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Fintech: ¿están las autoridades por delante de la ola de la innovación? Opinión

Fintech: ¿están las autoridades por delante de la ola de la innovación?

El ritmo con el que avanzan estas tecnologías es avasallador y, por lo mismo, deben alinearse con las estrategias de política pública definidas por la autoridad, que ayuden a que los servicios financieros formen parte de un rol integral, con medidas de protección a los consumidores, permitiendo la educación e inclusión financieras, incrementando la transparencia y eficiencia, y previniendo actividades ilícitas. Como resultado se mejoraría la salud financiera del país, lo que ayudaría al crecimiento económico.


A mediados de enero, la Casa Blanca publicó un documento con su declaración de principios respecto del marco de política para las innovaciones en tecnología financiera, más conocidas como Fintech.

En él se destaca que potencialmente este tipo de creaciones podría promover la inclusión financiera, expandir el acceso a capital para las personas y pequeñas empresas, y generar un cambio respecto de cómo la sociedad interactúa con los servicios financieros.

Para ello, enfatiza que las partes relacionadas deben colaborar para orientar los productos y servicios hacia objetivos amplios en pos de un beneficio para consumidores, mercados y la economía, entendiendo que este tipo de tecnología permea cada día más la vida de millones de usuarios.

En efecto, si bien el término Fintech tiene varias acepciones, la más general considera un vasto espectro de innovaciones tecnológicas, que impactan una amplia gama de actividades financieras. Estas incluyen soluciones para pagos móviles, tanto para consumidores como para comercios; herramientas para inversión y ahorro; moneda virtual; identificación y autentificación biométrica de clientes; utilización de algoritmos, big-data e inteligencia artificial para el negocio, entre otras.

Y si bien son los privados los que invierten en este ámbito, es interesante –tal como se destaca en el documento– que las entidades públicas sean también parte del desarrollo de nuevas tecnologías, actuando proactivamente, de manera de asegurar que este maximice el valor agregado para el cliente y para el sistema como un todo, de forma segura y sustentable. Así lo hemos visto en algunas geografías, donde los reguladores ya han dado pasos decisivos en este sentido. Tal es el caso de Reino Unido, que ha desarrollado una política estratégica para mejorar la competitividad del país como destino global para las Fintech.

Otro caso destacable es el de Singapur, donde se creó un departamento en el mismo Banco Central de ese país, con el objetivo de fomentar este tipo de innovación y con el fin de lograr ser un enlace internacional para ella. Ejemplos en los cuales las políticas públicas y la regulación pueden actuar proactivamente para el desarrollo sustentable de nuevos mercados.

¿Qué pasa en Chile? Aunque lejos aún de los ejemplos recién mencionados, la recientemente aprobada ley que crea la Comisión para el Mercado Financiero presenta una oportunidad para ocuparse de estos temas. Así, y en el marco de la facultad de proponer modificaciones a normas legales y normativas para asegurar el adecuado funcionamiento del mercado financiero, es relevante que la Comisión adquiera una posición activa, tal cual lo hacen los países antes descritos. Además de mantener una colaboración público-privada de manera de alinear los nuevos desarrollos a las definiciones de política pública que realice la autoridad.

El ritmo con el que avanzan estas tecnologías es avasallador y, por lo mismo, deben alinearse con las estrategias de política pública definidas por la autoridad, que ayuden a que los servicios financieros formen parte de un rol integral, con medidas de protección a los consumidores, permitiendo la educación e inclusión financieras, incrementando la transparencia y eficiencia, y previniendo actividades ilícitas. Como resultado se mejoraría la salud financiera del país, lo que ayudaría al crecimiento económico.

Sin embargo, generalmente los nuevos desarrollos generan preocupación respecto de los impactos que pueden provocar para la estabilidad financiera, especialmente luego de un rápido crecimiento en su uso o aplicación, y cuando estos no han sido testeados en condiciones adversas para el mercado. Por eso es importante que las autoridades muestren disposición a ser parte de su desarrollo y colaborar con la industria para identificar y mitigar potenciales riesgos que pueden generarse con la maduración de estas creaciones. Y para ello podrían utilizar las mismas innovaciones a su favor, incorporándolas en sus funciones regulatorias y de supervisión.

Sin duda, estas tecnologías han modificado la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno. Y aunque su desarrollo todavía es incipiente, es momento para que las autoridades sean parte activa, actuando en conjunto con todas las partes relacionadas, y estableciendo una estrategia de política para el desarrollo del mercado. Así, todos los avances que se materialicen contribuirán a un mercado financiero más seguro y sustentable.

Camilo Vio
Economista Banco Santander

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