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Todos somos Marielle: Foro Social Mundial concluyó eclipsado por el asesinato de la activista brasileña Si nombre fue citado en los dos principales eventos

Todos somos Marielle: Foro Social Mundial concluyó eclipsado por el asesinato de la activista brasileña

La decimotercera edición de la cumbre de las organizaciones no gubernamentales concluyó ayer en la ciudad brasileña de Salvador. El nombre de Franco estuvo presente sobre todo el viernes en la Asamblea Mundial de las Mujeres, que reunió a unas 5.000 mujeres de diferentes países, religiones, razas y culturas. «Lo que tenemos que hacer en esta Asamblea es levantar las banderas de Marielle y de todas las mártires que fueron asesinadas por el Estado. Si no nos unimos para luchar, no vamos a conseguir vencer el feminicidio», dijo la activista curda Eda Duzgun.


La decimotercera edición del Foro Social Mundial concluyó ayer en la ciudad brasileña de Salvador eclipsado por el asesinato de la concejala carioca y activista de los derechos humanos Marielle Franco, que terminó centrando gran parte de los debates en los últimos tres días.

La cumbre de las organizaciones no gubernamentales y los movimientos sociales de 120 países fue inaugurada en la tarde del martes con una multitudinaria marcha por la ciudad con mayor población negra de Brasil y un día después fue impactada por el asesinato en Río de Janeiro de la activista y concejala por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

Marielle, cuya muerte provocó conmoción en todo Brasil y tuvo una amplia repercusión internacional, era vocera de varias de las históricas reivindicaciones del Foro Social Mundial por su enérgica lucha de todo lo que representaba: mujer, negra, procedente de una favela con elevados índices de violencia, madre prematura, feminista, socialista y lesbiana.

Igualmente por las circunstancias que rodearon su muerte: víctima de un atentado aparentemente político por sus denuncias contra la violencia policial y su férrea oposición a la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro decretada hace un mes por el Gobierno brasileño.

Su nombre fue el más citado en los dos principales y más concurridos eventos del Foro Social Mundial este año: el Acto en Defensa de la Democracia en América Latina el miércoles que contó con la participación del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la Asamblea Mundial de las Mujeres el viernes.

El jueves, un día después de su muerte, el Campus Ondina de la Universidad Federal de Bahía, en donde se reunieron los 60.000 participantes del Foro este año, amaneció lleno de pintadas con los mensajes «Marielle presente» y «Todos somos Marielle».

«Hay que ser muy ignorante para creer que matando a una mujer van a aniquilar sus ideas. Hoy sus ideas son más fuertes porque todos somos un poco Marielle», afirmó Lula en el discurso que pronunció en el miércoles en el estadio Pitaçu.

Marielle estuvo aún más presente el viernes en la Asamblea Mundial de las Mujeres, que reunió en la plaza del Terreiro de Jesus, en el histórico barrio de Pelourinho (símbolo de la resistencia de los negros en Brasil), a unas 5.000 mujeres de diferentes países, religiones, razas y culturas.

«Lo que tenemos que hacer en esta Asamblea es levantar las banderas de Marielle y de todas las mártires que fueron asesinadas por el Estado. Si no nos unimos para luchar, no vamos a conseguir vencer el feminicidio», dijo la activista curda Eda Duzgun.

«Ninguna asamblea de mujeres fue tan importante como esta, porque construiremos aquí el movimiento de respuesta a aquellos que intentaron silenciar a Marielle», afirmó Manuela D’Ávila, la candidata por el Partido Comunista do Brasil (PCdoB) a la Presidencia brasileña en las elecciones de octubre.

«No podemos permitir que nuestras compañeras sigan cayendo», agregó la líder indígena Sonia Guajajara, candidata a la vicepresidencia por el PSOL, el partido de Marielle.

Fue de esta Asamblea que surgió el documento más importante de la nueva edición del Foro: una carta de convergencias, algo difícil en medio de la gran diversidad de opiniones, con diez exigencias «innegociables» para la agenda feminista internacional.

Tales reivindicaciones incluyen desde el «reconocimiento del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres, contra el asedio sexual y moral en el trabajo» hasta «el fin de los feminicidios, transfeminicidios y de todas las formas de violencia, sean sexuales, físicas, psicológicas o domésticas».

Otros consensos fueron la defensa del «derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, sentimientos y pensamientos con autonomía, sin interferencia del Estado, de los fundamentalismos religiosos y del poder corporativo» y a «la emancipación real y sustantiva mediante el acceso al poder político».

Las mujeres también exigieron «el fin de la utilización de nuestros cuerpos como armas de guerra» y el «fin de la persecución y asesinato de defensores de los derechos humanos», y en este último punto el documento incluyó entre paréntesis el lema «Marielle, presente, presente, presente».

Esta fue la séptima vez que Brasil acogió el Foro que nació en 2001 en la sureña ciudad brasileña de Porto Alegre, que también fue la sede de las ediciones de 2002, 2003, 2005 y 2012. La amazónica ciudad brasileña de Belén organizó la cita de 2009.

Los otros países que se han turnado la sede de este foro en el que tienen fuerte voz partidos y sindicatos de izquierda han sido India en 2004, Kenia en 2007, Senegal en 2011, Túnez en 2013 y Canadá en 2016. EFE

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