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“Jaar, el lamento de las imágenes”: La lúcida mirada de un artista

El documental dirigido por Paula Rodríguez, retrata el proceso creativo del artista visual chileno Alfredo Jaar, cuyas creaciones tienen como punto de partida una idea específica y que al mismo tiempo abordan diversas temáticas sociales. Asimismo, el montaje, profundiza en el planteamiento del también arquitecto, respecto al arte como el último lugar de libertad que se logra encontrar en la sociedad actual, a través de exposiciones desarrolladas en Finlandia, Venecia, Buenos Aires, Santiago y Nueva York.


Este miércoles 23 de agosto se estrenará el documental de la cineasta chilena Paula Rodríguez Sickert, “Jaar, el lamento de las imágenes”, en el marco de la decimotercera versión del Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC). En relación al objetivo de la cinta que tendrá su estreno comercial en septiembre, la directora explica que desea acercar el pensamiento que Alfredo Jaar posee sobre la sociedad y de la misma forma, dar a conocer la trayectoria de un artista que, a su parecer, no tiene el reconocimiento que merece en Chile.

“Jaar es un tipo con pensamiento social. Creo que vivimos en una sociedad donde el dinero y el consumismo, son los grandes valores. Espero que él llegue, a través de su mensaje, a gente joven, pues ofrece otra manera extraordinaria de ver el mundo. A pesar de su porte internacional, no es tan reconocido aquí y si esto ayuda, sería maravilloso. Es muy importante que su grupo de seguidores aumente, pues tiene una mirada única que no encontramos en la prensa y que sólo en el arte puedes encontrar”, comentó Rodríguez.

Alfredo Jaar

En los primeros minutos del largometraje se puede ver a Alfredo Jaar caminando, vestido de negro. Más tarde, el silencio es interrumpido por la voz del artista, quien en un par de minutos declara: “Yo soy artista porque no entiendo el mundo y quiero entenderlo, necesito entenderlo y cuando me siento capaz de entender, actúo”.

Desde este pensamiento, Paula Rodríguez, señala que la idea de llevar a cabo un proyecto sobre el creador chileno radicado en Nueva York, se debe a una conexión en cuanto a ideas y planteamientos. “Yo comparto con él el hecho de que ser un artista es un privilegio y que éste debe ser asumido con cierta responsabilidad hacia la sociedad en la que tú vives y que finalmente, te brinda esta facultad. A mí parecer, Jaar actúa con responsabilidad y nos devuelve, mediante el arte, una mirada del mundo. Hoy en día, necesitamos que nos vuelvan a plantear las preguntas esenciales y así, recordar que hay dolor y problemas”.

El proceso

Rodríguez, vivió en Berlín cerca de 25 años, lugar que le permitió estar en constante sintonía con los diferentes proyectos de Jaar, quien se adjudicó el Premio Nacional de Artes Plásticas 2013. Al hablar sobre el proceso de trabajo, narra que el desarrollo de la película inició durante el 2012: “Son casi cinco años en total, de escribir el guión, de montar y de conseguir financiamiento. Hemos estado en constante contacto y ha colaborado con gran disposición”.

Frente a esto, añade: “Alfredo no se involucró en nada relacionado a la forma del documental. Nunca me dijo cómo tenía que ser o cómo hacerlo. Fue una persona súper respetuosa, me dio libertad absoluta y siempre me dijo que esta era mi obra”.

En la pieza, se puede observar lo perfeccionista que Jaar puede llegar a ser, característica que Paula y su equipo debieron considerar: “Es algo que puedes notar en su montaje, en la manufactura de éste, muy perfecto e inmaculado. Él es así y creo que gran parte de su éxito se debe a esa rigurosidad, a ese nivel de exigencia y perfeccionismo”.

“Cuando decidí trabajar con él, tenía claro a lo que me iba a someter. Todo el equipo, todos quienes trabajaron en el documental, sabían que a pesar de que Alfredo no dijera nada, debía existir un alto nivel de compromiso y de alcanzar un máximo de perfeccionamiento. Yo creo que la película intenta captar el espíritu de él. Prolija, exacta y por supuesto, homologar su espíritu”, dijo.

La música como aspecto fundamental

Nicolás Jaar, es músico e hijo del artista visual y varias de sus composiciones, están presentes en la obra de Rodríguez. La directora indica que la música era un aspecto fundamental, ya que en términos de diálogo, el sonido da fuerza a las imágenes que se presentan. “La música juega un importante papel en la película, por el mensaje de Jaar, que finalmente invita a reflexionar, que habla del dolor y que le pregunta al espectador cuál es su relación con el dolor del otro y me interesa que la gente de hoy se cuestione, sobre todo las nuevas generaciones”.

Dentro de la misma línea, detalla que la participación de Nicolás fue algo que se dio naturalmente, a pesar de contar con un compositor distinto en una primera etapa. “Su hijo es uno de los exponentes más populares de la música electrónica a nivel mundial, lo que resultará beneficioso para el montaje pues se acercará todo un público, lo que podría acercar la obra de su padre a los más jóvenes”.

Finalmente, la directora de “Jaar, el lamento de las imágenes”, comenta sobre la escena cinematográfica chilena: “Acá hay muchas instancias, las subvenciones son buenas y como dice Jaar, hay que usar este privilegio, con responsabilidad y difundir un aspecto social. Se están desarrollando muchos documentales y hay muchas mujeres liderando nuevos proyectos. También destacar el apoyo del equipo que se comprometió desde un comienzo”.

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