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El polémico ranking Doing Business: no figuraba en el radar de Sanhattan, pero para el gobierno era demasiado importante Ayer Romer se desdijo y Piñera pidió sanciones severas para el economista

El polémico ranking Doing Business: no figuraba en el radar de Sanhattan, pero para el gobierno era demasiado importante

Natalia Saavedra y Enrique Elgueta
Por : Natalia Saavedra y Enrique Elgueta Periodistas de El Mostrador Mercados
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En el mercado local la visión del titular del Banco Central, Mario Marcel quien dijo que es una medición dirigida a gobiernos y no inversionistas es compartida. Un alto ejecutivo que vende fondos a inversionistas institucionales sostiene que de haber un impacto, este eventualmente sería para inversores extranjeros. En el caso doméstico, no es muy gravitante la visión del Banco Mundial. Para el gobierno, el análisis era completamente político.


“Está más bien dirigido a los gobiernos que a los inversionistas, los inversionistas cada uno hace su evaluación en base a los antecedentes que pueda recopilar. Entonces si ustedes miran la misma web de Doing Business se plantea en esos términos que los países compitan entre sí para tener mejores condiciones eso es básicamente el sentido de este ranking y este índico y agregó que “la verdad es que es difícil pensar que un inversionista que está dedicando parte su capital a parte de un país va tomar una decisión solo en la base a un índice”.

Fueron las palabras con que el lunes pasado el titular del Banco Central manifestó algo que al parecer ya era comentado en Sanahattan: cuál es el peso efectivo en las decisiones de inversión del hoy por hoy cuestionado ranking Doing Business, hoy un invitado non grato que todos dicen es casi irrelevante en los análisis, eso pese a que varias páginas de la prensa, replicadas por think thank o estudios de abogados demuestran que sí hacían eco de la publicación.

En línea con la visión de Mario Marcel, presidente del Banco Central, en Sanhattan la visión respecto del impacto que tienen informes del tipo Doing Business para la toma de decisiones inversionistas es mínimo, si no nulo.

En el mercado local la visión del titular del central es compartida. Un alto ejecutivo que vende fondos a inversionistas institucionales regionales y del mundo sostiene que de haber un impacto, este eventualmente sería para aquellos inversores extranjeros. En el caso doméstico, no es muy gravitante la visión del Banco Mundial.

Otro socio de una conocida corredora del país afirma: “no he visto ningún empresario local o extranjero que tome en consideración un ranking del Banco Mundial para tomar decisiones. El riesgo país es mucho más relevante porque puede incidir en el costo de financiamiento de las inversiones. El ranking, además, es ridículo porque nadie invierte en función de puestos relativos, sino que absolutos. Uno no elige Chile o México porque uno sobrepasó al otro”.

Es entonces en la arena de las políticas públicas donde estos informes sí son seguidos con atención, razón por la cual los medios durante el periodo de Bachelet le dieron cobertura importante.

Una editorial de Diario Financiero sobre la posición de Chile en Doing Business 2016 advertía el hecho de que Chile cayera desde lugar 34 hasta el 48 en dos años.

“Si bien el ranking no es portador de malas noticias, sí enciende luces de alerta, ya que el país no ha sabido abordar (como lo hizo con las quiebras) las oportunidades y espacios de mejoras que faciliten el hacer negocios, y por el contrario, ha afectado ámbitos críticos, como ocurrió a la luz del ranking en el plano tributario”.

El medio se refería al cambio metodológico que en Doing Business que justificaba la caída de Chile en el ranking, el cual comenzó a incorporar el tiempo que los países tardaban en devolver el IVA por importaciones de bienes de capitales.

Para el Doing Business 2017, Libertad y Desarrollo, uno de los think tanks que más aporta al debate sobre políticas públicas desde la derecha, criticó la posición 55 de Chile. “Seguimos manteniéndonos como uno de los países peor evaluados del grupo OCDE, pues tenemos un puntaje de 71,22 –en escala de 0 a 100– frente a un promedio regional OCDE de 77,46. Ahora bien, nuestra posición regional se mantiene sólida, especialmente frente a otros países como Brasil, Argentina o Perú”. En palabras de Marcos Balmaceda, investigador de LyD, lo anterior “no representa mayor motivo de celebración considerando que nuestra posición relativa retrocedió fuertemente en los últimos años (el 2012 y 2013 el país estaba #33 y #34, respectivamente) y que no hemos logrado salir de este estancamiento”.

Del punto de vista mediático el ranking además había acaparado páginas relevantes en todos los medios, haciendo eco del descenso de Chile en la facilidad de hacer negocios en nuestro país. El año pasado por primera fue superado en la lista por Colombia y Perú, con ello el país además se ubicó en el ultimo puesto entre las economías de la alianza del pacífico. «Un tema a evaluar también no es sólo si se hacían o no inversiones, sino que además si esto afectó la imagen del país, la sensación que quedaba de cómo andábamos a nivel internacional y creo que al menos las semanas en que se conocía el informe eso sí pasaba», dice un abogado que asesora empresas extranjeras.

La visión de la academia 

La academia tampoco hacia vista gorda a los efectos del ranking y la salud del país en torno a cómo salíamos en el informe fue analizado por expertos en el área. «Chile pasa del primer lugar en 2010, 2011 y 2012, a ser el cuarto mejor evaluado en el reporte 2015. En un contexto político donde se están discutiendo reformas estructurales que pueden generar inquietudes sobre los agentes responsables de tomar decisiones de inversión, es genuino preguntarse si la caída en el ranking refleja dichas inquietudes. A nuestro entender, este no sería el caso. Primero, porque los indicadores del Doing Business se basan en medidas cuantificables en base a opiniones de expertos. No depende de clima de negocios o una coyuntura particular. Segundo, si observamos los indicadores de Chile, no hay una caída. Es más, la mayoría han mejorado a lo largo del tiempo (no de forma exagerada). ¿Cuál es, entonces la explicación de esta baja en el ranking? La respuesta es que los otros países, especialmente Colombia, México y Perú han realizado mayores esfuerzos», dijeron los doctores en economía Evagelina Dardati y Ramiro de Elejalde a raíz de ese resultado.

Los investigadores de la Universidad Alberto Hurtado, advirtieron en un artículo publicado en la revista especializada Observatorio Económico que en todo caso era «importante señalar que Doing Business no toma en cuenta ciertas variables que son significativas para los negocios, por ejemplo la proximidad a mercados grandes, la calidad de la infraestructura de servicios, la transparencia de los gobiernos, entre otras».

En centro de estudios Clapes de la UC en tanto, leyó los resultados de 2015 como un llamado de atención, profundizando que este ranking si importaba en algunos aspectos clave. Lo dijo en una columna publicada por el organismo el mismo Felipe Larraín, ex ministro de Hacienda de Sebastián Piñera, (firmada en conjunto con Ricardo Raineri) quien salió aclarar su rol como parte del Consejo Asesor del reporte.

«Resulta muy preocupante la tendencia de largo plazo negativa de Chile en el ranking DB (…). Hoy (DB 2016) Chile cae a la posición 48, por debajo de México. Mientras Chile no avanza o retrocede, muchos países siguen progresando en generar un ambiente de negocios más seductor y atractivo. La ventaja que otrora tuvo Chile en el ranking DB (…).  sobre los países de la región –en sus aspectos institucionales y en su clima de negocios– se desvaneció. Chile hoy ya no tiene un liderazgo marcado, y compite en estos aspectos con países como México, Perú y Colombia. Como el DB es un análisis dinámico, si Chile no implementa nuevas reformas que mejoren el ambiente de negocios –o si sigue implementando malas reformas, como la tributaria– el liderazgo que hemos tenido en el ranking DB puede llegar a ser una anécdota», dijo Larraín.

En esa misma columna los economistas hablaron de los cambios que el ranking estaba introduciendo a nivel metodológico, lo que fue observado de manera favorable.»DB 2016 tiene muchas mejoras metodológicas a partir de las recomendaciones de un panel de expertos en 2013 y de su consejo asesor formado en 2014″. Larraín entonces tampoco aclaró que había sido convocado a tal instancia.

A los ojos del gobierno

A través de sus declaraciones, de la intención de solicitar una investigación formal, el gobierno ha revestido que los errores cometidos en el Doing Business son de total gravedad. El mismo Marcel recalcó la relevancia del raking para los reguladores, algo que en un momento las autoridades locales se tomaron muy a pecho,

En 2015, cuando ya se comenzaba a ver la evidencia de que Chile comenzaba a caer en la medición el Ministerio de Economía encendió las alarmas. Decreto N°72 del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, que creaba el Consejo Consultivo Público Privado sobre garantías mobiliarias. Qué tiene que ver esto con el Doing Business, pues mucho.

Al ministerio le estaba preocupando el acceso de pequeñas y medianas empresas a finaciamiento, basado en una serie de análisis y estuidios, entre ellos, la calificación que que había tenido el ítem de obtención de crédito en el reporte del Banco Mundial en el 2015.

El decreto, archivado en Contraloría, indica que «el Indicador de Obtención de Crédito del Reporte Doing Business 2015 elaborado por el Banco Mundial, la puntuación del marco jurídico actual de Chile, a pesar de la existencia de la Ley N° 20.190, que Introduce Adecuaciones Tributarias e Institucionales para el Fomento de la Industria de Capital de Riesgo y Continua el Proceso de Modernización del Mercado de Capitales, y que estableció normas sobre Prenda sin Desplazamiento, alcanza solo 4 puntos de un total de 12, lo que se encuentra muy por debajo del promedio de este índice en las economías de América Latina».

El decreto agregaba que el sistema de garantías mobiliarias como forma de entregar financiamiento a Pymes, «no contiene todas las características necesarias incorporadas en las buenas prácticas del indicador de derechos legales del Reporte Doing Business del Banco Mundial y que además ninguno llega a reunir los requisitos necesarios para ser considerado como un instrumento acorde a un sistema moderno de constitución garantías mobiliarias”, agregaba.

La confianza del gobierno en la labor del Banco Mundial y en los números del reporte además eran absolutas. Así quedó de manifiesto el 13 de diciembre pasado cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, el mismo que dijo que la investigación de exigirá de todos modos pese que el organismo internacional le pidió excusas, inauguraba sonriente el Centro de Investigación y Desarrollo del Grupo Banco Mundial en Chile.

«La oficina del GBM alberga al Centro Regional de Investigación y Desarrollo del Banco Mundial en Chile, cuyas principales actividades incluyen continuar trabajando con los conjuntos de datos internacionalmente reconocidos de Mejora de Clima de Negocios (Doing Business); Encuestas a Firmas (Enterprise Surveys); Mujeres, Empresas y Legislación (Women, Business and the Law), y Facilitación de las Empresas Agrícolas (Enabling the Business of Agriculture). También llevará a cabo investigaciones acerca de otros temas de importancia regional y global, incluyendo el desarrollo del sector financiero en economías de medianos a altos ingresos», dijo Hacienda en el comunicado oficial de la inauguración.

Ayer en tanto, todo se volvió más confuso. Paul Romer dijo que en realidad los dichos en relación a haber perjudicado a Chile no eran lo que había querido decir y Sebastián Piñera pidió hoy severas sanciones para el economista jefe del Banco Mundial.  Por la mañana el propio organismo había salido a desmentir a Romer, aunque anunció una investigación independiente para aclarar el episodio.

Al final, parece que terminará siendo una crisis política que duró menos de cuatro días.

 

 

 

 

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