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El kreyòl: la lengua haitiana convertida en prioridad cultural para el Chile actual Actualmente no existe un registro oficial de traductores de kreyòl al español

El kreyòl: la lengua haitiana convertida en prioridad cultural para el Chile actual

Solo en julio de 2017 se registró un flujo de 44.289 migrantes provenientes de uno de los 13 países que conforman la zona de América Insular, Haití. Tal cifra se traduce en un visible aumento de la comunidad haitiana que reside de forma permanente en Chile. Asimismo, los retos asociados a dicha situación presentan una creciente urgencia, pues no sólo se requieren medidas desde el ámbito legal, sino que también desde una perspectiva cultural, en las que se integre el kreyòl como precepto primordial.


El pasado 30 de agosto se llevó a cabo la detención de una haitiana tras ser acusada de abandonar a su hija de sólo dos meses en la Oficina de Protección de Derechos (OPD) ubicada en el sector de Lo Prado. El hecho desencadenó un importante debate en relación al actuar de Carabineros, pues Joane Florvil no hablaba español. A pesar de esto, no se registró la participación de un traductor a lo largo del procedimiento policial, lo que significó un obstáculo para la mujer, quien desde un principio intentó manifestar la frustración que significó no poder comunicarse efectivamente.

Camila Muñoz, vivió 11 meses en Haití gracias al programa de voluntariado de la Fundación América Solidaria, capacitando a profesores y conviviendo día a día con una cultura completamente diferente a la chilena. “Al llegar, el tema del idioma fue un impedimento importante, pues resultaba complejo comprender lo que me decían y al mismo tiempo, darme a entender. Los haitianos en general tienen mayor facilidad para aprender idiomas y es importante que se integren a la sociedad chilena”, dijo.

Dentro de este contexto, la profesora de Educación de Básica, explica que familiarizarse con la cultura haitiana es un aspecto fundamental a la hora de evaluar políticas de inclusión, para así comprender a mayor profundidad ciertas acciones o comportamientos. “La mitad de la población no tiene acceso a agua potable y sólo cuentan con electricidad por una o dos horas al día. De ahí para adelante todo es bien distinto”.

Dentro de la misma línea, Muñoz, ejemplifica ciertas situaciones que evidencian lo planteado anteriormente. “Los niños no tienen juguetes y menos acceso a la cantidad de posibilidades que tienen los niños chilenos que a los siete u ocho años ya tienen un celular. Ellos viven el día a día, no hay una planificación mensual. Son muy creyentes y por lo mismo, existe una concepción muy fuerte sobre la confianza hacia el otro y la reciprocidad. La religión para ellos es muy importante».

El lenguaje

Para la docente, resulta primordial la integración de la comunidad haitiana en Chile lo que, desde su punta de vista, implica el involucramiento inmediato de las diferentes instituciones gubernamentales. “Se debe considerar el tema del lenguaje, ya que es el método más básico de comunicación que tenemos y por lo mismo, se debe contar con traductores que brinden una traducción apropiada y que no lucren a partir de la necesidad de haitianos que no tienen idea de lo que están leyendo en un contrato laboral, por ejemplo”.

En cuanto a los traductores de kreyòl que se ofrecen a nivel institucional, Camila Rodríguez, integrante del equipo directivo de la agrupación “Comunidad de Haitianos en Chile”, detalla que existe un evidente avance en cuanto a nuevas medidas de inclusión e integración, no obstante, se detiene a analizar la situación de quienes ofrecen el servicio de traducción. “El problema es que, por ejemplo, en los canales de televisión no existe una elección adecuada respecto a los traductores. En el mismo caso de Joane Florvil, la traducción de lo que dijo su esposo, estaba mal hecha, pues no se consideró el contexto. La idea es que busquen buenos traductores y así entreguen la información adecuada”.

Al hablar sobre la posible elaboración de una base de datos que considere el contacto de traductores que manejen ambos idiomas, declara en que un registro de esas características sería ideal, sin embargo, aclaró que desde su perspectiva no es necesario que posean un título específico, sino que más bien estén vinculados con el ambiente. “Lo importante es que sea gente que sepa sobre lo que está haciendo”.

Dentro de la misma línea, Rodríguez, quien se desempeña como Procuradora Jurídica, profundiza en otra arista: el rol de la embajada de Haití en Chile. “Estamos frente a otro problema, pues la embajada muchas veces es inoperante. No representa ningún aporte para el haitiano en Chile. Ellos manejan una base de datos, sin embargo, hace no mucho nos contactaron de la Corte Suprema pidiéndonos un traductor para una audiencia de familia porque la embajada no fue capaz de enviar uno. Debe existir un trabajo conjunto y ambos gobiernos deben asumir la realidad que hoy enfrentan los haitianos, tanto en oportunidades como en obstáculos”.

Por otra parte, Rodríguez, destaca los esfuerzos que actualmente se han desarrollado con el fin de integrar a la comunidad haitianos a través del idioma. “Por ejemplo, el sitio web del Departamento de Extranjería y Migración está disponible en kreyòl pero no así el contenido de la página del Ministerio de Educación que sólo está en español”.

“Lo veo de la siguiente forma, si bien no es obligatorio para el chileno creo que estando en otro país debes buscar la forma de aprender al idioma y adaptarte. Pero al mismo tiempo creo que se deben brindar facilidades, sobre todo en aspectos que son fundamentales para el haitiano y de alta concurrencia para los migrantes en general”, agregó.

Widner Darcelin, presidente de la “Comunidad de Haitianos en Chile”, indica que la importancia de eliminar la barrera del lenguaje entre haitianos y chilenos, resulta imperante. “El idioma es lo primordial, lo primero, pues logra una integración más completa, da posibilidad a una conversación que ambas partes podrán entender y así evitar confusiones. Sin dudas, es una barrera súper fuerte para nosotros”.

Darcelin, quien vive hace diez años en Chile, narra que tras la creación de la agrupación, las solicitudes para llevar a cabo traducciones de diferentes documentos han ido en aumento, desde sectores privados que necesitan la traducción de un manual para sus trabajadores al kreyòl o “compatriotas que escriben pidiendo un favor”. Ante esto, añade que desconoce si existe algún registro oficial de traductores de kreyòl en el país.

Por esto, Widner dicta clases a chilenos que desean aprender kreyòl y viceversa, es decir, haitianos que desean hablar español. La instancia, de carácter gratuito, se lleva a cabo en una sala facilitada por la Municipalidad de Quilicura: “El lenguaje es una barrera, por lo que quise ponerme a su disposición y hacer clases. Era mucho más fácil para ellos tener un profesor que se manejara en ambos idiomas y así evitar posibles confusiones”, concluyó.

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