Activos brasileños continuaron siendo castigados por inversores el lunes
Los intentos de Temer de desacreditar acusaciones contra él la semana pasada en una investigación de corrupción no lograron convencer a muchos durante el fin de semana. Un socio clave de la coalición, el partido PSB, abandonó a Temer y se unió a los partidos de la oposición para pedir su renuncia. La influyente asociación de abogados, OAB por sus siglas en portugués, votó a favor de iniciar un proceso de juicio político contra Temer.
El impopular presidente de Brasil, Michel Temer, ha ejercido el cargo durante más de un año después del juicio político de su predecesora, respaldado principalmente por el Congreso y los mercados financieros. Bajo el peso de nuevas acusaciones de corrupción contra él, ese apoyo se está desmoronando.
Los intentos de Temer de desacreditar acusaciones contra él la semana pasada en una investigación de corrupción no lograron convencer a muchos durante el fin de semana. Un socio clave de la coalición, el partido PSB, abandonó a Temer y se unió a los partidos de la oposición para pedir su renuncia. La influyente asociación de abogados, OAB por sus siglas en portugués, votó a favor de iniciar un proceso de juicio político contra Temer.
«Creemos que el presidente debe renunciar porque ya no tiene los recursos políticos, morales, éticos y administrativos necesarios para continuar», dijo Carlos Siqueira, jefe del Partido Socialista Brasileño, uno de los más grandes de la coalición de Temer.
Otros partidos aliados, que se habían unido al bando de Temer con la esperanza de que sus reformas a favor de los mercados sacaran al país de su peor recesión para las elecciones del próximo año, ahora tienen la mira puesta en la Justicia y en las calles para decidir si también cambiarse de bando.
«Esperaremos a que el Tribunal Supremo se posicione antes de tomar cualquier decisión», dijo en una entrevista José Agripino Maia, jefe del partido DEM.
El sábado, Temer pidió al máximo tribunal del país suspender una investigación sobre corrupción y encubrimiento en su contra, argumentando que una grabación utilizada por el fiscal general Rodrigo Janot como prueba había sido falsificada. Temer calificó a la persona que grabó la conversación con él, el presidente de JBS Joesley Batista, como un empresario descontento por el menor gasto de su Gobierno.
La noticia sobre la existencia de la cinta y extractos de la conversación fueron dados a conocer por primera vez por el diario O Globo en horas avanzadas del 17 de mayo, provocando una conmoción en todo el país y una marcada liquidación de activos brasileños al día siguiente. Los mercados se recuperaron el 19 de mayo cuando se difundió la grabación completa y muchos consideraron que la cinta no era concluyente.
Sin embargo, mientras Temer se concentraba en negar acusaciones de que autorizó partidas secretas para comprar silencio de personas implicadas, la OAB describe un panorama mayor de conductas irregulares. Recrimina al presidente por no denunciar actividades delictivas, violar el decoro presidencial y prometer favores indebidos a ciertas personas. La OAB presentará su solicitud de juicio político en la cámara baja del Congreso en los próximos días, dijo el domingo.
La oficina de prensa de Temer no respondió a las solicitudes de comentarios.
El riesgo de una prolongada batalla política que podría paralizar el país durante meses consterna a muchos inversores. El juicio político de Dilma Rousseff, destituida en 2016, duró más de 8 meses. La decisión del tribunal electoral del país de anular los resultados de las elecciones de 2014 y, en última instancia, obligar a Temer a abandonar el cargo, también podría tardar meses, y está abierta a apelaciones.
«La mejor previsión sería una renuncia, si saliera por la televisión y terminara esto lo antes posible», dijo Alexandre Bandeira, analista político de Strattegia Consultoria, una firma de consultoría.
