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Sorpresa y pena provocó en el mundo de la cultura el discurso de Bachelet En tres años de gobierno, la Mandataria ha concretado el 46 por ciento de sus anuncios en cultura

Sorpresa y pena provocó en el mundo de la cultura el discurso de Bachelet

Si en años anteriores el espacio destinado a hablar de cultura en el discurso presidencial alcanzaba a los tres minutos, este año el espacio disminuyó al menos del 50 por ciento, situación que es analizada por instituciones culturales como una clara demostración de la poca importancia que se la de cultura para reconstruir el tejido social del país.


Sorpresa y, en algunas instituciones, incluso pena, causó la mención a la cultura de la Presidenta Bachelet en el discurso del 21 de mayo de 2016. Sorpresa por lo breve de su mensaje, por la ausencia de innovación y carencia de detalles; pena por el poco lugar que ocupa la cultura en los temas país, en especial porque este año había mucho de qué hablar.

Para el Sindicato de Actores, Sidarte, que Bachelet solo haya ocupado el 1% de su discurso en tratar temas culturales es una «triste» constatación «que sigue demostrando que no se comprende la importancia trascendental que tiene hoy la cultura para reconstruir el tejido social de nuestros país».

«Ahora más que nunca la cultura y sus diversas manifestaciones debiesen estar más presentes en un discurso al país, con más cultura, más arte, más ideas, más libertad se restauran las confianzas dañadas y expresamos nuestra identidad. Una cultura activa y al centro del desarrollo social, es algo que se extraña», dijo Andrea Gutiérrez, presidenta de Sidarte.

En el Observatorio de Políticas Culturales lo que sorprende es que «pareciera que cada año se reduce más el espacio a la cultura».

«El análisis que realizamos en el OPC nos mostraba que había bastante más que mostrar. Por ejemplo el avance en ingreso de los proyectos de ley de cultura. Además por segundo año el patrimonio estuvo ausente. Sin embargo, interesante el anuncio del centro nacional de las artes. Hay que ver de qué se trata», añadió Bárbara Negrón, directora de la OPC.

Marisol Vera, presidenta de la Asociación de Editores de Chile, dijo que resultaba «triste y desesperanzador dedicar menos de un minuto a cultura».

«Es un indicador claro de que el gobierno aún no entiende la importancia que tiene la cultura en la construcción del país, de la identidad de su ciudadanía, de su desarrollo humano», expresó. «Ninguna mención a la Política del Libro y la Lectura, a los grandes temas en discusión en torno a la creación del Ministerio de la Cultura y las Artes, la consulta a los pueblos originarios, tema candente, patrimonio, en fin… La cultura merece, en la vision de gobierno, 55 segundos de reflexión para el país. Triste».

«Esperábamos más presencia de la cultura en el discurso del 21 de mayo sobre todo en el ámbito de la educación, pero de todas formas celebramos el anuncio de un nuevo centro de arte contemporáneo», señaló por su parte Mario Rojas, secretario general de la Unión Nacional de Artistas (UNA).

Cristóbal Soto, del Sindicato de Escritores (SUDEC) aseveró que «más allá del aumento de infraestructura, el discurso no da cuenta de la seria problemática con respecto a la baja tasa de lectura, del abandono que sufren muchos artistas, y la difusión de los autores nacionales. La infraestructura no asegura el desarrollo de la creación cultural. Los escasos segundos da cuenta también de manera simbólica de cuánto realmente le importa».

De tres a uno

A diferencias de años anteriores, donde las menciones a la Cultura tenían asignado escasos tres minutos, en esta cuenta a la nación 2016, la presidenta Bachelet concedió apenas 55 segundos, siendo la valoración más exigua que ha hecho Bachelet sumando su primer período presidencial y los tres años del segundo.

En un año donde se presentó -después de numerosas postergaciones- la indicación sustitutiva del proyecto de Ley que crea el Ministerio de las Culturas y el Patrimonio; un año en el que las instituciones ligadas a las bibliotecas y museos enfrentaron sendos paros administrativos que mantuvieron los principales espacios destinados a la cultura cerrados, y en un año en donde además se anuncia hace solo unos días la inyección de 25 millones de dólares para la creación de un Canal Cultural, la Presidenta omitió referirse a todos estos temas -que requerían de mayor información y precisión-, para remitirse a un reducido anuncio de continuidad de dos proyectos -uno de su primer gobierno- y a la creación de un nuevo espacio cultural.

La primera parte de su reducida intervención en materia cultural hizo referencia al programa iniciado en su primer gobierno, sobre la creación de centros culturales en regiones, anunciando que para el el 2017 se inaugurarán 16 más. El segundo anuncio, que no incorpora ninguna novedad porque se trata de una información conocida, tuvo relación con los plazos para terminar la segunda etapa de la ejecución del Centro Cultural Gabriela Mistral, cuyas obras debieran completarse a fines de 2017.

El tercer anuncio fue el único que incluyó novedad, constituyéndose además en una buena noticia para el mundo de las Artes Visuales. Se trata del Centro Nacional de Arte Contemporáneo, que según Bachelet se instalará en septiembre en el recinto del ex aeródromo Cerrillos. El anuncio de este nuevo espacio- que se entiende como de gran envergadura- careció de todo tipo de especificación, tanto desde el punto de visto técnico como el de real impacto en la comunidad; un anuncio que sin duda dará pie a una serie de interrogantes.

Cumplimiento de metas

Según el informe de cumplimiento de compromisos presidenciales que cada año elabora el Observatorio de Políticas Culturales, en el conjunto el promedio de cumplimiento de los compromisos presidenciales que comprometen legislación es de 46%, en circunstancias que el año pasado el porcentaje alcanzaba el 20%.

El incremento en el porcentaje de cumplimiento se debe principalmente al ingreso de dos indicaciones sustitutivas. Por una parte, la esperada indicación que creará el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que fue despachada en enero de este año y se encuentra actualmente en tramitación. Por otro lado, a 3 días del 21 de mayo ingresó una indicación sustitutiva que reemplazó el texto del proyecto de ley que Modifica la ley N° 19.132, de Televisión Nacional de Chile ingresado el año 2008. A través de esta indicación se logró abordar 2 compromisos presidenciales: la creación del canal cultura y educativo y las modificaciones a la televisión pública.

La única medida que tiene un 100% de cumplimiento en los discursos presidenciales es la relativa a la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de Bienes Culturales que fue ratificada por nuestro país y publicada en el Diario Oficial en septiembre del 2014.

Dos compromisos del programa presidencial no muestran ningún avance. Se trata de la iniciativa de incorporar el Consejo Nacional de Televisión, CNTV, al futuro Ministerio de las Culturas (Lo que no se contempló en la Indicación Sustitutiva correspondiente), y el perfeccionamiento de la legislación relativa a los derechos laborales de quienes trabajan en el sector cultural.

Otra de los anuncio que tiene ningún estado de avance es la relativo una política de cultura digital. En el 2014 Bachelet dijo que «desarrollaremos una política sobre cultura digital, que nos permita aprovechar de mejor manera el desarrollo tecnológico, para, por una parte ampliar las posibilidades para las políticas públicas de fomento a la creación cultural y, por la otra democratizar, promover y facilitar, de mejor manera el acceso a bienes culturales por parte de la ciudadanía”. Esta medida se encuentra sin institución responsable y no existe información de plataformas en línea que busquen comercializar y difundir contenidos y/o bienes culturales digitales. Sin embargo, se informó de la realización de un Seminario de Cultura Digital durante el 2015.

 

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