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Industria del salmón, cuando el barrio no da lo mismo Información pública:

Industria del salmón, cuando el barrio no da lo mismo

Multiexport, Camanchaca, Blumar, Australis, Invermar y Aquachile transan en bolsa e informan que tienen alrededor de 465 concesiones en agua de mar, pero sólo operan 137. Ninguna ha adecuado esta información a las nuevas regulaciones sanitarias que norman al sector que las agrupa por barrios y macrozonas, lo que hace muy difícil evaluar su real capacidad de producción.


Las empresas de salmones abiertas a la bolsa informan en sus estados financieros el listado de concesiones marítimas que tienen. Aquachile, Salmones Camanchaca, Australis Seafoods, Invermar, Multiexport Foods y Blumar señalan que cuentan con un total de 465 concesiones de agua de mar, pero que sólo están utilizando 137 de ellas, o sea, una proporción de 3:1.

Sin embargo, ninguna de ellas ha adecuado esta información a las nuevas regulaciones sanitarias que norman al sector. Todas revelan el nombre de la concesión, la región donde se encuentran y si están en operaciones o no, pero no identifican el barrio ni la macrozona donde se ubican, lo que hace muy difícil evaluar la real capacidad de producción de las compañías.

Si un inversionista quiere profundizar sobre el estado de salud en que se encuentra la biomasa de peces cultivados en las concesiones de agua de mar, debe cruzar la información que dan las empresas con la que publica el Servicio Nacional de Pesca, que sí las identifica por barrio. Si se revisa la información que las propias empresas tuvieron que dar a raíz del último brote de virus ISA en tres centros en abril y mayo pasados, es fácil darse cuenta por qué este “detalle” es relevante.

Lección 1: dime de dónde eres y te diré tus problemas

El proceso de engorda de un salmón se inicia con la siembra de los smolts en agua de mar. El salmón del Atlántico necesita un período de 14 a 19 meses para llegar a su peso adecuado, y la trucha Arcoiris, unos 11 a 13 meses, tras lo cual se cosecha y procesa. Ambas son las principales especies cultivadas en Chile, junto con el salmón Coho o del Pacífico.

Con la crisis de la industria provocada por el virus ISA o anemia infecciosa del salmón, que llevó a que la producción nacional se redujera en 70% entre 2007 y 2009, hay un antes y un después en el sector.

Durante mucho tiempo, las empresas lucharon por incrementar el número de concesiones marítimas porque iba en directa relación con su capacidad de crecimiento. Los propios actores regulaban la carga de cada centro y decidían qué concesiones iban a utilizar.

Después de que este sistema prácticamente llevara a la bancarrota a la industria, se acordaron nuevas normas para el sector. Una de las más relevantes fue publicada en junio pasado por la Subsecretaría de Pesca, en la cual por primera vez se define el número de peces que se siembra en agua de mar, que está determinado por el resultado productivo del centro de cultivo y el comportamiento sanitario del barrio – existen 90 en total– en que está ubicado.

Cada barrio es un conjunto de concesiones que pueden pertenecer a distintas empresas, pero que sanitariamente se opera como una sola unidad y ocupa un área geográfica determinada. Esto quiere decir que a la empresa A no le es indiferente lo que sucede con sus vecinos ubicados en el mismo sector. No da igual estar en un barrio “sano” que en uno donde ha habido brotes de enfermedades y el consecuente mayor uso de medicamentos. ¿Por qué? Porque la mortalidad o merma que se haya verificado durante el período de engorda será uno de los parámetros más importantes para que la autoridad determine la cantidad de peces que cada empresa podrá sembrar la temporada siguiente.

Sernapesca publica todas las semanas el listado de seguimiento de centros de alta diseminación. Allí están los centros de cultivo que presentan una carga promedio semanal igual o mayor a 9 cáligus adultos totales (que son parásitos que en altas densidades pueden reducir el crecimiento y la inmunidad a enfermedades de los salmones), identifica la empresa, la región y el barrio.

También, entre otros informes, este organismo da a conocer semestralmente la situación específica sobre consumo de antibióticos por región y por barrio. Los volúmenes de antibióticos indican presencia de problemas sanitarios. El 2007 durante el clímax de la tragedia, se usaron 385,6 toneladas; el 2010 cae a 143; y el 2012 vuelve a subir a 337,9 toneladas. En tanto que el porcentaje de consumo de antimicrobianos por tonelada de pescado cosechada subió en 2012.

Nada de eso publican las empresas a los inversionistas, a lo más agregan algo de información sobre el índice de mortalidad en sus análisis razonados, pero no dan detalles sobre enfermedades específicas.

Lección 2: lo que le pase al vecino, sí importa

En abril de 2013 se detectaron brotes de virus ISA en los barrios 18d y 20 donde se localizan los centros de Garrao Sur, que pertenece a Los Fiordos –del holding Agrosuper– y el centro “King” de Multiexport. Ante esto, la autoridad declaró a la Macrozona 6 como zona de emergencia sanitaria. La SVS envió oficios a las empresas para que le informaran sobre la situación sanitaria de sus centros de cultivos.

Salmones Camanchaca contestó, el 12 de abril, que se muestrearon los cinco centros que tenía en esa zona de la XI Región y que “no se ha detectado la presencia de ISAv patógeno en ninguno de los centros operativos”. Sin embargo, las consecuencias sí se sintieron sobre la producción de esta firma, controlada por Jorge Fernández y Francisco de Borja Cifuentes. En el análisis razonado que se presentó para la entrega de resultados al 30 de junio, la misma compañía da a conocer una realidad bien distinta.

Indica que los tres centros cosechados en la XI Región durante el II Trimestre tuvieron una mortalidad más alta que las de los dos centros cosechados durante el I Trimestre en la X Región. “Las mayores concentraciones de biomasa de salares (Salmones del Atlántico) en la Macrozona 6 generaron fuerte aumento de cáligus en los peces, incrementando costos directos por los tratamientos, reduciendo la conversión de alimentos en carne y generando inmunodepresiones en los peces que los ha expuesto a más enfermedades”. Más adelante, detalló que también sufrió un brote de virus en el centro Izaza en mayo, terminando con una mortalidad de 11% –dentro de lo esperado– pero “con costos muy superiores por los tratamientos y menores conversiones y pesos medios”.

Camanchaca señala las condiciones sanitarias como un factor de riesgo crítico. Estima que la mortalidad en el salmón del Atlántico le subirá a 13% en 2013, contra el 8% registrado en 2012. En tanto que en el caso de la trucha aumentará a 18% en este ejercicio, superior también al 17% anotado el año pasado.

Blumar también tenía 5 centros operativos dentro de la Macrozona 6, en los barrios 19a, 21a, y 21d, pero hasta mediados de abril no detectaron ninguna infección. Pero era previsible que la compañía se iba a ver complicada porque, de las 38 concesiones que posee, 37 se encuentran en la XI Región, que se reparten en 15 barrios. En su análisis razonado al 30 de junio, señaló que los costos en el período abril-junio siguen impactados “por las altas mortalidades y los menores pesos de cosecha ocasionados por brotes SRS, altas tasas de infestación de cáligus y bajas de oxígeno que ocurrieron con mayor intensidad en el primer trimestre”. Si bien no entra en mayores detalles, esta situación algo debe haber influido en que el volumen vendido cayera 25% en doce meses y que el EBIT fuera negativo en US$ 8 millones en el segundo trimestre, contra el también negativo de US$ 1,9 millones anotado en igual período de 2012, pese a que se registró una mejora en el precio del producto.

Multiexport, que posee más de 90 concesiones en agua de mar y se ubica en 23 barrios diferentes –que no específica en sus estados financieros–, fue una de las empresas que sufrió el brote del virus ISA en el centro King. La compañía controlada por Alberto del Pedregal, Martín Borda, José Ramón Gutiérrez, la sucesión de Hugo Pino y Carlos Pucci. señaló en abril que el centro King se ubicaba en el barrio 20 en la XI Región y que se estaba cosechando tras encontrarse que una de sus jaulas tenía este virus. Indicó que se trataba de una jaula con 24.700 peces de la especie Salmón Atlántico, con un peso promedio de 3,12 kilos. En una presentación a inversionistas, sí se hizo una descripción bastante extendida de la situación de la macrozona 6, dada la alarma que causó. Luego, en el análisis razonado a junio, aludió a mayores costos de producción relacionados al aumento de los precios de materias primas para la fabricación de alimentos y “al deterioro en el performance productivo de lo peces en cultivo”. A nivel unitario, el EBIT operacional del Salmón Atlántico fue de -1,04 US$/Kg WFE (equivalente a pescado entero), inferior al EBIT de -0,08 US$/Kg WFE en igual período de 2012. La trucha también sufrió un deterioro.

Si bien AquaChile respondió al oficio de la SVS diciendo que la empresa no había sido tocada por el brote del virus ISA, pues no tenía centros operativos en el barrio 18d y que dentro del radio de vigilancia de 30 kms sólo poseía una concesión activa de truchas, las cuales no son susceptibles de infectarse con esta enfermedad, sí reconoció en un comunicado a inversionistas que 48 de las 151 concesiones que tiene se hallaban en la macrozona 6. A juzgar por los resultados al primer semestre, parte de la biomasa de peces de salmón del Atlántico y trucha se vio afectada por una mayor presencia de cáligus, que hizo aumentar los costos y disminuir los pesos. El resultado operacional acumulado del segmento salmones fue una pérdida de US$ 46,8 millones, cifra inferior a los US$ 15 millones de los primeros seis meses de 2012.

La empresa que es controlada mayoritariamente por las familias Puchi y Fisher, aunque no existe un acuerdo de actuación conjunta entre ellas, maneja el concepto de sobrevivencia, que en el caso del salmón Atlántico es de 85%; en el del Pacífico, 96%; y en la trucha, de 76%.

Australis Seafoods, en manos mayoritariamente de Isidoro Quiroga, declaró no tener problemas a raíz del virus ISA, ya que no contaba con centros sembrados en los barrios con problemas ni en la macrozona 6. Sin embargo, en presentaciones a inversionistas ha señalado que está en barrios complicados por la presencia de cáligus y brotes de SRS. Invermar, por su parte, tampoco reconoció problema alguno.

Lección 3: una sana información es mejor para todos

Con todo esto dicho, queda claro que un brote como el sucedido en abril en la XI Región tuvo efectos que fueron más allá de los centros puntualmente infectados y hubo un aumento de las enfermedades. La gran mayoría de las comunicaciones a la SVS no dieron cuenta de una situación que pudiera causar alarma, sin embargo, sus consecuencias negativas fueron dadas a conocer en los análisis razonados de la mayoría de las firmas. Llama la atención que, después de esta primera comunicación, la autoridad no haya hecho seguimiento de los efectos del brote.

A esta altura, todas las compañías salmoneras señalan la necesidad de incorporar el nuevo marco regulatorio a sus operaciones y controlar la situación sanitaria, pero ninguna de las analizadas en este artículo da cuenta de la necesidad de presentar esta información a los inversionistas como una práctica regular. Un buen comienzo sería algo tan simple como informar sobre los barrios y macrozonas en que cada concesión se encuentra. Mucho mejor si se transparentaran las concesiones que, por diversos motivos, no se van a poder utilizar nunca más y que continúan presentes en ese largo listado de activos sin operar.

Nota: Este análisis ha sido realizado sobre la base de la información que es publicada por las propias empresas a través de sus páginas webs y presentaciones a la SVS, las que están disponibles para cualquier inversionista.

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