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Núcleo Milenio de Crisis: El cerebro que reúne a cientistas sociales y científicos para anticipar los estados de emergencia social El objetivo es entender los procesos de incubación, la forma en que se expanden y los modos en que se transforman

Núcleo Milenio de Crisis: El cerebro que reúne a cientistas sociales y científicos para anticipar los estados de emergencia social

Para enfrentar las situaciones sociales críticas, los investigadores identifican «patrones emergentes en procesos de crisis con ayuda de herramientas de modelamiento matemático y computacional combinadas con teoría e investigación social», explica su director, Aldo Mascareño. Algunos de los resultados de estas investigaciones apuntan al desarrollo general de un concepto de crisis como reiteración irreflexiva de patrones de conducta sistémicos. Este concepto es aplicable a la producción de crisis financieras como la de 2008 y a crisis políticas en las que las instituciones pierden capacidad de controlar las consecuencias de sus propias operaciones.


Crisis, la palabra se repite una y otra vez en las conversaciones. Circula en la prensa, en los pasillos del poder, en los negocios, en las calles, en las consultas de los psiquiatras y en los espacios domésticos. La crisis es la forma actual en la que se produce nuestra existencia en común.

Un Centro de Investigación Núcleo Milenio, conformado por miembros de la Escuela de Gobierno y de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, más algunos académicos de otras universidades (como la Universidad Diego Portales, la Universidad de Chile y la Universidad Católica), se dedica desde el año pasado a analizar Modelos de Crisis.

El centro es financiado por Iniciativa Científica Milenio del Ministerio de Economía y está constituido por un grupo de carácter interdisciplinar que incluye sociólogos, economistas, historiadores, físicos, matemáticos e ingenieros computacionales.

«Nuestro objetivo es entender los procesos de incubación de crisis sociales, la forma en que se expanden en distintos ámbitos y los modos en que esas crisis transforman la sociedad en que vivimos», explica su director, el académico Aldo Mascareño. «Para ello identificamos patrones emergentes en esos procesos de crisis con ayuda de herramientas de modelamiento matemático y computacional combinadas con teoría e investigación social».

Uno de sus productos más recientes es una exposición en el Centro Matucana 100. En el Laboratorio Arte y Crisis (LAC) ocho artistas chilenos, de distintas generaciones, dialogaron durante un año con un grupo de científicos y a partir de esa reflexión surgieron obras que abordan distintas experiencias y procesos de crisis.

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Caracterización

El concepto de crisis tiene su origen en el uso médico en Grecia antigua. Refería a un punto de inflexión que determina si el paciente evoluciona para mejor o para peor. En ese sentido, el concepto de crisis siempre ha referido a alternativas y a una transición marcada por la incertidumbre entre un momento y otro, explica Mascareño.

Gracias a esa situación de excepcionalidad que la crisis evoca, es un concepto también que invita a la acción, es decir, a conducir el tránsito social indeterminado hacia el punto que cada agente encuentre más apropiado y más acorde a sus intereses. Por ello la situaciones de crisis incrementan la conflictividad social, pues los actores sociales siempre tienen distintas ideas y expectativas acerca de lo que la sociedad debe ser, dice.

En la sociedad moderna, plena de organizaciones de distinta índole, de agrupaciones humanas con intereses culturales y políticos diversos y contrapuestos, de grandes sistemas sociales como la economía, la política, la religión que pugnan por expandir sus lógicas de operación a distintos ámbitos sociales, las crisis se hacen cada vez más comunes. Todos estos campos sociales son espacios de disputa, señala.

«Sobre esta base, nosotros hemos llegado a un concepto de crisis que se inicia en una fase de incubación, con pequeños problemas que se acumulan paulatinamente hasta que llegan a un punto de inflexión en el que se inicia una propagación de la crisis. En esta fase de propagación los actores se ven explícitamente involucrados y se hacen conscientes de la situación que los afecta», dice, dando como ejemplo las AFP.

Las crisis de Chile

En nuestro país, varias situaciones podrían definirse en estos términos, según Mascareño. «La primera es la educación. Las protestas en este campo comenzaron a incubarse a inicios de los 2000 con el pase escolar, siguieron el 2006 con las protestas de pinguinos, se propagaron en 2011 y motivaron el inicio de una reestructuración con el proceso de desmunicipalización, cuyos resultados y problemas comenzaremos a ver en los años siguientes».

Según el académico, la desconfianza en instituciones políticas es otro ejemplo.

«El descenso de la confianza también se hizo sistemático desde fines de los 90. La ‘Constitución de Lagos’ no contribuyó a mejorar esto, tampoco los discursos sobre ‘los problemas reales de la gente’. Queda aún por determinar si la reacción institucional del cambio de sistema electoral reducirá la distancia entre instituciones y público, o si el proceso constitucional iniciado este año será el punto de inflexión que iniciará la transición hacia otro momento con nuevos problemas».

Patrones emergentes

Los patrones emergentes en procesos de crisis son uno de los aspectos más innovadores de la investigación, comenta Mascareño.

«Generalmente pensamos que todas las crisis son distintas e incomparables, pero si observamos sus características y sus dinámicas básicas, nos damos cuenta que siguen modelos que podríamos denominar universales», explica.

«Estos modelos los podemos identificar con herramientas de las ciencias exactas y complementarlos con técnicas de ciencias sociales que recogen la experiencia de las personas en procesos de crisis. Para ello empleamos métodos cualitativos de investigación social, entrevistas, estudios de caso, análisis históricos. A esto nos referimos cuando hablamos de modelos de crisis: formas de crisis distintas pero universales».

Líneas de investigación

El especialista cuenta que la investigación del Centro se diferencia en dos líneas de investigación. La primera, sobre el concepto de crisis, busca perfilar un concepto de crisis adecuado a condiciones modernas. Aspira a revelar cómo las paradojas, contradicciones y conflictos que surgen de la complejidad social incuban y transmiten crisis en distintos niveles.

La segunda, en tanto, sobre los modelos empíricos de crisis, analiza distintos campos de aplicación como educación, finanzas, salud, y crisis puntuales como la de Chiloé o de las AFP. Aquí se combinan los desarrollos conceptuales con datos empíricos cuantitativos, cualitativos e históricos.

Mascareño da un ejemplo de esto: la denominada crisis de la marea roja en Chiloé.

«Hubo una secuencia de eventos que produjo la marea roja, la pérdida de empleos y varias protestas en la zona. Si uno investiga esta crisis, observa que cada actor tiene interpretaciones distintas de la crisis».

«Los científicos señalan que es un evento natural y solicitan recursos para mayor investigación científica; las ONG dicen que la crisis se origina debido al vertimiento de salmones muertos al mar y piden regulación de salmoneras; los pescadores artesanales indican que Chiloé ha sido históricamente abandonado y piden que el gobierno desrregule sus cuotas de pesca; y el gobierno sostiene que la crisis es también un fenómeno natural y entregan bonos a los pescadores como compensación de sus problemas inmediatos».

Según el académico, cada uno tiene su versión de la crisis y espera cosas distintas de los demás. «Es decir, la crisis no es solo el problema concreto de la marea roja, sino que la crisis social se agudiza por la falta de coordinación entre los discursos de los científicos, de las ONG, de los afectados y del gobierno. Todos discuten sobre la discusión y pierden de vista los problemas concretos».

En el Centro, esta aproximación la combinan con análisis de big data para correlacionar las versiones de los actores de crisis con las dinámicas macro de opiniones al respecto a través de tweets. Aquí se emplean algoritmos de aprendizaje para programas computacionales que pueden determinar la polarización semántica de distintos actores en relación a la situación de crisis.

«Nuestra investigación apunta a hacer visible este tipo de problemas y, por tanto, a manejarlos buscando identificar un paralelismo de metas en cada actor. Bajo ningún punto de vista buscamos lograr consenso entre los actores, sino más bien que exista espacio para la concreción de las metas particulares de cada uno».

Resultados

Hasta el momento, los principales resultados de investigación del Centro son de carácter científico. Hasta ahora tienen alrededor de 20 publicaciones en revistas especializadas disponibles en la página del Núcleo Milenio Modelos de Crisis y en las páginas respectivas de sus miembros.

Algunos de los resultados científicos de estas investigaciones apuntan al desarrollo general de un concepto de crisis como reiteración irreflexiva de patrones de conducta sistémicos. Este concepto es aplicable a la producción de crisis financieras como la de 2008, a crisis políticas como la de Venezuela, en las que las instituciones pierden capacidad de controlar las consecuencias de sus propias operaciones.

También a la identificación de la situación de crisis como un momento de fragilidad de las estructuras sociales en las que la acción humana tiene mayores posibilidades de reconstruir las instituciones sociales.

Otro es la identificación de patrones de contagio y propagación de crisis como en el caso de la segregación educativa en Chile, que según nuestros análisis habría llevado a una desaparición de la educación pública hacia 2030 de acuerdo a las tendencias de los últimos 30 años.

También la identificación de diversas narrativas de crisis en distintas situaciones de crisis que incrementan las condiciones generales de crisis más allá de las características de la situación, como en el caso de la crisis en Chiloé.

Actividades de divulgación

No obstante, más allá de estos resultados científicos, el Núcleo Milenio Modelos de Crisis también desarrolla varias otras actividades de formación y divulgación científica.

Algunas de sus más importantes actividades en este ámbito son la Escuela de Primavera Modelos de Crisis. Es un encuentro de tres días en Viña del Mar para estudiantes que postulan de distintas partes de Chile en los que los investigadores de Núcleo Milenio Modelos de Crisis e invitados internacionales enseñan sus últimos avances en investigación teórica y modelamiento de situaciones de crisis.

Otros es la mencionada muestra de artes visuales ‘Crisis Crisis Crisis’, que se expone en Matucana 100 hasta el 8 de enero de 2016. En ella buscan expresar la experiencia de la crisis mediante el lenguaje del arte.

Relacionado a lo anterior, preparan también un libro titulado ‘Estéticas de la Crisis’ que saldrá al público a inicios de 2017.

Igualmente han desarrollado ciclos de entrevistas en video sobre crisis. El primer ciclo está disponible en su sitio con entrevistas a Mirko Macari (Director del diario), Ignacio Briones, Lucas Sierra, entre otros. El próximo ciclo estará disponible en enerro de 2017 con entrevistas a Soledad Pinto (artista visual), Francisca Rengifo (historiadora), Andrea Repetto (economista), Juan Luis Ossa (historiador), entre otros.

Proyección en el tiempo

¿Cómo se proyecta el Núcleo en el tiempo?

«Se relaciona con el desarrollo de una aproximación general a las crisis en sociedades complejas modernas, y en las posibilidades de intervención en ellas en distintos planos: político, económico, estético, individual», responde Mascareño.

«En 2018 concluimos con la primera fase de la investigación y aspiramos a una segunda fase hasta 2021 en la que las redes internacionales del centro que ya se están formando puedan consolidarse para exportar nuestro modelo teórico-metodológico de análisis de crisis en sociedades complejas».

El académico revela que se dedicaron al tema porque en sociedades complejas las crisis son recurrentes.

«Puesto que las personas, las organizaciones y sistemas sociales como la economía, la política, la religión, gozan de alta autonomía, los conflictos entre ellos tienden a incrementarse», dice. «Cuando esos conflictos se agudizan, como muchas veces sucede, los conflictos se transforman en crisis inmanejables para los afectados e impredecibles en sus consecuencias».

«Para hacerles frente, tanto las personas, como las organizaciones y los gobiernos tienen que saber cómo se producen las crisis y por qué algunas se expanden incontrolablemente. Nuestro principal aporte es identificar esas formas de producción y propagación de crisis en sociedades complejas, para así también intentar evitar que las intervenciones realizadas para controlar las crisis no aumenten la situación de crisis que buscan controlar. Eso es lo que generalmente sucede cuando uno no tiene conciencia de que las crisis son problemas altamente complejos e interconectados. Las crisis son problemas dentro de un problema».

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