Gobierno espera recaudar por lo menos 40.000 millones de reales para diciembre de 2018
La decisión del gobierno marca el contraste más rotundo entre la administración del presidente Michel Temer y sus predecesores de izquierda inmediatos: Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva. También marca un esfuerzo significativo por mejorar la lamentable infraestructura del país, que socava el crecimiento y la competitividad.
Brasil expuso los detalles de su programa de privatización más grande en más de una década el miércoles, revelando una larga lista de proyectos a licitar en los sectores de transporte y energía del país.
Entre los nuevos proyectos que se subastarán se encuentran los derechos de operación de un bloque de 14 aeropuertos, incluyendo el de Congonhas de São Paulo, 15 terminales portuarias y la Casa de la Moneda, anunció el jefe de infraestructura, Wellington Moreira Franco, en una conferencia de prensa junto a dos ministros. Un panel especial del gobierno también formalizó la venta de la participación del Estado en el gigante energético Eletrobas, anunciada a principios de esta semana. El gobierno espera recaudar por lo menos 40.000 millones de reales para diciembre de 2018 con la venta de estos 57 nuevos proyectos, según Tarcisio Freitas, secretario de coordinación del programa de asociación de inversiones.
«Definitivamente va a haber mucho interés en estos activos», dijo Mauricio Quintella, el ministro de Transportes.
La decisión del gobierno marca el contraste más rotundo entre la administración del presidente Michel Temer y sus predecesores de izquierda inmediatos: Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva. También marca un esfuerzo significativo por mejorar la lamentable infraestructura del país, que socava el crecimiento y la competitividad. Si bien la incertidumbre se mantiene sobre si el gobierno podrá obtener la aprobación de una polémica, pero fiscalmente vital, reforma de pensiones, el anuncio del miércoles es una señal de su voluntad continua para ejecutar una agenda de modernización en otras áreas.
Otro programa de privatización lanzado en agosto de 2016 ha tenido mucho éxito. De los 89 proyectos presentados a licitación, 49 son ahora operados por contratistas privados, y se espera que 12 más estén en funcionamiento a finales de año.
Una larga lista de posibles obstáculos podría socavar los planes del gobierno. El ambiente regulador notoriamente duro de Brasil, las protestas sindicales y la oposición de los políticos cautelosos de perder el poder de administrar grandes empresas estatales podrían descarrilar o retrasar el programa. Un nuevo gobierno asumirá el poder en enero de 2019, y podría no compartir el entusiasmo reformista de la administración actual.
