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La muerte de las grandes compañías Opinión

La muerte de las grandes compañías

En este nuevo mundo se están viendo muy desafiadas las grandes compañías, porque es cada vez más veloz y la creatividad y la innovación son las claves del éxito. En este escenario los grandes transatlánticos no logran moverse a tiempo y tardan lo que el Titanic para esquivar un iceberg.


Cuando se dice que las máquinas van a reemplazar a las personas solo es cierto en cuanto a la mano de obra; porque nada, nada puede reemplazar al talento humano.

“Hoy el talento es lo único que mueve el capital”, dice Kjell A. Nordström, el doctor en Economía sueco que plantea que en esta época ya no podemos hacer negocios como antes.

¿Por qué?, porque el mundo cambió y lo sigue haciendo cada vez a velocidad más acelerada y en forma más expansiva. Hace un rato esto se volvió global y las fronteras entre los países se han vuelto más difusas. Incluso el gurú postula que el mundo crecerá en forma de grandes urbes. Igualmente, el avance permanente, ininterrumpido y acelerado de la tecnología, no solo ha vuelto al mundo global sino también transparente.

Cuando la información está en el mundo digital, se vuelve disponible para todo el planeta y, al estar compartida, cualquier idea o negocio se vuelve inmediatamente replicable. Eso implica un desafío enorme para el talento humano, para la creatividad que propicia la innovación y quienes sean los más veloces tendrán éxito. Necesitamos negocios inusuales y diferentes.

Solo hay una salida y es sencilla: hacer algo distinto, que no se haya visto antes. Innovar durante un corto espacio, llegar a tiempo, ser único y resultar altamente competitivo.

“En el futuro, habrá dos clases de empresas: las rápidas y las muertas”, dijo David Vice, presidente de Northerm Telecom.

En este nuevo mundo se están viendo muy desafiadas las grandes compañías, porque es cada vez más veloz y la creatividad y la innovación son las claves del éxito. En este escenario los grandes transatlánticos no logran moverse a tiempo y tardan lo que el Titanic para esquivar un iceberg.

Un mundo dominado por la economía de libre mercado, en el cual tradicionalmente ha imperado la competencia, se está viendo desplazado por el nuevo modelo de la economía de la colaboración, donde el lema es colaborar, por sobre competir.

Mientras la inteligencia artificial y el Internet de las cosas solucionan problemas básicos y también otros cada vez más complejos, y viviremos en Smart Cities, el talento humano se vuelve oro líquido, porque es la inteligencia creadora de todo este nuevo orden y es la nueva revolución industrial. El mundo industrializado ya no tiene monopolio, porque el saber se mueve con total libertad.

Por lo tanto, las grandes compañías van a morir sí o sí. Un tercio de las empresas de la lista Fortune de la década de los setenta ya había desaparecido en 1983.

Los expertos lo explican debido a que los directivos se enfocaron en las ganancias y en lo menos importante, en lugar de pensar en la comunidad humana que formaba la empresa.

Vivimos en la época del tiempo y el talento. Somos dueños de los principales bienes de la sociedad: nuestros cerebros.

Mónica Reyes R.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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