Publicidad
El espíritu revolucionario de Primal Scream La banda se presentó por cuarta vez en nuestro país

El espíritu revolucionario de Primal Scream

En el año 2000, Primal Scream ganó nuevamente notoriedad con su primer disco «Sonic Flower Groove», lanzado en 1987. Después de éste, los dos álbumes siguientes «Primal Scream» (1989) y «Screamadelica» (1991) presentaron una «evolución e innovación musical enorme” según la crítica de la época. Además de ser considerado el mejor trabajo de los escoceses, el disco de 1991 fue responsable de cambiar los moldes de la música británica de la época, al incorporar diversos elementos, como el techno, el house, y el rock.


La visita de los escocés de Primal Scream es de esas oportunidades únicas de volver a re encontrarse con todos los sonidos que podrían condesar una época, como son los años 90’ y 2000, época en que la banda liderada por Bobby Gillespie (quien fue además el baterista de ‘The Jesus and Mary Chain’ a mediados de los ochenta) hacía gritar a las jóvenes y adolescentes en todo el mundo, principalmente por sus sensuales movimientos sobre el escenario y esa conexión casi mágica con sus admiradores, los cuales tuvieron dos oportunidades de volver a re encontrarse con ellos el último fin de semana, tanto en Santiago como en la ciudad de Concepción.

En 1990, la escena underground de Europa, principalmente la del Reino Unido, fue dominada por la creciente escena del movimiento “acid hous”. Primal Scream no quiso quedarse fuera de esta corriente y gracias a la fascinación que presentaron ante la música bailable, le pidieron al DJ Andrew Weatherall, remezclar su canción «I’m Losing More Than I’ll Ever Have». Weatherall modificó totalmente la canción, eliminó la mayor parte de la instrumentación original, e intercaló diferentes samplers, incluyendo diálogos de Peter Fonda de la película “Los ángeles del infierno”. La nueva mezcla fue retitulada como «Loaded», y se convirtió en una sensación. «Come Together», el primer single de su tercer álbum, fue muy similar, y también muy elogiado.

En el año 2000, Primal Scream ganó nuevamente notoriedad con su primer disco «Sonic Flower Groove», lanzado en 1987, el que en su momento alcanzó el número 62 en las listas británicas y recibió malas críticas, calificándolo como: «original, pero aburrido.». Después de éste, los dos álbumes siguientes «Primal Scream» (1989) y «Screamadelica» (1991) presentaron una «evolución e innovación musical enorme” según la misma crítica que los destruyó en otra época. Además de ser considerado el mejor trabajo de los escoceses, el disco de 1991 fue responsable de cambiar los moldes de la música británica del momento, al incorporar diversos elementos, como el techno, el house, y el rock.

En marzo de 1994 aparece “Give Out But Don’t Give Up”, el primer single de este  disco, «Rocks», fue lanzado con gran éxito comercial, quedando en el primer Top 10 en los charts de la banda y el único tema, hasta la fecha, que ha alcanzando el número siete en las listas británicas.

Primal Scream ha lanzado algunos álbumes realmente  innovadores en una carrera increíble, incluyendo ‘Screamadelica’, ´Vanishing Point´ y ‘XTRMNTR’, en el cual la banda siguió una dirección más dura y más furiosa musicalmente. Muchas de las canciones que se escribieron contenían letras abiertamente políticas, Gillespie señaló a los medios en su momento que la banda deseaba transmitir «lo que es estar en Gran Bretaña en los tiempos que corren.»

El álbum incluía apariciones como de The Chemical Brothers, el guitarrista de New Order Bernard Sumner y el ex guitarrista de My Bloody Valentine Kevin Shields, quien ya se había convertido en un miembro semi-permanente de la banda.

En “Chaosmosis” (2016), su 11º álbum, los rockeros escoceses arrancan la página del libro de los conocidos excesos en los que se vieron envueltos los integrantes de la banda durante los años más duros del rock. El disco postula que los sentimientos de amor y optimismo no excluyen los de realismo o dolor. Y así, es como este álbum no habla tanto sobre la reinvención, como ya era característico en los anteriores trabajos de Primal Scream, sino en el renacimiento; sus momentos referenciales reflejan los propios reconocimientos de Gillespie de los pasados ​​demonios y remordimientos. Es una mirada hacia atrás para avanzar.

Durante la que ha sido una carrera impresionante, la banda ha logrado fusionar garage rock con psychedelia y pop indie con electrónica, en un colectivo en constante evolución con un gran número de seguidores en todo el mundo, no siendo Chile la excepción, ya que al abarcar tantos géneros y tener tras de ellos una carrera musical de más de 30 años, tanto los fans como los curiosos, pudieron escuchar un concierto con canciones bailables de house, rock clásico o moverse con su versión del mundo, al más puro estilo punk rock.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias