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Director del festival AMOR: «Este cine está profundizando en temas más sociales y políticos»

Se «busca poner en las grandes pantallas de Santiago, las cotidianidades y problemáticas de la sociedad LGBT+, de distintas latitudes del mundo, y con el objetivo primordial de visibilizar y aumentar la tolerancia hacia la diversidad en nuestro país», señala Sebastián Inostroza.


La segunda versión del festival internacional de cine LGTB+ Amor partió este martes en Santiago, un evento que se extenderá hasta el domingo 18 de junio en la Cineteca Nacional.

Con más de 30 filmes, entre ficción, documental y videoclips, entre otros, la actual versión de la iniciativa incluye cuatro secciones, dos de ellas competitivas: la Competencia Internacional, en la que participarán ocho largometrajes (cinco de las cuales serán exhibidos en nuestras salas); y Guerrilla, dedicada a cortometrajes, que también otorga un reconocimiento y cuyo nombre traslada al cine el término bélico, buscando indicar que esos primeros filmes «abran el fuego» sobre esta temática.

«Santiago es la capital y concentra la mayor población de nuestro país, por lo que es importante que entre su amplia oferta cultural exista un evento cinematográfico enfocado en diversidad de género y sexual, como ya existe también en otras capitales de la región», comenta su fundador y director artístico, Sebastián Inostroza.

Sebastián Inostroza, fundador y director artístico del Festival de cine AMOR

«AMOR Festival busca poner en las grandes pantallas de Santiago, las cotidianidades y problemáticas de la sociedad LGBT+, de distintas latitudes del mundo, y con el objetivo primordial de visibilizar y aumentar la tolerancia hacia la diversidad en nuestro país», resume.

Una ventana

Para Inostroza, hoy la importancia del cine LGTB en el cine actual -chileno y mundial- radica en «mostrar, ser una ventana, un escape para tantos niños y adolescentes que lo pasan pésimo».

«Ser una manifestación a través del arte, y a la vez, ser un reflejo de los procesos de cambio que estamos viviendo en el mundo, en temas de derechos humanos y diversidad, entre otros», añade.

«Sin duda hay una tendencia a querer lograr derechos que se han pospuesto por demasiado tiempo y a querer lograrlo ya. Claramente eso genera más movimiento, creación, expresión, y el cine no se queda atrás».

Momento de experimentación

A la convocatoria para participar en el evento llegaron más de 200 títulos provenientes de 20 países, lo que demuestra la vitalidad de este cine en la actualidad.

«Creo que es un momento de experimentación, de probar nuevos formatos, temáticas, historias», dice Inostroza. «Atrás están quedando las historias más básicas, tipo chico conoce a chico, y se está profundizando en temas más sociales, políticos».

Este año, por ejemplo, el festival trae un largometraje brasileño, A cidade do futuro, sobre poliamor y pansexualidad; un documental mexicano, Etiqueta no rigurosa, que habla sobre los ridículos obstáculos para casarse que le ponen a una pareja formada por dos personas que se aman y quieren estar juntas; o A dolls eye’s, un corto sobre un hecho muy personal que marca la infancia del director, pero con un alto poder de identificación.

Apostando a la calidad

Inostroza destaca que este año también se realizarán tres paneles sobre temáticas como niñez trans en Chile, producción y festivales de diversidad en el mundo, y sobre la ciudad de Santiago como una ciudad abierta y amigable.

«El Panorama Chileno siempre es un destacado, porque permite conversar con los realizadores o actores de la sobras después de las proyecciones. La Competencia Internacional y Guerrilla también son imperdibles, ya que además este año el público podrá votar por sus películas favoritas en estas secciones, lo que es una tremenda retroalimentación para los caminos a seguir el próximo año», asegura.

Inostroza señala que el festival tiene una línea editorial transversal a todas las ediciones, que básicamente es sobre realizar un evento con contenidos de alta calidad, y por supuesto, que contribuya a aumentar la educación y tolerancia sobre diversidad sexual y de género.

«Para esta segunda edición nos inspiramos en la naturaleza. La idea es mantener en perspectiva que lo natural es superior a las creencias, posturas o religiones que podamos tener cada uno. No tenemos un lema particular, pero estamos usando mucho el símbolo +, ya que queremos que todos se sumen a esta nueva edición y que entendamos que la diversidad siempre puede ser más diversa de lo que sintamos o conozcamos», remata.

Desafíos y aprendizajes

Uno de los principales desafíos para esta segunda edición ha sido el financiamiento. Esta segunda edición se realiza gracias al financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y gracias a medios aliados y marcas colaboradoras. Pese a todo, más del 50% del festival se sigue financiando con aportes propios.

«Para muchas grandes marcas o empresas sigue siendo impensable vincularse a la sociedad LGBT+, pese a que en muchos casos, es su público principal», lamenta.

Por otro lado, esta segunda versión sin duda es más grande que la anterior.

«Triplicamos la cantidad de películas, duplicamos la programación en salas, contamos con dos invitados internacionales, alargamos un día el festival, tenemos nuevas secciones, hasta vendimos abonos por Internet y estuvimos con Cyber Day», celebra. «En comparación al año pasado se siente como que ‘nos pegamos un estirón'».

«El balance del 2016 fue muy bueno. Se logró lanzar y concretar el festival, fue una tremenda experiencia para el equipo, y por supuesto, aprendimos sobre qué funcionó y qué debíamos mejorar para este año».

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