Ahora, su nombre está de vuelta en las portadas, sus partidarios se manifiestan y los mercados están asustados. Su regreso a la política invoca el fantasma de que el proyecto de Macri de abrir la economía después de doce años de aislamiento podría descarrilarse. Mercado prestando mucha atención a la subasta de Lebacs del banco central argentino el martes.
Llámelo la prima de Cristina.
Si desea medir el temor de los inversionistas ante un regreso político de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, preste mucha atención a la subasta de Lebacs del banco central argentino el martes.
Ahí es cuando el banco tendrá que refinanciar una cantidad récord de títulos a corto plazo conocidos como Lebacs, sólo dos días después de las primarias en las que Fernández podría superar al candidato del presidente Mauricio Macri. Una ventaja mayor de lo esperado podría reducir la demanda en la subasta de US$30.000 millones que se celebrará el martes y hacer caer el peso. Las elecciones legislativas se celebran en octubre.
«Lo tengo marcado en rojo en mi agenda», dijo Juan Manuel Pazos, un analista de investigación de Puente Hnos SA, sobre la subasta de Lebacs. «Si ella gana por 5 puntos o más va a haber una salida. No importa la tasa que paguen, los inversionistas se irán».
La carrera de Fernández parecía muerta y sepultada después de que su sucesor elegido perdió la elección presidencial en 2015 y las acusaciones de corrupción contra su gobierno se acumularon. Años de controles de divisas, crecientes barreras comerciales y un default de deuda pendiente desde la crisis financiera de 2001 finalmente parecieron haber quedado atrás para Argentina.
Ahora, su nombre está de vuelta en las portadas, sus partidarios se manifiestan y los mercados están asustados. Su regreso a la política invoca el fantasma de que el proyecto de Macri de abrir la economía después de doce años de aislamiento podría descarrilarse.
En el sistema de primarias de Argentina, todos los candidatos de todos los partidos o bloques están en la papeleta electoral en cada distrito de votación. Debido a que la mayoría de los candidatos, incluyendo a Fernández, compiten sin oposición dentro de su partido, las primarias en la práctica son una primera ronda no oficial o una encuesta con una gigantesca muestra.
Una gran ventaja para Fernández deprimirá el ya débil entusiasmo por las Lebacs, alimentando una fuga hacia el dólar que ha convertido al peso en la moneda de peor desempeño en los mercados emergentes este año, dijo Walter Stoeppelwerth, jefe de estudios de Balanz Capital en Buenos Aires.
«No sólo los locales están asustados por esto, también los extranjeros», dijo Stoeppelwerth por teléfono, y advirtió que el peso podría caer hasta un 5 por ciento. «Si ella está sobre cuatro puntos, apostaría un montón de dinero a que la moneda se mueve la próxima semana».
El entusiasmo por los títulos del banco central ya está disminuyendo; la tasa de refinanciamiento cayó a 74,9 por ciento y 84,8 por ciento en las últimas dos subastas, según cálculos de Balanz Capital. El banco central necesita refinanciar 535.000 millones de pesos (US$30.200 millones) en Lebacs el 15 de agosto, lo que representa aproximadamente el 61 por ciento de la base monetaria.
La oficina de prensa del banco central declinó formular comentarios sobre el efecto de una victoria de Fernández en la subasta de Lebacs.
Fernández, quien encabeza la lista de su alianza en la carrera por los escaños para representar a la provincia de Buenos Aires en el Senado, supera al candidato de Macri, el ex ministro de Educación Esteban Bullrich, por un promedio de alrededor de 5 puntos porcentuales en las encuestas antes de la votación del domingo. El peso se ha depreciado un 8,4 por ciento desde que Fernández anunció el 24 de junio sus planes para regresar a la política en las elecciones legislativas de octubre.
El mercado ya descuenta una victoria de Fernández en las primarias por un margen de hasta 3 puntos porcentuales, dijo Stoeppelwerth.
Aun así, Fernández podría ganar en las primarias pero perder en las elecciones de octubre. El gobierno tiene tiempo y una economía en aceleración a su favor, mientras que los niveles de desaprobación de la expresidenta son altos, lo que sugiere que muchos votarán tácticamente para bloquear su regreso.
«La idea de que Cristina Kirchner podría volver al poder sigue siendo un evento de cisne negro», dijo Stoeppelwerth. «Aún tienen tres meses para cebar la bomba. Si gana y luego gana otra vez en octubre, entonces estaremos en problemas».
