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Liniker e os Caramelows: otro triunfo para la diversidad La banda se presentó en la jornada de ayer en el Festival Womad

Liniker e os Caramelows: otro triunfo para la diversidad

Esta cuarta versión de Womad Chile, ha estado marcada por la diversidad. No solo por los ritmos de los distintos pueblos que han subido a los principales escenarios del festival, sino que también de la libertad sexual. Un tema que siempre está presente y aunque a algunos les pueda incomodar, el amor y el deseo tiene muchas visiones y construcciones.


Lo que se vivió la noche del sábado fue un encuentro con la sensualidad de los ritmos del soul y r&b, un suave camino que fue dirigido por los brasileños de Liniker e Os Caramelows. Un viaje que atravesó los cuerpos y llegó directamente al corazón de todos aquellos que bailaron frente al escenario de La Paz.

El grupo paulista abrió su show a las 21 horas ante un público más adulto y con algunos compatriotas que emocionados alzaron una bandera de Brasil para dar la bienvenida a la conformación liderada por Liniker de Barros Ferreira Campos. Con un cuerpo de 22 años y un alma más madura que su camino, el joven que se define como “negro, gay y pobre”, alzó su voz para dejar a todos petrificados. Sus movimientos sobre el escenario y la energía que se proyectaba desde lo alto hipnotizó a cada una de las almas que no dejaban de mirar a ese espiral de emociones. La pasión es una característica de su país, pero Liniker lo llevó aún más allá.

El conjunto musical repasó los temas de su primer disco lanzado en 2016 bajo el nombre de “Remonta”. Donde habla de amor y decepciones, historias que fueron vividas por Liniker y que bajo este contexto sus sentimientos son proyectados con tal fuerza musical que provoca una especie de catarsis masiva. Tal vez para muchos de los que anoche vivieron esta experiencia no entendieron las letras, pero la música es otro tipo de lenguaje, uno universal que traspasa la barrera de lo lógico y se mezcla con las emociones de todos que en algún momento se sintieron atraídos, apasionados y obsesionados con un amor que no pudo ser.

Lo de anoche fue una experiencia de crecimiento, de aceptación y entrega a la diversidad de género. El poder femenino de Liniker quedó expuesto en el escenario que miraba de frente a la entrada del cementerio general, una bandera de lucha por ser uno mismo, sin miedo a amar y ser amado. Vivir la decepción para crear y bailar al exquisito ritmo del soul y r&b.

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