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Islas Vírgenes quedan devastadas tras el paso del huracán Irma

Islas Vírgenes quedan devastadas tras el paso del huracán Irma


La exuberante vegetación fue desolada, las casas perdieron sus techos y los autos yacen aplastados debajo de los postes del alumbrado. St. John, parte de las Islas Vírgenes que fueron golpeadas por el huracán Irma la semana pasada, está lejos de parecer un destino turístico.

Muchos residentes locales se han dado por vencidos y parten tras perder todo a causa de la tormenta de categoría 5, pese a que las autoridades locales en el territorio de Estados Unidos dicen están determinadas a reconstruir las islas.

«No tengo trabajo, no tengo casa, no tengo dinero», dijo Miriam Martínez, quien trabaja como ama de llaves y chef en St. John. «No puedo quedarme aquí».

La Guardia Costera de EE.UU. llegó el martes para ayudar a sacar a los evacuados y algunos turistas de la isla. Muchas personas se dirigen a San Juan, Puerto Rico, para recibir atención médica, o reunirse con sus familias y ver a qué lugar pueden ir. Martínez esperó en el muelle durante horas para ver a su hija, su hijo y dos nietos ya que planeaba quedarse otro mes en la isla.

Muchos han venido aquí desde EE.UU. y regresan donde sus familias en el continente, dijo Ian Samuel, un voluntario y residente de St. John, quien ayudaba a los evacuados a salir de la isla. Algunos comparan a Irma con el huracán Hugo en 1989, que costó al territorio unos US$3.600 millones.

Defiéndete

«Nuestro principal sustento como economía es el turismo y queremos que la gente de la comunidad estadounidense en general o el mercado visite las Islas Vírgenes de EE.UU. de manera regular», dijo el gobernador de las Islas Vírgenes de EE.UU., Kenneth Mapp. «No queremos ser borrados de la lista» de destinos turísticos.

Por un tiempo, eso no será fácil. En St. Thomas –la isla hermana más grande y un fuerte destino turístico– la devastación era aún mayor. Se informó de cuatro personas muertas, y algunos residentes se quejaban que la ayuda del gobierno no había llegado pronto.

Ruth Petersen, de 90 años, que vive sola en un apartamento en un segundo piso, dijo que la lluvia y el viento volaron sus contraventanas. Fue entonces cuando subió a su dormitorio, lejos de las ventanas.

«Todo se ha ido. Todo», dijo. «Sé que no podían detener el huracán, pero entonces, venga. Entre y pregunte cómo nos sentimos».

Visita de Trump

Se espera que el presidente Donald Trump visite las islas dentro de una semana, dijo Mapp. Señaló que el presidente ha enviado sus «buenos deseos» a los residentes.

«No vamos a tener recuperación en un instante», dijo Mapp. «Estamos manejando las expectativas, no es una carrera corta».

La recuperación llevará años, ya que hay «un montón de trabajo que va a tener que hacerse», según John Rabin, administrador interino de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) de la región dos, que cubre las islas. El noventa por ciento de la distribución eléctrica de St. Thomas fue destruida; mientras que alrededor de la mitad de la red de St. John está cortada. Las escuelas no se han abierto todavía, y el gobierno está incentivando a los padres a enviar a los estudiantes a St. Croix, a casi dos horas de distancia en ferry, dijo Judi Shimel, residente de St. John.

Las firmas calificadoras de deuda han sido cautas sobre la evaluación del impacto de Irma en la isla, que tuvo un producto interno bruto de US$3.770 millones en 2015. Moody’s Investors Service rebajó las calificaciones de los bonos de las Islas Vírgenes de EE.UU. emitidos en enero a través de la Autoridad de Finanzas Públicas de las Islas Vírgenes a Caa1 y Caa2 de B1 y B2.

«Aunque el gobierno de las Islas Vírgenes de EE.UU. recibirá ayuda de la FEMA, la tormenta probablemente empeorará la liquidez extremadamente débil del territorio», dijo Ken Kurtz, analista principal de Moody’s para las Islas Vírgenes, en una declaración el viernes.

U.S. Coast Guard evacuation efforts in St. John on Sept. 12. Photographer: Michael Nagle/Bloomberg

 

Damaged buildings and trees on St. John on Sept. 12. Photographer: Michael Nagle/Bloomberg

 

Kimarley Brathweite, 13 years-old, sits in his grandmother’s damaged apartment in the Tutu High Rise in St. Thomas on Sept. 12. Photographer: Michael Nagle/Bloomberg

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