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Miopía de mercado Opinión

Miopía de mercado

Juan Luis Oyarzo Gálvez
Por : Juan Luis Oyarzo Gálvez PhD© Economía y Empresa UCLM Master Economía UCLM Magister Gestión Estratégica Universidad Castilla La Mancha – España
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La pobreza no se combate con emprendimiento, ya que el emprendimiento sigue la lógica del consumo y de lo individual. La pobreza se combate con la entrega de herramientas cualitativas, con el acompañamiento familiar, con la generación de planificaciones laborales que permitan que nuestras familias vulnerables puedan acceder a oportunidades de fortalecimiento de sus vínculos. Esto no lo logran medir los tradicionales indicadores de la Economía y es una tarea pendiente para nuestros nuevos investigadores y académicos.


El crecimiento de la economía tiene un fin, y aquel fin es la generación de bienestar social. Generar un crecimiento sin el objetivo social y solo orientado para el consumo, lleva a una sociedad con “miopía de mercado”, una sociedad que en palabras de Max Neef se ha convertido en un esclavo de un sistema no sustentable en el tiempo.
En Chile el crecimiento economico para este 2017 apenas ha alcanzado el 1,4%, con una inversión contraída en un 2,5% e incluso con un aumento en la clasificación del riesgo país, lo que genera un mal escenario en materias de créditos internacionales. La pregunta entonces que surge es: ¿cuál es la responsabilidad gubernamental ante este hecho?

La verdad es que la respuesta es relativa, ya que el escenario económico nacional depende fuertemente de los acontecimientos económicos que suceden en el exterior.

Nuestro país depende del cobre y de China, país que ha experimentado un notable crecimiento en su PIB, el cual ha llegado a un 6,9%, lo que sumado al cierre temporal de la producción estatal de Jiangxi Copper –el mayor productor de cobre Chino– genera un escenario optimista y al alza temporal del metal rojo. Incluso la venta de vehículos nuevos en Chile y los agregados monetarios muestran y adelantan un fuerte crecimiento para el año 2018.

Estas buenas noticias no tienen mucho que ver con la dirección de nuestro país, es más y aludiendo a las palabras de nuestro ministro de Economía, Jorge Rodríguez, la elección presidencial de nuestro país no fue gran noticia en el exterior, producto de nuestra dependencia económica y del bajo impacto que tiene nuestra actividad en el planeta.

Es así que tratar de sostener una economía dependiente e inestable producto de la variaciones del cobre –que posee un 75% de correlación positiva con nuestro crecimiento– es una labor compleja para cualquier Presidente. Esto es lo que ha sucedido en estos últimos 4 años y, a pesar de aquello, se ha logrado impulsar una agenda social con fuertes cambios que ponen a la economía en el lugar en que se debe encontrar, es decir, al servicio de nuestra sociedad y no al revés.

El posicionar a la Economía con sus indicadores por sobre el Ser Humano es la “miopía de mercado”. Se ve representada con aquella persona que insiste en que el crecimiento económico se relaciona con el bienestar social, aspecto que se ha visto contrarrestado con algunos estudios que, incluso, muestran una correlación negativa entre la felicidad y el crecimiento económico. Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, en 1988 ya señalaba casos en que países pobres con distribuciones relativamente equitativas mostraban indicadores de bienestar social más altos que los países más ricos pero con distribuciones menos equitativas –que, a propósito, es el caso de Chile–.

La pobreza no se combate con emprendimiento, ya que el emprendimiento sigue la lógica del consumo y de lo individual. La pobreza se combate con la entrega de herramientas cualitativas, con el acompañamiento familiar, con la generación de planificaciones laborales que permitan que nuestras familias vulnerables puedan acceder a oportunidades de fortalecimiento de sus vínculos. Esto no lo logran medir los tradicionales indicadores de la economía y es una tarea pendiente para nuestros nuevos investigadores y académicos.

Por lo pronto, esperemos que la instauración de derechos obtenidos, como la gratuidad de la educación, sigan su curso y reflejen que es la economía la que se debe adaptar a nuestras necesidades y no nosotros a las necesidades de nuestra economía.

Juan Luis Oyarzo Gálvez
PhD en Economía y Empresa UCLM

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