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Las conclusiones de Alfredo Coutiño de Moody’s Analytics: «Debilidad económica chilena se alarga»

Las conclusiones de Alfredo Coutiño de Moody’s Analytics: «Debilidad económica chilena se alarga»

El economista dice que la producción enfrenta obstáculos estructurales del pasado ante ausencia de cambios y modernización que padece el sector desde hace varios años.


La prolongada debilidad industrial chilena parece estar convirtiéndose en anemia crónica, la que en las últimas fechas se ha agravado por trastornos transitorios de paros técnicos. Sin embargo, la raíz de la anemia industrial está en la ausencia de cambios y modernización que padece el sector desde hace varios años.

La industria nacional ha sufrido una pérdida de capacidad productiva generada por la falta de inversión en la última década. El desplome de la industria minera ha sido un lastre para la actividad industrial, sobre todo a raíz de la falta de nuevas inversiones que se produjo con el ocaso de las materias primas iniciado hace ya algunos años.

Por su parte, las manufacturas han sido afectadas tanto por la debilidad de la demanda externa como por la pérdida de competitividad ante los productos importados. De hecho, gran parte de la absorción adicional generada por las prolongadas políticas expansivas encontró acomodo en las importaciones y la inflación más que en la producción nacional.

A esto hay que agregarle que la importante depreciación cambiaria va a tener un efecto sobre el consumo y repercusiones sobre la inflación, con consecuencias adicionales para la producción nacional. Mayor inflación y limitada creación de empleos van a erosionar el poder adquisitivo de las familias en una economía que va a tomar algún tiempo para regresar a tasas de crecimiento que representen una genuina recuperación sostenible.

Así, en agosto la producción industrial reportó la caída más profunda en los tres años de vida que lleva el registro de la actividad industrial nacional, al desplomarse a una tasa anual de 5.2%, después de contraerse 1.7% en julio y caer 1.4% en el mismo mes del año pasado. La caída industrial es mayormente explicada por un desplome de 9.3% en la minería y una contracción de 1.4% en las manufacturas.

Aun considerando que la minería se vio afectada por factores que ocasionaron interrupciones temporales en la producción –mantenimiento de plantas y paros laborales–, se ve difícil un repunte industrial en los próximos meses, sobre todo considerando la limitada capacidad productiva del sector. De hecho, incluso asumiendo que la producción se normaliza en septiembre y octubre, se ve difícil que la industria salga del terreno negativo.

Bajo estas condiciones, la economía chilena se enfila en el tercer trimestre a un crecimiento anual de alrededor de 1.8%, casi similar al 1.9% del trimestre anterior. En el año, la economía se dirige mayormente hacia un crecimiento de 2%, más acorde con el límite inferior del rango esperado por el Banco Central, de 2% a 2.5%.

Para el próximo año, si el país no logra restaurar la confianza de la inversión privada, la capacidad productiva continuará limitada y el crecimiento potencial se reducirá adicionalmente hacia un 2.8%. En este escenario la economía debería crecer en el rango de 2.5% a 3% en el 2016, para evitar tanto el deterioro inflacionario como el fiscal y el externo.

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