Opinión
Países como Francia, Alemania y España, entre varios otros, tienen reducciones o exenciones al Impuesto de Herencias cuando este afecta empresas familiares. En Chile, algunos expertos se inclinan por su derogación.
En 2016, el ingreso del fisco por concepto de Impuesto a la Herencia fue de un 0,32% de la recaudación tributaria total.
Si bien este impuesto solo afecta a las personas, la realidad es que también impacta la estabilidad de las Pymes.
El Impuesto de Herencia es un verdadero impuesto al patrimonio con una tasa progresiva que puede alcanzar hasta un 25% del valor de los bienes que cada heredero reciba, incluyendo el valor comercial de acciones o derechos sociales en una Pyme.
Este impuesto impacta en la continuidad de las Pymes familiares, donde los padres de familia detentan participaciones relevantes al momento de su fallecimiento. Casi todas estas compañías mantienen sus recursos invertidos en activos destinados a la producción, lo que implica que muchas veces no tengan la liquidez para que los herederos puedan hacer frente al pago del impuesto; o, aun existiendo, deban retirar y pagar el Impuesto Global Complementario con el único objeto de pagar el IH.
Algunos herederos optan tristemente por vender la PYME, mientras otros deciden endeudarse para pagar y recibir una empresa con resultados a la larga inciertos. Eso es riesgoso cuando la familia ignora el impacto financiero de estas deudas, que podría dejarlas sin liquidez ni patrimonio.
Países como Francia, Alemania y España, entre varios otros, tienen reducciones o exenciones al Impuesto de Herencias cuando este afecta empresas familiares. En Chile, algunos expertos se inclinan por su derogación.
Mientras ello no ocurra, habrá que tomar las medidas jurídicas y administrativas necesarias tendientes a no poner en riesgo la continuidad de la Pyme.
Juan Andrés Larrondo
Abogado, especialista en tributación y empresas familiares.
Honorato Delaveau
