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Libro «De naturaleza liberal» de Álvaro Fischer La crítica de libros de actualidad de Gonzalo Rojas Sánchez

Libro «De naturaleza liberal» de Álvaro Fischer

El empeño de Fischer por sostener que no hay ni diseño ni destino para nuestra humana realidad, mientras afirma la existencia de leyes que sí la condicionan. Esas leyes: ¿también están condicionadas por otras que no se nos explican o son ellas la última fundamentación de todo lo existente y, por lo tanto, son diseño y destino?


Somos materia, pura materia.

Así podría resumirse el libro del líder del evolucionismo en Chile.  El problema es el carácter reflexivo de esa afirmación; el problema es su sentido introspectivo; el problema es su carácter conclusivo. Puros problemas que fluyen de la afirmación de una materia que se presenta en el libro como reflexiva, introspectiva y conclusiva.

¡Vaya materia espiritualizada!

Desde esa matriz, las aporías que presenta la obra son múltiples.

Por una parte, el contraste entre la noción de naturaleza humana que utiliza el autor  -incluyéndola nada menos que en el título de su obra-   y la afirmación diez veces repetida de que esa supuesta naturaleza no era, comenzó a ser, ha venido siendo y   -no se nos dice nada sobre su futuro-  ¿seguirá siendo o será reemplazada por una distinta, en virtud de la evolución?

Por otra, el empeño de Fischer por sostener que no hay ni diseño ni destino para nuestra humana realidad, mientras afirma la existencia de leyes que sí la condicionan. Esas leyes: ¿también están condicionadas por otras que no se nos explican o son ellas la última fundamentación de todo lo existente y, por lo tanto, son diseño y destino?

En tercer lugar, el contraste entre ciencias sociales y filosofía. Cuando usted lea el libro   -debe hacerlo-    se encontrará ante la disyuntiva de su clasificación. Es muy probable que termine llamándolo “de filosofía”, contradiciendo toda la pretensión del autor por colocar esa disciplina en una etapa algo así como “pre humana”, ya que sólo con las ciencias sociales evolucionadas se habría logrado entender lo que somos.

Una cuarta aporía es sólo tácita, pero no por eso menos importante. Fischer se empeña en mostrar el progreso evolutivo y las enormes posibilidades de lo que nos espera, pero su tratamiento del mal es casi inexistente. Vaya vacío.

Pero nada de lo anterior habría tenido mayor interés   -la reflexión sobre esas aporías ha sido ya muy tratada en la historia del pensamiento-  si no fuera por las siete proposiciones libertarias a las que el autor ha querido conducir toda su aportación.

Ahí sí que la cosa se pone notable, porque aparece propuesta una libertad humana todopoderosa  -¿no éramos sólo materia, no estábamos determinados por unas leyes fijas?-    que debe concretarse en aborto hasta las 12 o 14 semanas, eutanasia, descarte de embriones fecundados, clonación, uniones y adopción homosexual y legalización de las drogas.

El lector está perplejo.

Ya no se trata de evolución, como las 250 páginas anteriores nos han propuesto, sino de un proyecto más, de los ya descritos en parte por Huxley, Orwell y Bradbury, de ésos dependientes de una voluntad humana que en los temas propuestos se afirma a sí misma contra toda razón y dignidad.

Álvaro Fischer, De naturaleza liberal, Catalonia, Santiago, 2017, 292 páginas.

Gonzalo Rojas Sánchez. Profesor universitario. Foro Republicano

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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