Aunque los republicanos esperan tener listo antes de Navidad el proyecto estrella del presidente Donald Trump, los inversores apostaron ya este lunes por las ventas en sectores que no se beneficiarán demasiado de él, como el tecnológico.
El Congreso de EE.UU. aún tiene que unificar las versiones de la reforma fiscal que han aprobado sus cámaras, pero sus efectos se notan ya en Wall Street, donde el Dow Jones logró hoy otro récord y las tecnológicas bajaron.
El principal indicador de la bolsa neoyorquina, que subió un 0,24 %, situó su nueva marca en 24.290,05 puntos en la primera sesión bursátil tras la aprobación del plan fiscal el sábado en el Senado.
Los ganadores de la jornada fueron los sectores de las telecomunicaciones, el industrial, el de materias primas y el financiero, lo que coincide con las predicciones de los analistas sobre quiénes encajarán mejor los cambios en su tipo impositivo real.
En cuanto a nombres, vio avances considerables Walt Disney (4,74 %), que ha retomado las conversaciones para la compra de activos de Century 21st Fox, firma que subía un 2,8 %. Otras empresas en terreno positivo fueron Home Depot (2,49 %), Boeing (2,43 %) y JPMorgan (2,06 %).
Aunque los republicanos esperan tener listo antes de Navidad el proyecto estrella del presidente Donald Trump, los inversores apostaron ya este lunes por las ventas en sectores que no se beneficiarán demasiado de él, como el tecnológico.
El índice Nasdaq, donde cotizan algunas de las firmas digitales más rentables, cayó un 1,05 % hoy, y el S&P 500 registró avances durante el día pero tropezó cerca del cierre, en el que retrocedió 0,11 %.
Entre las más perjudicadas está Microsoft, con un retroceso del 3,77 % en sus acciones, mientras que por detrás le siguieron Amazon (-2,44 %), Facebook (-2,07 %), Alphabet (-1,14 %) y Apple (-0.73 %).
El sector sanitario también se resintió hoy y entraron en números rojos la cadena de farmacias CVS (-4,54 %) y la aseguradora médica Aetna (-1,40 %), a pesar de la operación de compra valorada en 69.000 millones de dólares que anunciaron este fin de semana.
Según los expertos, las compañías con un alto volumen de ventas a nivel internacional no obtendrán tantas ventajas con la nueva legislación como aquellas que tienen en EE.UU. su principal centro de negocios, por lo que podrían ser más «vulnerables» en los mercados, aunque el futuro sigue siendo incierto.
