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Un Presupuesto con letra chica que apunta a ser más prudente y gradual que austero

Un Presupuesto con letra chica que apunta a ser más prudente y gradual que austero

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Aumento de gasto en términos reales sería de más de un 6%, ya que toma como base la proyección de gasto efectivo para este año y no “presupuesto a presupuesto”. Valdés defendió la decisión diciendo que hacerlo de la otra manera “significaría un ajuste estructural monumental, que pondría en duda la recuperación que estamos buscando de la economía”. También confirmó lo que ya era evidente: balance estructural queda para el próximo Gobierno. Asimismo, reveló que sin Reforma Tributaria el gasto 2016 podría haber crecido menos de 1%.


El mundo político y economistas se fueron a dormir el miércoles, luego de escuchar a la Presidenta Michelle Bachelet, con la idea de que el Presupuesto 2016 era uno de austeridad.

Esta mañana el consenso es que el proyecto de ley armado por el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, y presentado por Bachelet, más que austero, es un presupuesto prudente y con un énfasis en “gradualidad”.

El propio ministro lo reconoció al señalar que el ”Presupuesto 2016 se ha diseñado con mucha prudencia y responsabilidad», al tiempo que explicó que se planificó para no poner “en peligro ni la macroeconomía ni la microeconomía”.

Es que el Presupuesto venía con letra chica. La más relevante es que el aumento de gasto en términos reales sería mayor al 6% y no el 4,4% que se anunció, ya que toma como base la proyección de gasto efectivo para este año y no “presupuesto a presupuesto”, como tradicionalmente se ha hecho.

Valdés defendió la decisión: “Respecto de la idea de algunos de crecer 4,5% presupuesto a presupuesto, significaría que el balance estructural mejoraría en tres cuartos de punto porcentual, y ese es un shock de política fiscal que hacen países que tienen al FMI de visita, prestándoles plata. No lo hacen países como Chile, que pueden ajustarse gradualmente. Significaría un ajuste estructural monumental, que pondría en duda la recuperación que estamos buscando de la economía”.

La decisión de tomar como base el gasto efectivo de este año generó polémica entre varios economistas.

La conclusión del BCI es que, en términos reales, “esta ley contemplaría un crecimiento del gasto fiscal de entre 6% y 6,5%, hecho que no es coherente con el cumplimiento de la meta de balance estructural cero a 2018”, y afirma que, para lograrla con esta Ley, será necesario hacia adelante “crecimientos del gasto por debajo del crecimiento de la economía”, algo que “tiene escasa probabilidad de ocurrencia”.

Ese análisis fue confirmado más tarde por el ministro, al admitir que el balance estructural queda para el próximo Gobierno. Manifestó que el objetivo ahora será mejorar en 0,25 puntos porcentuales por año el balance estructural. Para este año la proyección gubernamental es que el déficit estructural sea de 1,1% del PIB, pero hay consenso en que será mayor.

“El Presupuesto 2016 se ha diseñado con mucha prudencia y responsabilidad, tomando en cuenta la realidad económica que vive Chile y el mundo por este tiempo”, explicó el ministro.

Cabe mencionar que el Banco Central está ad portas de subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) para controlar la amenaza inflacionaria, y eso significa quitarle parte del estímulo monetario a una economía que está enfrentando una dura desaceleración y dando pocas señales de repuntar. Bajo esas circunstancias, el pensamiento de Valdés habría sido que un presupuesto demasiado austero sería contraproducente.

Segismundo Schulin-Zeuthen, presidente de la Asociación de Bancos, dijo a La Segunda que el balance del presupuesto que presentó Valdés refleja que “logró que el gobierno reconociera que la situación del país es compleja y que para mantener los ratings crediticios debe tener una política fiscal realista y darle importancia al crecimiento”.

Impacto de Reforma Tributaria

El titular de Hacienda también reveló que, sin la cuestionada reforma tributaria, el gasto 2016 podría haber crecido menos de 1%, explicando que más de 3,5% del aumento del gasto es financiado con los recursos extra que se recaudarán por esa vía.

Un informe de BBVA puntualiza que la reforma tributaria ha permitido “sostener un alto crecimiento de los ingresos fiscales, especialmente en lo relativo a los contribuyentes no mineros”, y agrega que los ingresos crecen 6,5% real, “pese al bajo crecimiento de la economía”.

Valdés reconoció, asimismo, que la inversión pública caerá con respecto a la de este año, “pero ese valor total de la inversión sigue siendo muy alto respecto de lo que hemos tenido en los últimos años.  De hecho, la tasa de inversión  a PIB que tenemos en este presupuesto es la tercera más alta desde el año 1990, siendo las otras dos las que tuvimos en el año 2009 –con el ajuste creo perfecto con la política anticíclica de ese momento–- y la del año que termina”.

Respecto a eso, el informe del BBVA estima que el gasto público aportará menos al crecimiento el próximo año, “con una caída relevante de la inversión pública, la tercera desde 1990”.

Impacto en el mercado

La conclusión del equipo de economistas de BCI –sin conocer aún todos los detalles– es que el presupuesto presentado crea las condiciones que sugieren “una mayor disposición a emisiones en el exterior. Con ello, parece coherente una menor emisión de deuda local respecto a lo observado durante este año, dados los objetivos de la convergencia a un menor déficit efectivo”.

Eso significa –según el BCI– que, en términos de mercado, “la eventual menor emisión de papeles de Tesorería llevará a mayor escasez de instrumentos de renta fija, hecho que presionaría a la baja a los rendimientos de la deuda”.

BBVA cree que el Gobierno tendrá que emitir alrededor de US$ 9.000 millones para financiar el presupuesto presentado.

Los detalles del proyecto de ley se entregarán el próximo lunes a la Comisión Mixta en el Congreso e incluirán la correspondiente actualización de proyecciones.

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