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Jorge Selaive vuelve a apuntar al INE: excesiva volatilidad del IPC es un problema para la política monetaria del Banco Central Informe estima que también se necesitan mejoras en transparencia

Jorge Selaive vuelve a apuntar al INE: excesiva volatilidad del IPC es un problema para la política monetaria del Banco Central

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Cuatro años después de haber gatillado una crisis en el organismo, Selaive –ahora como gerente de estudios de BBVA Chile– vuelve a apuntar a la metodología de la medición de inflación. El informe advierte que, de continuar esta inusual volatilidad y las sorpresas, «se alimentará la inmovilidad en las decisiones de política monetaria y generará mayor volatilidad en el precio de activos financieros».


En abril de 2013, Jorge Selaive, entonces economista jefe del BCI, publicó un informe en que salía a cuestionar la calidad de las cifras de inflación que recogía el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y cómo estaba midiendo la inflación. «Tiene indudables problemas de capturar calidad y obsolescencia dentro de la canasta del IPC», fue una de las conclusiones del documento.

Selaive se hallaba convencido de que el INE estaba usando precios ya obsoletos y que la inflación oficial estaba siendo subestimada en 1,5 puntos.

A los pocos días, Morgan Stanley, el influyente banco de inversión norteamericano, se sumó a las críticas, diciendo que las lecturas de inflación del Gobierno no cuadraban y ello podría ser debido a problemas con la recolección de datos.

Algo similar señaló el economista Tomás Izquiero, de la consultora Gemines.

Finalmente, el instituto nombró a un panel de expertos para que evaluara la metodología y en febrero de 2014 actualizó la base de datos del IPC.

Ahora, Selaive –esta vez como gerente de estudios de BBVA Chile– sale nuevamente a cuestionar las cifras de inflación.

En un informe al que este medio tuvo acceso de manera anticipada, el señalado economista y su equipo apuntan a la reciente volatilidad del IPC y el problema que eso presenta para la política monetaria del Banco Central.

El documento revela que la volatilidad de la inflación en Chile ha aumentado por sobre la observada en otros países. «Realizamos un examen amplio de la volatilidad dentro de la canasta, así como comparaciones con países OCDE. Chile sobresale con inusual aumento en la volatilidad y mayores sorpresas inflacionarias en lo reciente», plantea el informe.

Agrega que el tipo de cambio es un factor, aunque hace hincapié en que la apreciación del peso ha sido compartida por otras monedas.

El equipo del BBVA Chile estima que el INE tendría que realizar ajustes metodológicos y que el organismo debería también mejorar la «transparencia de cara a los usuarios externos».

Según el documento del banco, una parte del aumento de la volatilidad de la inflación se explica por productos muy específicos, «pero diagnosticamos un incremento relativamente generalizado dentro de la canasta que lleva a reflexionar sobre su impacto en la toma de decisiones de política monetaria».

Y advierte que, de continuar esta inusual volatilidad y las sorpresas, «se alimentará la inmovilidad en las decisiones de política monetaria».

Precisa que para el Banco Central no solo resultará difícil realizar diagnósticos de tendencia inflacionaria, «sino que sorpresas en el margen restarían convicción y alimentarían el ya instaurado disenso al interior del Consejo».

El informe del BBVA sostiene que «resulta al menos llamativo» que los analistas en economías tan diversas, como las de Estados Unidos, Colombia, Brasil, e incluso ahora en Argentina, tengan la capacidad de anticipar de manera relativamente precisa la variación de precios. Y, sin embargo, eso no ocurre en Chile, donde, «descartando la hipótesis de que la ‘calidad’ de los analistas es mejor en esos países, ciertamente se levantan hipótesis adicionales».

Selaive y su equipo destacan que ha existido el error de que la proyección de los últimos meses se eleve y aumente su volatilidad, «evidenciando la dificultad que ha tenido el mercado para predecir el valor de la inflación
mensual dentro de márgenes de error acotados».

Y precisa que no ha sido un problema exclusivo del mercado, «ya que el Banco Central también ha reconocido en sus minutas las sucesivas sorpresas inflacionarias durante el periodo».

La pregunta es si es una falencia de los analistas o se trata de complejidades metodológicas en el IPC que hacen difícil su proyección.

El BBVA explica que la importancia de tener una inflación con baja volatilidad «radica, entre otras cosas, en que permite acotar las sorpresas inflacionarias, tanto para el mercado como para la autoridad monetaria».

Recalca que es un problema importante que la alta volatilidad no pueda ser prevista por el mercado o por la autoridad monetaria, «dificultando la toma de decisiones y generando mayor volatilidad en el precio de activos financieros».

El documento consigna que las expectativas «son uno de los principales canales de transmisión de la política monetaria, junto con la brecha de actividad y el tipo de cambio. Por lo tanto, las dificultades en la formulación de expectativas, no solo en el nivel de convergencia sino también en el timing o trayectoria de la inflación, tienen efectos directos sobre la efectividad de la política monetaria y en última instancia sobre la inflación de mediano plazo».

El creciente aumento en la volatilidad del IPC no sería por culpa de un solo producto, puntualiza el informe. «Desde enero de 2016, cerca de 54% de los productos de la canasta ha aumentado su volatilidad, alcanzando a octubre de este año un 93% de productos con una volatilidad mayor a su inflación promedio», detalla.

Agrega que varias veces durante el año se han traspasado los rangos históricos mínimos y máximos. «Es decir, la mayor volatilidad observada a nivel agregado es un fenómeno más bien generalizado dentro de la canasta. Si bien hay ítems que destacan en los últimos meses, no podemos decir que la volatilidad de la inflación se explica solamente por algunos productos», subraya.

Y resalta que la mayor volatilidad en la inflación no es compartida por otras economías. Nuestro país constituye un caso excepcional. «Las sorpresas en proyecciones de mercado son significativas en Chile, comparadas con el resto del mundo. Chile es uno de los países con mayor error de proyección para la inflación mensual», afirma.

Selaive y su equipo dicen que los ajustes metodológicos efectuados por el INE en los últimos años deben seguir realizándose, «pero también habría que reforzar la transparencia hacia los agentes de mercado, entregando mayores detalles respecto al proceso de tomas de precios, tal como se hace en otros países».

Y advierte que, si no se soluciona el problema, «podemos estar en presencia de una dinámica de ajustes de precios distinta por parte de retailers/distribuidores/productores, con ajustes más esporádicos pero al mismo tiempo realizados de forma más agresiva. Este último fenómeno podría ser consecuencia de un ambiente de acotado dinamismo de la demanda interna».

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