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Habla el médico que realizó el primer aborto por tres causales: “Estoy a favor de la interrupción del embarazo libre en el primer trimestre de gestación” Te descubro

Habla el médico que realizó el primer aborto por tres causales: “Estoy a favor de la interrupción del embarazo libre en el primer trimestre de gestación”

Laura Quintana
Por : Laura Quintana Periodista. Coach Ontológico y Mentora. Fundadora de El Mostrador Braga. Experta en comunicación estratégica, género e inclusión. Sígueme en Instagram @coachdevida_lauraquintana.
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Gonzalo Rubio trabaja en el Hospital San José y es militante de la Izquierda Autónoma. En conversación con El Mostrador Braga cuenta cómo ha sido la responsabilidad de realizar el primer aborto legal en Chile, tras la aprobación de la ley que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales.


Rubio (35) es médico ginecólogo del Hospital San José, donde trabaja en la unidad de salud sexual y reproductiva, además de consejero general del Colegio Médico y militante de la Izquierda Autónoma. Dice que desde niño quiso ser médico y en especial ginecólogo.

-¿Cómo has vivido el hecho de haber sido el primer médico en realizar un aborto en nuestro país y la violenta respuesta de los grupos denominados “pro-vida”?

Como un desafío, pero más que eso creo que fue una obligación ética. Yo había estado trabajando mucho, desde hace dos años, en salud sexual y reproductiva, y particularmente en aborto. Además, por la situación en que se dio -una niña de 12 años embarazada producto de una violación- era necesario actuar con premura y consideré que estaba listo para realizar la intervención.

Fue bastante fuerte todo lo que pasó después. Me chocó ver la respuesta de los grupos más conservadores, pero junto con eso vino una oleada de apoyo de colegas y sobre todo de mujeres, muchas de ellas me prestaron apoyo y me llegaron a decir que era un héroe.

No creo ser ni un asesino ni un héroe, sólo un profesional que está haciendo su trabajo de la mejor forma posible y tratando de respetar a las mujeres.

-¿Qué le dirías a tus colegas que han alertado que utilizarán la objeción de conciencia para no realizar el procedimiento de interrupción del embarazo?

-Me parece que lo primero que hay que pensar es que el objetivo es el bienestar de la paciente y creo que, al ir interiorizarse en los casos, uno va generando una real vinculación con lo que es defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Existe mucha desinformación. Por ejemplo, se cree que porque nosotros le neguemos la atención no van a hacerse el aborto, y la verdad es que eso no es así. Lo realizan igual y ponen en peligro su vida. Los médicos no podemos ser policías morales, no es nuestro rol.

-Si bien la aprobación de la despenalización del aborto en tres causales se puede considerar un paso hacia adelante, ¿cuánto nos falta por avanzar en materia de aborto?

-Me parece que la ley es un avance muy escueto, que tiene que ver con un avance civilizatorio. Nosotros estábamos en la prehistoria de la humanidad con respecto a esto. De hecho, la humanidad tiene otro camino que va hacia la interrupción del embarazo sin causales.

-¿Hacia el aborto libre?

-Para mí la edad gestacional no es inocua. Estoy a favor de la interrupción del embarazo libre en el primer trimestre (entre 12 y 14 semanas) y de ahí en adelante con causales, como ocurre en la gran mayoría de los países del mundo.

-En lo político, ¿qué te parece que durante el debate parlamentario de la ley muchos parlamentario dudaban del rol de decidir de la mujer sobre su cuerpo?

-Lo primero es que yo trabajo mucho con organizaciones internacionales y siempre me decían que les extrañaba el desprecio que había en Chile por las mujeres y cómo estaba de condicionada esta ley.

-Algunos legisladores incluso insinuaron que las mujeres irían en masa a hacerse abortos…

-Hay mucha desinformación… para ninguna mujer que solicita una interrupción del embarazo es una experiencia satisfactoria o beneficiosa. Es súper importante contextualizar la realidad social particular de esa mujer y es fundamental trabajar en esto. Yo soy un convencido de que el perseguir el aborto lo único que hace es hacerlo más peligroso. Creo que las mujeres abortan independiente de los médicos y de las leyes: lo hacen igual. Me parece que no nos corresponde a nosotros adjudicarnos la posibilidad de que ellas corran peligro, me parece que es una situación que para cualquier trabajador de la salud debe ser desestimada

-¿Cómo se tomó tu entorno familiar el haber tomado esta responsabilidad? ¿Lo volverías a hacer?

-Sí, de todas maneras. No tengo ninguna duda. Para mí esto es un deber ético, una obligación moral que tiene que ver con poder brindarle la mejor calidad de atención a las mujeres. Siempre quise ser médico y siempre quise ser ginecólogo.

“Mi mamá es muy católica, católica practicante. Ella siempre me ha dicho que no está a favor del aborto, pero de alguna manera entiende que uno pueda prestar humanidad en este tipo de casos y los planteamientos de cada caso. Yo le he explicado y se ha dado cuenta que son situaciones límites, además ella es una de las que más me inculcó el respeto a las mujeres. Tengo modelos femeninos muy importantes, que yo no vislumbraba en la primera infancia. Sin embargo, cuando me empecé a relacionar con mujeres muy precarizadas me llamó mucho la atención cómo se ejercía tanta violencia sobre ellas, algo que yo desconocía.

-¿Te consideras feminista?

-Yo me considero teóricamente feminista, porque todavía tengo que deconstruir mi machismo. Tengo muchas trancas y muchas cuestiones fijadas del machismo, soy un machista en rehabilitación.

-¿Cómo piensas que deberíamos avanzar en Chile en derechos sexuales y reproductivos de las mujeres?

-Lo que me gustaría es que primero se instale muy bien esta ley y que se extienda ese entendimiento a los trabajadores de salud. Esto para que de alguna manera nosotros comprendamos que no somos policías morales de las mujeres. Creo que existen dos alternativas para avanzar: uno, en expandir las causales, como por ejemplo la causal de salud de la madre. Allí la salud no sólo es el peligro de la vida, sino el bienestar físico, psíquico y social. Yo puedo entender que si una mujer está extremadamente precarizada pueda interrumpir un embarazo, lo que es una tremenda oportunidad, además, para prevenir futuros embarazos no planificados. También me parece que falta mucha educación, por ejemplo, frente a la anticoncepción en la atención primaria y trabajo en los colegios. Chile tiene una deuda en relación al embarazo adolescente. Para mí la mejor forma en que podemos disminuir el número total de abortos y me parece que la mejor campaña contra el aborto es ponerle una limitación de semanas, más que de causales, y al cabo de 10 años vamos a tener menos abortos.

 

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