gobierno y los parlamentarios de la Nueva Mayoría son responsables. La Presidenta también lo es. Respecto del ministro Rodrigo Valdés, sus esfuerzos por enmendar el rumbo fracasaron. Él también es co-responsable. Yo no lo recuerdo diciendo que no había que modificar la reforma laboral (que lleva su firma), la tributaria y constitucional porque nos iban a bajar la clasificación de riesgo. Lo recuerdo diciendo que venían vientos primaverales y que el 2017 íbamos a crecer mucho más que el 2016. Lo recuerdo viajando a Nueva York para pedir tiempo a las clasificadoras de riesgo, como si el solo paso del tiempo curara las heridas que la Nueva Mayoría le infligió a la economía chilena”, fueron parte de sus comentarios.

Al menos ya sabemos como piensa.

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