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Empresa canadiense rechaza cuestionamientos de científicos nacionales a proyecto de fertilización oceánica Oceaneos Environmental Solution pretende operar en costas de Chile y Perú

Empresa canadiense rechaza cuestionamientos de científicos nacionales a proyecto de fertilización oceánica

Tras una denuncia de cinco científicos del Instituto Milenio de Oceanografía, que sostuvieron que la iniciativa de la empresa Oceaneos de fertilizar el mar vertiendo hierro en las aguas para aumentar la cantidad de peces que se pueden explotar comercialmente era «peligrosa», el presidente de la compañía, Michael Riedijk, cuestionó la opinión «personal» de los científicos y rechazó su razonamiento argumentando que «nuestro proyecto es acotado, científico, no comercial y a escala pequeña. Por lo tanto, nos regimos estrictamente a la normativa emanada protocolo de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas para proyectos de fertilización oceánica, que sí la permite como investigación científica».


La empresa canadiense Oceaneos rechazó cuestionamientos a su proyecto para fertilizar los mares con el fin de aumentar la producción pesquera.

El pasado 6 de abril, cinco científicos del Instituto Milenio de Oceanografía señalaron en este medio que la propuesta que Oceaneos Environmental Solutions, Inc. desarrolla en Chile era «peligrosa».

«Preocupa de sobremanera que una empresa extranjera con fines de lucro, pero sin el conocimiento íntimo de condiciones y necesidades locales, no esté preparada correctamente para evaluar los riesgos para la vida en el océano, y la salud humana, ni de tampoco monitorear adecuadamente los efectos reales de esta acción», señalaron los académicos Peter von Dassow, Cristian Vargas, Carmen Morales, Rubén Escribano y Oscar Pizarro.

Fines científicos, no comerciales

En una carta a El Mostrador, Michael Riedijk, presidente de la firma,  junto con cuestionar que los científicos del Instituto Milenio de Oceanografía hayan emitido juicios personales y no institucionales contra la iniciativa de Oceaneos, aseguró que «nuestro proyecto de investigación es científico, no comercial». «Además, cada decisión que tomamos y cada iniciativa que desarrollamos están enmarcadas dentro de nuestro Código de Conducta«, aseguró.

Tras exponer evidencia científica sobre la reducción del fitiplancton -principal alimento de los peces- a nivel mundial, Riedijk expone que «la siembra oceánica (‘ocean seeding’ en inglés) es una tecnología innovadora que imita el proceso natural de la fertilización de los océanos, abordando el problema de la disminución del fitoplancton mediante la revitalización de las áreas oceánicas donde los nutrientes se han agotado»

«Nuestro proyecto es acotado, científico, no comercial y a escala pequeña. Por lo tanto, nos regimos estrictamente a la normativa emanada protocolo de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas para proyectos de fertilización oceánica, que sí la permite como investigación científica», asegura.

Según Riedjik, el equipo de Oceaneos, compuesto por 10 investigadores y tres profesores de biología marina, ha desarrollado un protocolo que excede estas directrices internacionales, proporcionando detalles, tales como implementación, efectos y monitoreo, identificación y mitigación de riesgos, y objetivos de sostenibilidad oceánica.

«Al estimular la cadena alimenticia de estas regiones con un compuesto de siembra, con el hierro como ingrediente activo, se puede cultivar fitoplancton, que a su vez alimenta el zooplancton, que a su vez es el alimento esencial de los pequeños peces, que alimentan a peces más grandes. Por lo tanto, el objetivo de la siembra oceánica es detener la preocupante baja actual y aumentar significativamente la biomasa de peces, disminuyendo la tasa de mortalidad de las especies de peces que migran a través de las áreas seleccionadas», asevera.

Los objetivos de Oceaneos

Oceanos fue fundada en 2014 «con la visión de desarrollar aún más la siembra oceánica como un avance potencial en la restauración de los ecosistemas marinos», asegura el ejecutivo, quien además rechazó que haya una investigación contra la firma por un controvertido caso de fertilización en Canadá.

«Nuestro proyecto fue seleccionado y reconocido por Start-Up Chile en el concurso de emprendedores globales de 2014. Oceaneos está integrada por un sólido equipo de expertos internacionales en biología marina, abogados ambientalistas y profesores de diferentes universidades y nacionalidades». Destaca, además, la Mesa de Consejeros Científicos de la firma.

«Tenemos la intención de ejecutar proyectos piloto de investigación científica sobre siembra oceánica en pequeña escala, mediante un consorcio público-privado de agencias gubernamentales, pesquerías industriales, uniones de pescadores artesanales y universidades. Durante los últimos tres años, Oceaneos ha estado trabajando diligentemente en el desarrollo de esta tecnología, la que hemos socializado en reuniones con todas las partes interesadas relevantes en Chile», aseguró.

Según el ejecutivo, actualmente desarrollan un compuesto de semilla oceánica no tóxico, que utiliza ingredientes naturales que permite un excelente crecimiento del plancton, especialmente de las diatomeas. Sólo una pequeña cantidad es necesaria para mejorar el crecimiento del plancton en entornos oceánicos agotados de nutrientes: alrededor de 1 taza por hectárea, asegura.

«Esta innovación la hicimos en conjunto con 4DLabs de la Universidad Simon Fraser de Canadá, que es el laboratorio de nanotecnología más importante de ese país, con un instrumental de punta que supera los 80 millones de dólares de inversión aportados por el gobierno. No está demás subrayar que ningún proyecto que sea objeto investigación podría relacionarse con dicha universidad pública», señaló.

«Además, Oceaneos ha desarrollado un método para determinar si los peces consumieron el plancton de las floraciones inducidas. Esto es importante para establecer la causalidad entre los proyectos de investigación de siembra oceánica y el crecimiento de la biomasa de peces. Esto también puede ofrecer a los científicos y al sector pesquero nacional la primera oportunidad real de rastrear y localizar las pequeñas especies pelágicas. Este método podría revolucionar el funcionamiento de la pesca en Chile, posicionando al país a la punta de la investigación científica en materia de siembra oceánica».

Proyecto en Chile

En cuanto al proyecto en Chile, el ejecutivo asegura que para abordar las preocupaciones de las partes interesadas y de la comunidad científica, Oceaneos ha diseñado proyectos piloto específicos de investigación para minimizar las interacciones potenciales con cualquier especie costera.

«Lo haremos trabajando en el océano profundo, a más de 70 millas náuticas (130 kilómetros) de la costa de la Región de Coquimbo, en cuerpos de aguas oceánicas conocidas como remolinos, que son grandes vórtices contiguos que se alejan de la costa, minimizando así las interacciones potenciales con los recursos costeros y el agua adyacente de estos cuerpos», afirma.

«Oceaneos está haciendo un esfuerzo diligente y transparente, usando sus propios recursos y tomando riesgos financieros significativos para desarrollar aún más el know how de la siembra oceánica, en estrecha colaboración con las partes interesadas pertinentes, y alineado con las regulaciones ambientales del país. Nuestro proyecto de investigación es científico, no comercial. Además, cada decisión que tomamos y cada iniciativa que desarrollamos están enmarcadas dentro de nuestro Código de Conducta», insiste Riedijk.

«La siembra oceánica tiene el potencial de transformar la industria pesquera. Necesitamos un cambio de paradigma para iniciar una relación distinta con el océano, como agricultores en lugar de cazadores. Puede ser tan importante e impactante como la invención de fertilizantes agrícolas a principios del siglo XX, que permitió que el mundo aumentará los cultivos para alimentar a una población de miles de millones de personas», concluye.

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