«Cada vez es más reconocido que se deben ocupar ciertas ‘técnicas’ para subir en este ranking, lo que eventualmente va a llevar a la gente a decir ‘quizás no debo pinchar en los primeros resultados porque –en cierta medida– también son pagados’”.
A muchos nos pasa que cuando buscamos algo en Google y vemos los resultados, probablemente leemos los anuncios de arriba y al lado (SEM) y luego leemos las primeras apariciones “orgánicas” o, como se conoce técnicamente, SEO.
Ahí uno dice «mmmm, Google me está recomendando estos sitios, deben ser los mejores», entonces por lo general uno pincha y hace clic en las primeras búsquedas que ahí aparecen.
Según dicen los estudios, aproximadamente el 75% de las personas que buscan en Google pinchan en la zona de SEO y, de estos, aproximadamente el 50% pincha en el primer aviso sugerido por Google y el 70% entre los 3 primeros.
Ahora bien, la gente más involucrada en marketing digital sabe que SEO también es una disciplina del marketing, por lo cual probablemente los primeros lugares que aparecen en tu búsqueda, más que ser los más eficientes, son los que Google puso primero porque cumplen con sus reglas o, como ellos llaman, “algoritmos”. A esto le he llamado la Trampa del SEO.
Cada vez es más reconocido que se deben ocupar ciertas “técnicas” para subir en este ranking, lo que eventualmente va a llevar a la gente a decir «quizás no debo pinchar en los primeros resultados porque –en cierta medida– también son pagados”.
Es aquí donde el marketing tradicional o el branding volverá a tener un rol principal en este nuevo mundo digital que se está llevando parte importante de la torta.
Si uno está buscando, por ejemplo, marcas de cámaras fotográfica y entre SEO y SEM le aparecen solamente marcas desconocidas, pero de repente ahí, medio extraviada, le aparece una marca que conoce, que ha visto en comerciales, revistas, vía pública, etc., su “tentación” para hacer clic ahí versus en una desconocida será mayor.
Es ahí donde los esfuerzos de marketing tradicional empezarán de nuevo a tener esa relevancia que hoy la sentimos medio extraviada.
Ronny Majlis
CEO Bee-Lab
Socio The Cow Company
