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[Galeria de fotos] El impactante look de Rihanna en la Gala Met como Papisa Este año la temática estuvo centrada en el catolicismo

[Galeria de fotos] El impactante look de Rihanna en la Gala Met como Papisa

Sus seguidores quedaron conforme con su aparición en la alfombra y se convirtió en una de las ganadoras indiscutibles de la noche.


El Museo Metropolitano de Nueva York desplegó este del lunes su alfombra. Por ella desfilaron más de 500 estrellas del mundo del arte, la música, el cine y, sobre todo, de la moda, para asistir a la Gala Met 2018.

Todos la esperaban a ella, y cumplió. Rihanna impactó a todos con su look. «Esto sí es un éxtasis. Una aparición celestial» declaró Vogue.

“Rihanna, tienes que llegar y salvar la noche”, decían algunos seguidores de la cantante y que esperaban expectantes su parición en la alfombra. Y lo hizo. No necesitó más de dos pasos para ser una de las ganadoras indiscutibles de la noche. La estaban esperando, pero nadie imaginaba que iba a ir de Papa. Bueno, de Papisa.

La cantante ha lucido un minivestido de Maison Margiela lleno de perlas, uno de los adornos más utilizados durante el Renacimiento por la realeza y, por tanto, uno de los más retratados. Símbolo de estatus y nobleza, se aunaban con otro tipo de materiales preciosos para las vestimentas de los estamentos altos a los que, por supuesto, también podía pertenecer parte del clero acaudalado; unos reinterpretados tanto en la túnica con sobrefalda (o vestido mullet) como en la chaqueta que emula las vestiduras litúrgicas.

¿El remate? La mitra, el tocado con el que las personas con dignidad episcopal cubren su cabeza durante los oficios litúrgicos. Vaya, que en el ámbito católico suelen utilizarla tanto el Papa como, excepcionalmente, los eclesiásticos que sin ser obispos tienen derecho al uso de pontificales, como cardenales, abades mitrados, etc.

Lo cierto es que para comprender a Rihanna al 100%, hay que profesar su religión estética. O, al menos, acercarse a ella con actitud abierta ante la creencia y tener una buena dosis de fe en que la fantasía en la Gala Met, a pesar de lo que pudiesen indicar años anteriores, no está muerta. Ni siquiera el temor a convertirse en un meme ha podido con ella.

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