Apuntan a que dichos solo dañan reputación mundial de la empresa
En una carta al director publicada en El Mercurio, firmada por indignados ocho miembros, enrostra a Jorge Bermúdez los avances en materia de transparencia del gobierno corporativo de la estatal, luego de que el supervisor deslizara corrupción y nepotismo en la minera. Directorio apunta a que hubo casos en el pasado, pero que ya fueron investigadoos y denunciados, y que «no resulta lógico que se atribuya dicha autoridad hallazgos que el gobierno corporativo de la compañía ya investigó, reportó y resolvió».
Sigue el gallito entre la Contraloría general de la República y Codelco.
En una carta al director publicada este martes por El Mercurio, ocho indignados directores de la minera estatal salieron a enfrentar con dureza al contralor Jorge Bermúdez, luego de que el supervisor señalara hace unos días que en la empresa existía nepotismo, deslizando eventual corrupción, según declaró en la comisión investigadora de la cámara de Diputados.
Los firmantes fueron Dante Contreras, Ghassan Dayoub, Raimundo Espinoza, Óscar Landerretche (presidente), Juan Morales, Isidoro Palma, Paul Schmidt y Blas Tomic (sólo faltó Laura Albornoz de los 9 directores totales), y enronstraron a la cabeza de la entidad supervisora que Codelco ocupa los primeros lugares en transparencia entre empresas públicas y privadas tanto a nivel nacional como mundial (primera en recursos naturales), dando cuenta del trabajo del actual gobierno corporativo.
En ese sentido, apuntan en la carta a que el Contralor hace referencia a casos ocurridos en el pasado, donde sí hubieron casos a los que hace alusión, pero indican que «la totalidad de los temas que levanta el señor contralor como prueba de sus afirmaciones son del pasado y aquellos donde efectivamente hubo irregularidades han sido auditados, investigados e incluso denuncciados» por el directorio, «con años de anterioridad a la designación del contralor».
Agregan que «no resulta lógico que se atribuya dicha autoridad hallazgos que el gobierno corporativo de la compañía ya investigó, reportó y resolvió».
Apuntan a que es una «irresponsabilidad divulgar denuncias infundadas, que tienen como efecto el daño a la reputación de una empresa que ha tenido la trayectoria de mejora».
Concluyen en que los firmantes se sienten «agraviados y ofendidos en su honra personal» e «injustamente descalificados en sus competencias profesionales», haciendo un llamado a que el contralor ejerza su cargo con «la mayor responsabilidad, rigurosidad y sobriedad».
