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Jorge Coulón, pieza fundacional de Inti-Illimani: “El arte y la ciencia deben ser los referentes de cualquier política con sentido de futuro común” Para el artista la articulación de un ideal de país es el resultado de una interacción

Jorge Coulón, pieza fundacional de Inti-Illimani: “El arte y la ciencia deben ser los referentes de cualquier política con sentido de futuro común”

Patricio Olavarría
Por : Patricio Olavarría Periodista especializado en Política Cultural
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Activo en la política a pesar de no haber sido electo diputado, Jorge Coulón (70), miembro de Inti I-llimani sostiene que «el arte al hablar desde la estética, lo hace desde la ética». Para el músico, los creadores y artistas, son el resultado de la pulsión social y cultural. «Chile no puede seguir prescindiendo de sus intelectuales, de sus científicos, de sus artistas, de su inteligencia y de su emoción. La grandeza cultural del Chile del Siglo XX fue el encuentro entre trabajadores organizados y los estudiantes, artistas e intelectuales… esa interacción nos dio chilenos de la estatura de Violeta Parra, Pablo Neruda, Gabriela Mistral». El alejamiento de esos mundos -sostiene el artista- nos convirtió en un país de contadores… triste, aspiracional, ignorante y aburrido.


-Jorge tu formaste parte de la experiencia  inicial de Inti Illimani durante la década del ’60 ¿En qué se parece ese tiempo, al tiempo cultural y social que vivimos hoy?

-Es muy difícil hacer esa comparación. El ambiente, político y cultural de los años sesenta era resultado de medio siglo de luchas democratizadoras que fueron en el tiempo creando y ampliando una base cultural que sustentaba y explicaba la aparición, entre otros, del fenómeno de la Nueva Canción Chilena. Los 60 fueron el resultado de un proceso de creciente coherencia cultural durante medio siglo. El tiempo actual es el resultado de treinta años de convalecencia y recuperación de una democracia destruida hasta en sus expresiones más básicas por la dictadura. Reconstruir un tejido social y cultural tomará mucho tiempo.

-Firmaste el “Manifiesto de Valparaíso” que parece un intento desde el arte a las coaliciones a escuchar una voz que está más allá de ellos 

-El arte al hablar desde la estética, lo hace desde la ética. El arte y la ciencia deben ser los referentes de cualquier política con sentido de futuro común, solidario. Valparaíso ha desarrollado en los últimos decenios una capacidad de mirar Chile desde la saludable distancia de una región. Es Valparaíso el epicentro de la nueva geografía política de Chile y es en este ambiente de fermentos políticos, intelectuales y artísticos, donde un grupo de artistas y activistas culturales percibimos la necesidad de constatar esta nueva realidad y llamar a cuidar y desarrollar los gérmenes de entendimiento que pueden abrir el camino a un renacimiento cultural de Chile. O sea, una vez más, crear ese humus de tejido social y cultural coherente en el que florecerá una cultura que puede darle nuevamente una identidad nacional a nuestro país. Creo que este documento refleja ese sentido, esa necesidad de ponernos en un lugar común desde la creación.

– ¿Son una voz a escuchar?

-Son una voz sin la cual Chile, como comunidad, no tiene ningún sentido. Son una voz por largo tiempo ignorada, utilizada, instrumentalizada. Son la voz del estamento de la sociedad chilena más sólido, más creíble y más generoso. Del más respetado y admirado a nivel internacional. La voz de los creadores de Chile transmite desde el alma y la inteligencia misma de la Nación. Es una voz que no está dispuesta a seguir siendo intermediada por “operadores”, una voz que ha tomado conciencia de si misma y de su importancia.

-¿Es duro dejar la banda para involucrase en política? Como asimilas la crudeza de la  arena política ?

-En realidad no he dejado Inti Illimani, el grupo tiene una solidez musical tal que puede permitir a uno de sus viejos dedicar tiempo a una vocación que está en el adn de inti illimani, la cuestión social. Cuando se habla de la ”crudeza” de la arena política se toca el punto preciso. Creo que urgentemente la política, más precisamente el ejercicio de ella, la acción política contingente, debe someterse a un duro examen por parte de la ciudadanía.
¿Es esa “crudeza” la corrupción? ¿es el engaño? ¿es la mentira? ¿es el “avivarse”? ¿es la deslealtad con los electores?

Esa “crudeza” no la asimilo, no la acepto, estoy convencido que puede ser otra cosa, lo que Veltroni llamó la Bella Política.

-A Inti Illimani se les escuchaba desde el exilio, pero en Chile pasaban cosas, subterráneas, olvidadas, se desarrollaron movimientos. ¿Cuál es el relato que ha  primado todos estos años?

-Vivimos en un bosque de relatos, vienen de la militancia, de la resistencia cultural, de la resistencia armada, de la indiferencia, de la complicidad, de la indolencia, de la crueldad, del dolor, de la esperanza, de la arrogancia, de la ignorancia… ese murmullo ensordecedor de relatos de han cruzado, se han confundido, contaminado, han formado nebulosas que tratan de transformarse en cuerpos celestes, en soles, planetas, sistemas. Estamos, precisamente, en busca de relato, por eso la crisis de Chile es sobre todo cultural y por eso es importante la maduración de ese relato.

-¿Crees realmente que desde la creación es posible articular un ideal de país?

-No, la articulación de un ideal de país es, independientemente de la voluntad de las partes, el resultado de una interacción. Los creadores y artistas, son parte y resultado de las pulsiones sociales y culturales. Lo que yo creo es que Chile no puede seguir prescindiendo de sus intelectuales, de sus científicos, de sus artistas de su inteligencia y de su emoción. La grandeza cultural del Chile del siglo XX fue el encuentro entre trabajadores organizados y los estudiantes, artistas e intelectuales… esa interacción nos dio chilenos de la estatura de Violeta Parra, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, etc. etc. El alejamiento del mundo del trabajo del mundo de los intelectuales y artistas dejó huérfanos a ambos sectores y nos convirtió en un país de contadores… Triste, aspiracional, aburrido.

– Hay un porcentaje alto de de votantes que no adhieren a un gobierno de Derecha. ¿Cuál crees que es la razón de fondo?

-Chile (aún) no es un país de derecha, lo ha salvado la profunda cultura republicana heredada del siglo XX, pero los cambios culturales que este sistema va sedimentando comienzan a estar presentes, lo más preocupante, a mi modo de ver, es la aparición de abierta de un sector fascistoide que, lejos de ser aislado, como sucede en Francia por ejemplo, ha sido acogido con entusiasmo por una derecha que pone por sobre cualquier consideración sus cálculos económicos.

– El Frente Amplio viene a dar oxígeno a la política, ¿estarías por ser parte de este nueva fuerza política?

-Complicada pregunta, yo hago parte de un partido (comunista) que en más de un siglo de historia ha visto aparecer y desaparecer muchas “nuevas fuerzas políticas”. También hay que decir que el FA es un proyecto que debe ser legitimado por el tiempo y por su propia acción política. Creo eso sí en lo que dices respecto al aire refrescante que ha traído, yo espero que esta “nueva” realidad política se afirme y pase a tener un rol protagónico mucho más allá de un fenómeno generacional. Los comunistas chilenos hemos trabajado siempre por crear amplias coaliciones en la base del pueblo para dar fuerza y sustento a cambios que beneficien a la clase trabajadora y a los estamentos más abandonados de la sociedad. No hay conquista, desde los derechos laborales, a la Reforma Agraria, al derecho a voto de la mujer, la nacionalización del cobre, etc. que no haya contado con el apoyo del PC en alianza con otras fuerzas progresistas de la sociedad.

-¿Quizá en el futuro se unen o no?

-No tengo duda de que en el futuro afrontaremos la enorme tarea de reducir a la derecha política y los intereses económicos que ella representa a su real y elitaria dimensión. Esto solo se puede lograr con un entendimiento muy amplio en la base social. Lo he dicho antes. Creo que ciertamente hay izquierda más allá de los comunistas, pero no hay izquierda sin los comunistas. No ahora, no en Chile.

 

 

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