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Juan Pablo Ternicier, director de «Sapo»: «Para mí es importante que el cine se haga cargo de lo que sucedió en nuestro país»

Esta película está lejos de ser una cinta de buenos y malos. Más bien la época es «un pretexto para reflexionar sobre la condición humana en época de crisis», según el cineasta. «Creo que es importante observar hechos y momentos del pasado que sirven para entender quiénes somos y dónde estamos».


Una exploración del Chile de los años 80, específicamente de un periodista con vínculos con los servicios de inteligencia, es «Sapo», la segunda película que el director Juan Pablo Ternicier estrena este jueves tras «03:34 Terremoto en Chile» (2011).

Premiada en SANFIC, el film es protagonizado por Fernando Gómez-Rovira, quien interpreta a Jeremías Gallardo, un reportero para que en pleno 1985 debe cubrir el fusilamiento de dos carabineros, la última pena de muerte ejecutada en el país, mientras su esposa (Loreto Aravena) está a punto de dar a luz.

El film además cuenta con actores como Mario Horton (el frentista de «Los 80»), Ingrid Isensee, Eduardo Paxeco, Víctor Montero y Alejandro Trejo, entre otros, varios de ellos viejos amigos y colaboradores del director. Aravena, además de actriz, fungió como directora de casting.

Inspirado en hechos y personajes reales

Para su personaje, Ternicier se inspiró en profesionales como Pablo Honorato, el emblemático periodista que trabaja en Canal 13 desde fines de los 60, Claudio Sánchez (Canal 13 y Megavisión) y Julio López Blanco (TVN).

El cineasta supo de la historia de uno de ellos por un un artículo del The Clinic.

«Este periodista además, cubrió la ejecución de los psicópatas de Viña del Mar», explica Ternicier. «Este hecho verídico inspiró la película para contar la historia de muchos como él que no sólo delataron a compañeros de trabajo sino que también encubrieron crímenes, mintieron y desinformaron a la opinión pública».

Sánchez y López Blanco fueron sancionados en 2007 por el Colegio de Periodistas por avalar un montaje de la DINA, el caso «Rinconada de Maipú», de 1975, cuando fueron asesinados seis militantes del PC y el MIR, incluidos tres miembros de una misma familia. Dos de ellos eran mujeres, una embarazada y otra madre de un niño de nueve meses.

La sanción a Sánchez, el único que apeló, incluso fue avalada en 2008 por la Corte Suprema.

Hacerse cargo

Ternicier asegura que para él «es importante que el cine se haga cargo de lo que sucedió en nuestro país».

«El cine también es una forma de construir patrimonio. Mi familia, como la de muchos chilenos, padeció los horrores de esa época. Yo tengo una mirada y un juicio muy categórico con respecto a la dictadura».

Sin embargo, esta película está lejos de ser una cinta de buenos y malos. Más bien la época es «un pretexto para reflexionar sobre la condición humana en época de crisis».

«Quería situarme en un espacio intermedio, no entre los vencedores y los vencidos o los torturadores y los torturados sino más bien en aquellos que no tenían ideología pero que fueron cooptados por el régimen para delatar a otros y tuvieron así la posibilidad de forjarse una carrera, tener algún favor de la dictadura o simplemente entendieron de esta mala manera la movilidad social», dice.

El titular de La Segunda de 1975 que encubrió el asesinato de la Operación Colombo, que culminó con la desaparición de 119 opositores a la dictadura.

Los medios en dictadura

La cinta es, entonces, una reflexión sobre el rol de los medios en dictadura y de cómo éstos desinformaron, mintieron, tergiversaron y encubrieron crímenes. «Y de cómo hasta el día de hoy esto resuena en la sociedad en que vivimos», remata.

«Creo que es importante observar hechos y momentos del pasado que sirven para entender quiénes somos y dónde estamos. Para mí no hay otra forma de aproximarme al cine. Yo ofrezco una mirada sobre un periodo que marcó mi vida y la de muchos. Es lo que me gustaría entregarle a mi hija. Que nunca se olvide nuestra historia».

Finalmente, Ternicier no le teme al hecho de que la cinta se estrene junto a otras dos películas nacionales («Rey» y «La salamandra»), en un mes que además tiene varios eventos culturales como el Congreso del Futuro, Santiago a Mil y Santiago Off .

«No pienso que sea perjudicial. No creo que afecte a ninguna película una oferta cultural más amplia, al contrario, debemos acostumbrarnos a que existan más alternativas y opciones en la cartelera que permitan aumentar la asistencia a espectáculos culturales».

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