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¿Hay suficiente público para tres estrenos de cine nacional el mismo día? Se disputan el mismo público de «cine arte»

¿Hay suficiente público para tres estrenos de cine nacional el mismo día?

«Sapo», «Rey» y «La salamandra» no sólo deben competir con el blockbuster de Nicolás López, «No estoy loca», sino con eventos científicos como el Congreso del Futuro y teatrales como Teatro a Mil y Santiago Off.


En una inusual situación, este jueves se estrenan tres películas chilenas que además se disputan un público similar, aquel que quiere ver obras «con contenido», lejos de la comedia y los blockbuster.

Se trata de «Sapo», de Juan Pablo Ternicier, sobre un periodista vinculado a la CNI en plena dictadura; «Rey», del chileno-estadounidense Niles Atallah, sobre un abogado francés que quiso ser monarca de la Patagonia en 1860; y «La salamandra», de Sebastián Araya, que cuenta la historia de un hombre solitario en una ciudad violenta.

Este hecho se ve reforzado considerando que enero es un mes con gran cantidad de actividades culturales como el Congreso del Futuro y los festivales Teatro a Mil y Santiago Off.

¿Puede ser contraproducente que tres cintas chilenas se estrenen el mismo día de este mes y considerando que además esta en cartelera un blockbuster como «No estoy loca» de Nicolás López? ¿Perjudica la programación de las películas durante el año perjudican al cine chileno? Se trata de un hecho que revive un viejo tema: las cuotas de pantalla.

La opinión de los cineastas «afectados»

Los propios cineastas «afectados» tienen diversas opiniones al respecto. El propio Ternicier señaló a este medio hace algunos días que no pensaba que fuera perjudicial.

«No creo que afecte a ninguna película una oferta cultural más amplia, al contrario, debemos acostumbrarnos a que existan más alternativas y opciones en la cartelera que permitan aumentar la asistencia a espectáculos culturales», expresó.

Atallah coincidió con Ternicier, al decir que no consideraba negativo que se estrenen varias películas chilenas al mismo tiempo.

«Me parece que es un muy buen momento para el cine chileno y que hay más posibilidades para el público acá en Chile para ver cine nacional. Lo veo como algo sumamente positivo».

Aunque admitió que «quizás tener más películas chilenas en cartelera menos gente toma la opción de ir a ver ‘Rey’ porque van a tomar otra alternativa de cine chileno, pero eso nos beneficia a todos encuentro yo, acá en Chile».

«Lo que queremos es que la gente vaya a ver cine chileno, por eso me parece muy bueno que haya muchas películas chilenas exhibiéndose al mismo tiempo», dijo.

Araya, en tanto, comenta que el estreno múltiple es algo completamente involuntario. «Nos dimos cuenta en el camino de que esto era así, pero una vez asumido el hecho no nos quedó más que seguir adelante».

«Me parece bastante interesante que haya tres estrenos chilenos y una cuarta película (local) en cartelera. Tiene que ver también con hacer un volumen de industria. Eso incluso puede ser un marketing que haya cuatro películas chilenas que por primera vez podemos competir contra el blockbuster de películas americanas. Si miras el vaso medio lleno, es un avance».

También aceptó que probablemente el público no vaya a ver las cuatro películas chilenas, «pero también siento que hay un tema de audiencias. Mi película no tiene nada que ver con ‘Yo estoy loca’, son películas muy distintas. Una es una comedia para todo público que le va a ir muy bien, y me encanta que le vaya bien, y ‘La salamandra’ es para un público mucho más pequeñito, que le gustan las películas más de arte, de nicho. ‘Sapo’ es una película de época, que tiene otro perfil. Creo que ‘Rey’ es la que más se emparenta con mi cinta y se van a repartir público».

En resumen, «no lo veo negativo bajo ningún punto de vista. En mi caso, no espero hacer millones de espectadores ni enriquecerme con la taquilla. Quiero que la vea la mayor cantidad de gente posible, pero no soy ciego. Sé que hice una película de autor, y las películas de autor intentan remover al público que le interesan esas películas. Por eso no siento que me topo con el resto».

Para este director, el formato digital ha democratizado la producción cinematográfica. «Antes éramos pocos y uno se podía repartir las fechas, pero hoy es más difícil. Lo que pasó ahora puede volver a pasar».

Una comunidad cinematográfica dividida

En tanto, otros miembros de la comunidad cinematográfica reconocen que es una situación compleja.

«Lo ideal es intentar que estén separadas, claro pero el punto a favor es que es una época donde la gente aumenta mucho su consumo cultural y por lo mismo lo bueno es que haya una oferta para todo tipo de publico», asegura Alexandra Galvis,  directora de Market Chile, una plataforma para promoción, difusión, distribución y venta de cine chileno.

«En términos de programación, la segunda ventaja de eso es que se hacen estrenos exclusivos en circuitos determinados. Entonces una película puede ser más para una plaza comercial, otra para cines alternativos, otra para circuitos alternativos de regiones o plataformas como vod. Ahí el mayor desafío es lograr que se difundan y publiciten correctamente», dice.

Los críticos de cine

Para el crítico de cine Christian Ramírez, «en rigor esto no debería ser tema», porque «no debería existir ninguna semana en la que no debieran estar todas las películas posibles».

Agrega que antiguamente había dos o tres fechas complejas para cualquier estreno chileno, ya que debía compartir pantalla con muchas otras cintas: las vacaciones de invierno, Navidad y la temporada del Oscar, entre fines de enero y marzo.

Sin embargo, en tiempos en que hay un estreno de semana a semana de uno y otro blockbuster, «no hay ninguna fecha que pueda ser útil para que una película nacional pueda correr sola. Eso ya es cosa del pasado».

La convivencia de varias cintas chilenas en esta época es interpretada por este experto porque enero es «la ventana post Navidad y pre Oscar. Dicho eso, el que tiene la mano de póker a su favor es probablemente Nicolás López porque estrenó la semana pasada y su producto viene precedido de un éxito, como fue ‘Sin Filtro'».

Ramírez además destacó que los públicos de las cintas además son diferentes, porque el espectador de López no es el mismo de «Rey». Por otro lado, junto a «Sapo» y «La salamandra» probablemente no han tenido «la difusión más adecuada».

El crítico además resalta que la recaudación del cine chileno en 2017 fue «paupérrima», con apenas 200.000 espectadores en salas comerciales.

«En realidad, estas películas buscan ser estrenadas y tomar el público que alcancen. Es un mal escenario, pero es el que hay. Por lo mismo, se anula la idea de que a una película chilena que haga bien o mal compartir  pantalla con otra, porque en términos de recaudación, ninguna va a recaudar lo suficiente. En ese sentido prefiero que haya cinco o seis cintas chilenas en cartelera. Ojalá hubieran veinte.

Red de Cines Chilenos

Claudio Pereira, de la Red de Salas de Cine de Chile, reconoce que parece algo llamativo y podría parecer una torpeza de las distribuidoras, pero apunta a nuevos factores, como un circuito alternativo de cine agrupado en la Red de Salas.

Las multisalas «no dan los espacios suficientes» al cine chileno, el cual además sufre la falta de promoción, cree Pereira, lo que hace que las películas locales se pierdan en la cartelera.

Sin embargo, aparte de la Red hay otro circuito alternativo, especialmente en regiones, «por lo cual hoy una película chilena no depende necesariamente  de las multisalas» de Santiago.

El estreno de las tres películas indica «el buen estado del cine chileno, que da cuenta de películas muy distintas en su factura, tratamiento, concepción y creación cinematográfica».

 

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