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La ‘buena onda’ llega al mundo de los economistas: analistas en Inglaterra observan la luna para entender la inflación

La ‘buena onda’ llega al mundo de los economistas: analistas en Inglaterra observan la luna para entender la inflación

Si bien la trayectoria ascendente de la inflación se detuvo en marzo, aliviando la presión tanto sobre los presupuestos hogareños como sobre los encargados de la formulación de políticas del Banco de Inglaterra, la Oficina Nacional de Estadística dijo que la celebración inusualmente tardía de la Pascua está distorsionando las cifras. La festividad religiosa varía cada año según el momento de la primera luna llena eclesiástica que sigue al equinoccio de primavera (en el hemisferio Norte).


Para los economistas que escudriñan cada dato del Reino Unido a medida que el país avanza hacia el Brexit, hasta las fases de la luna están demostrando ser significativas.

Si bien la trayectoria ascendente de la inflación se detuvo en marzo, aliviando la presión tanto sobre los presupuestos hogareños como sobre los encargados de la formulación de políticas del Banco de Inglaterra, la Oficina Nacional de Estadística dijo que la celebración inusualmente tardía de la Pascua está distorsionando las cifras. La festividad religiosa varía cada año según el momento de la primera luna llena eclesiástica que sigue al equinoccio de primavera (en el hemisferio Norte).

En la práctica, eso significa que este año el feriado cae en abril, en vez de marzo, retrasando el impulso habitual a los costos de los viajes durante los recesos escolar y laboral. Los pasajes aéreos bajaron 4 por ciento el mes pasado, en comparación con un aumento de 23 por ciento en marzo de 2016, neutralizando los aumentos en los precios de los alimentos y la ropa.

«Es posible que la reciente escalada de la inflación se haya frenado por ahora, pero tiene más que ver con el calendario de Pascua que con algún cambio en la fuerte presión alcista sobre los precios», dijo Stephen Clarke, analista económico del centro de estudios Resolution Foundation.

A pesar de que su aceleración se frenó, la tasa de inflación del 2,3 por ciento sigue siendo la más alta desde 2013, impulsada por los mayores costos del combustible y la caída de la libra desde la votación del Reino Unido en junio pasado a favor de salir de la Unión Europea. Los precios de los alimentos y bebidas aumentaron un 1,2 por ciento anual, el nivel más alto en tres años.

Las presiones sobre los precios también son elevadas para la industria. El aumento anual en los costos de los insumos se desaceleró el mes pasado, pero todavía está cerca del 18 por ciento, con los costos de importación un 17 por ciento más altos.

Los responsables de la formulación de políticas del Banco de Inglaterra –que ya vieron subir el IPC por encima de su meta del 2 por ciento– han dicho que tienen una tolerancia limitada a la aceleración de los precios. Hasta ahora, la mayoría ha argumentado que no ve la necesidad de ajustar la política todavía porque hay pocas señales de presiones sobre los precios internos.

Los datos del mercado de trabajo que se conocerán este miércoles podrían confirmar esa opinión. Mostrarán, se supone, que el crecimiento salarial se desaceleró hasta 2,1 por ciento en los últimos tres meses, lo cual puede gravitar sobre el gasto de los hogares que contribuyó a impulsar la economía del Reino Unido desde la crisis financiera.

«Con nuevas alzas de precios previstas para finales de este año, y sin señales de acuerdos salariales en respuesta, la restricción sobre las remuneraciones será más profunda y larga de lo esperado», dijo Clarke.

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