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El camarada Gusenbauer: el poderoso político y empresario austriaco que desliza sus redes en Chile y que lo involucran en el futuro de Alto Maipo Fue Canciller Federal antes de convertirse en hombre de negocios

El camarada Gusenbauer: el poderoso político y empresario austriaco que desliza sus redes en Chile y que lo involucran en el futuro de Alto Maipo

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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Tiene amistades con ex ministros y se mueve en el círculo socialista local con nombres como los de Osvaldo Puccio, Ricardo Lagos y Álvaro Elizalde. Ha estado varias veces codo a codo con Bachelet y en Chile participa del polémico fondo de inversión privado Equitas y es presidente de Strabag, la constructora austriaca clave para el futuro del proyecto que controla AES Gener. Un político que se convirtió en un exitoso hombre de negocios y que ha aterrizado en nuestro país, al parecer, para quedarse.


En 2008, la visita oficial de Estado que registran las memorias en el Ministerio de Relaciones Exteriores y varias fotos de la época, muestran a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, estrechándole la mano a un sonriente hombre. Alto, de contextura gruesa. Se trataba del Canciller Federal austriaco, Alfred Gusenbauer, un poderoso político socialista, que aterrizaba en Chile como la máxima autoridad de ese país.

Doctor en Ciencias Políticas, su historia pública más temprana se remonta a 1984 y se resume a cómo escaló desde las Juventudes Socialistas a ser uno de los más poderosos representante del Partido Socialista de Austria y de la Internacional Socialista, carrera que lo llevó a convertirse en Canciller Federal de su país, puesto que alcanzó en enero de 2008, luego de un fallido intento en el 2006 por llegar a igual cargo.

Hijo de un obrero de empresas eléctricas del Danubio, su biografía recoge que su madre era aseadora, pero que su camino estaba enfocado en el poder, el que se ha hecho extensivo más allá de Austria, hasta Alemania y varios países de Europa, donde su nombre resuena no solo en la política sino también en los negocios. Le llaman camarada Gusenbauer y, tras dejar el gobierno, pese a que su figuración en el ambiente socialista no cesó, la prensa comenzó a observar el otro lado del ex premier: su agudo ojo para los negocios y su perfil capitalista. Se ha acercado a las empresas más poderosas de Austria y ha escalado en importantes directorios que incluyen no solo sociedades anónimas. Por ejemplo, es el hombre de confianza de otros ex presidentes, entre ellos el polémico mandatario de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev.

Como Canciller, Gusenbauer promovió a Austria como un destino de negocios, aunque el rédito europeo, más bien pequeño en relación con sus vecinos, no parecía tan interesante para los inversores. Anunció campañas para recuperar la imagen del país en medio de casos conocidos por la prensa mundial de incesto y secuestros que dieron la vuelta al mundo y en su periplo por Latinoamérica no solo pasó por Chile a dejar su mensaje de que la relación de negocios con Austria podía crecer. Se reunió con Cristina Fernández en Argentina y habló del mucho interés de su país por invertir en ese mercado. Dijo lo mismo en Brasil y apuntó al interés en apostar por las energías renovables. Ello, pese a que en ninguno de estos países las inversiones austriacas han sido nunca representativas.

Volver, volver, volver

A Michellle Bachelet, Gusenbauer ya la conocía. Se habían visto en Londres poco antes del señalado encuentro, cuando la Mandataria aterrizó en visita oficial. Un año antes, además, habían compartido en la Asamblea General de la ONU como moderadores del panel sobre el cambio climático. El nombre del país resonaba en los oídos del austriaco desde los albores de los 80, cuando como integrante del movimiento socialista estudiantil de Europa debatía con exiliados chilenos los pasos que habían implicado la caída de Salvador Allende tras el golpe de Estado de 1973. No está claro si alguna vez allí ya conoció a la actual Presidenta, pero sí se codeó con otros chilenos. Entre ellos, con Osvaldo Puccio. También dicen que fue cercano a Julio Ponce, a quien habría conocido a través de Puccio. El ex ministro estuvo exiliado en Alemania Oriental y allí se cruzó por primera vez con Gusenbauer. Se encontrarían varias veces más en el futuro.

Entrar en la historia política de Gusenbauer es un capítulo aparte, pero está claro que sus redes cruzaron hasta Latinoamérica, particularmente hasta Chile, donde en algún momento –que no está claro en biografías oficiales– puso sus ojos. Pese a que su nombre no es vox populi en el círculo socialista chileno, ha sido cercano a este. En el Club de Madrid –una agrupación de presidentes que pelean por la agenda verde– comparte filas con el ex Mandatario Ricardo Lagos, y también en la Universidad Brown, de Boston, donde tienen la calidad de profesores libres.

Además, ha regresado a Chile varias veces tras dejar su cargo de Canciller, como cara de la Internacional Socialista, a exponer en varias de sus reuniones y donde se ha reencontrado con algunos viejos camaradas. Con Puccio otra vez, cuando este lo invitó a ser una de las caras del seminario que organizó la Fundación Salvador Allende con motivo de los 40 años de la muerte del ex Presidente, en 2013. Y con el nuevo círculo socialista, entre ellos, el ex ministro Álvaro Elizalde, con quien compartió en abril de este año en el antiguo Congreso Nacional en el seminario internacional “Repensar el mundo”, en que diversos líderes analizaron el futuro de la centroizquierda y donde Gusenbauer fue uno de los exponentes. El encuentro era organizado por la Fundación Salvador Allende y el Instituto Igualdad.

De político a empresario y el aterrizaje en Chile

Tras dejar su cargo como Canciller Federal de Austria en 2009, la prensa de ese país, y también las publicaciones alemanas, comenzaron a ver de forma más evidente el otro lado del ex gobernante. Varias crónicas empezaron a hablar de él como un capitalista que estaba haciendo ruido por su aparición en el mundo de los negocios sin arrugarse. “¿Qué quiere Alfred Gusenbauer? ¿Quizás toda Austria o incluso mejor, todo el mundo?», se preguntó un reportaje. Las redes del político iban más allá de su círculo socialista y se habían extendido a vínculos con importantes empresarios.

De acuerdo a la revista Kleine Zetung, que realizó en septiembre del año pasado una revisión al estatus de businessman del ex político, sus lazos se extendían a diversos caminos: como consultor de la gigante suiza constructora de trenes, Stradler Rail; como asesor de la familia Haselsteiner, controladora de la gestora inmobiliaria austriaca Signa; como consultor del grupo de medios WAZ y como parte del consejo directivo de la canadiense minera Gabriel Resources. De la mano de su trabajo empresarial, Chile aparecería nuevamente en el horizonte de Gusenbauer. En julio de 2010, el socialista era nombrado presidente de la junta directiva de la constructora Strabag, una de las más grandes de Austria.

La presencia de Strabag en Chile está relacionada con el proyecto Alto Maipo y ha tomado un papel protagónico en medio del congelamiento de recursos a la central de AES Gener y que tienen a la iniciativa tambaleando. La firma austriaca es mandante principal de Alto Maipo y durante el verano pasado entró al 7% del proyecto mediante el canje accionario por el sobrecosto de la central. La constructora podría elevar esa participación al 14%, aunque prensa especializada ha indicado que el porcentaje podría ser mayor si a la compañía europea le cuadran los números, y que, asimismo, podría tomar el porcentaje que la familia Luksic dejó en Alto Maipo. “Dada la dimensión del proyecto, Gusenbauer, que además conoce mucho Chile, que viene seguido al país y que habla perfecto español, debería estar enterado de estas tratativas, que obviamente van a pasar por la venia del directorio”, dice un conocedor del proyecto.

Pero los ojos de Gusenbauer se posaron en Chile hace varios años. En noviembre de 2009, un artículo de la revista política Profil fue replicado por casi todos los medios de negocios y política de Alemania y Austria. “Gusenbauer tendrá ahora un banco de inversiones”, titulaban en réplica a la nota. En ella se detallaba que el ex político tomaba una posición determinante en la gestora de fondos de inversión Equitas Capital en Chile, ligada a Vicente Pérez y Cristián Shea. El fondo, según información de la SVS, se constituyó oficialmente en el año 2008. La idea de Gusenbauer era promover el fondo especializado en bienes raíces, tecnología de la información, tecnología ambiental e industrias agrícolas, pero también la inversión austriaca en nuestro país.

Pero la publicación iba más allá, al preguntarse qué vínculo podía haber entre el fondo y la industria de casinos. ¿La razón? De acuerdo a Profil, existía una estrecha relación entre él y el empresario Rudolf Binder. El nombre de Binder resonó en Chile en 2009 vinculado a Sun International, controladores del casino Monticello. El empresario fue socio el proyecto un par de años. Binder además está ligado a la empresa Novomatic, firma inversionista de casinos que también participaba en Monticello y que tiene operaciones en varios países de América Latina. Novomatic aparecía asimismo como auspiciador de un congreso del fondo realizado en Viena en 2009. La pregunta de la revista era si la rentabilidad de Novomatic en la industria de juego serviría para inyectar capital a los proyectos de Equitas.

Tanto Gusenbauer como Binder son parte de la mesa directiva de la sociedad Equitas SpA, que a su vez es accionista controladora de Equitas Capital Management, según lo informado a la SVS. “El señor Binder es director del Consejo de Asesores de Equitas European Funds en Equitas Capital SpA. Binder es además socio de Novomatic AG con varios negocios en Alemania y España, así como en Ecuador y Perú y otros países de Europa”, precisa Bloomberg. De acuerdo a la misma información, el tercer extranjero relacionado al fondo es Alfred Liebich, un hombre ligado a los bancos de inversión en Austria, también cercano a la industria del entretenimiento y que fue incluso asesor del Ministerio de Finanzas de ese país.

De acuerdo a lo informado por Equitas a la SVS en su memoria del 2016, “la Sociedad tiene como giro exclusivo la administración de fondos de inversión de capital extranjero de riesgo, regulados por la Ley 18.657. En cumplimiento de dicho objeto tiene a su cargo la administración de Equitas International Fund Ltd. (‘EIFL’). EIFL fue constituido como sociedad por acciones de responsabilidad limitada, registrado en el Registro de Compañías de Islas Caimán con fecha 8 de diciembre de 2010, de conformidad a las disposiciones del capítulo 22 de la Ley de Sociedades de Islas Caimán, constando sus estatutos vigentes en el documento en inglés denominado ‘Amended and Restated Memorandum and Articles of Association’ de fecha 14 de enero de 2011”, se indica. Además de Santiago, Equitas registra oficinas comerciales en Viena.

Presentarse en sociedad

Cuesta que en Chile sus cercanos reconozcan vínculos con Gusenbauer. En las oficinas de Equitas en Apoquindo algunos de sus colaboradores recuerdan haber escuchado su nombre, aunque resulta difícil indagar y tratan su presencia con sigilo. En Chile, se le ha visto con Vicente Pérez y visitando la casa de Osvaldo Puccio. Con el ex ministro han tejido una relación cercana. Se conocieron en el exilio de Puccio, luego se reencontraron cuando el político chileno fue embajador en Austria y ahora, en nuestro país, ha asumido un rol clave en sus negocios. Puccio es parte del comité de vigilancia de Equitas y ha acompañado a Gusenbauer a presentarse en sociedad. El ex Canciller asumió en 2016 un papel más visible en la gestora de fondos, lo que quedó de manifiesto con dos reuniones informadas por la Ley de Lobby, en las cuales conoció a personeros de Gobierno locales.

El 22 noviembre de 2016, junto con Puccio y Cristián Shea, se reunieron con Cristián Franz, superitendente de Medio Ambiente. Dos días después, el grupo repitió la cita con el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier. El motivo de las reuniones fue el siguiente: “Informar el giro y las actividades de su fondo Equitas de Inversiones, vinculados a proyectos de negocios en el ámbito medio ambiente”, según consta en actas. Hablar de Hidronor, una empresa de manejo de residuos y otros de sus proyectos en Chile, habría sido parte de la charla.

En medio de las visitas protocolares de Gusenbauer poco se sabía en ese minuto del escándalo que se estaba fraguando y que reveló El Mostrador pocos meses después. “Innovaciones Forestales (IF) está en proceso de reorganización, luego que se descubrieran irregularidades en sus estados financieros de 2015 y facturas que se daban por pagadas a Los Acacios, uno de sus proveedores, pero que eran cobradas por firmas de factoring”, según consignó el reportaje (ver acá). En la pugna, Equitas además se armó con la asesoría legal de Jorge Bofill para indagar en las irregularidades de la empresa forestal y responder a la lluvia de demandas que pesan por el caso. El monto defraudado alcanzaría a los US$ 8 millones. A Bofill se sumó también Imaginacción, la empresa de lobby y comunicaciones estratégicas ligada a Enrique Correa, otro hombre fuerte de la Concertación y cercano a Puccio.

Pese al episodio, Equitas sigue con activos planes en Chile. De hecho, el 25 de septiembre comunicó a la Bolsa de Santiago que oficializaba la inscripción de Equitas Capital III – Etapas Tempranas Fondo de Inversión. En sus fondos I y II, la firma ha invertido (de acuerdo a un informe de Corfo) en compañías como Desarrollos Acuícolas Río Negro, Crlickmagic, Greendot y Zonamovil, entre otras. Ya en ese fondo se hablaba de que gran parte de los aportes provenían de “los extranjeros”. El convertirse en “padrino” de inversiones es una veta que le gustó tanto a Gusenbauer, que formó Cudos Capital, otro fondo para apoyar a emprendedores, con sede en Austria.

La pregunta en el mercado es cómo Equitas va a acallar el escándalo de IF y llamar a nuevos aportantes para que este fondo sea exitoso en medio del escándalo reputacional de la forestal. Los factorings no miran con buenos ojos la actuación de Equitas y el caso es vox populi en el mercado. “Bueno, que pague”, dice uno de los afectados. Las miradas entonces apuntan a Austria.

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