También cuestionó el movimiento #MeToo
Luego de que el secretario de personal de la Casa Blanca renunciara a su cargo después de que sus dos exesposas le acusaran de maltratarlas física y psicológicamente, el presidente de Estados Unidos aseguró que «la vida de la gente está siendo destrozada y destruida por simples acusaciones» lo que generó la molestia de las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres.
Fue el miércoles cuando el asesor de la Casa Blanca Rob Porter tuvo que dimitir tras ser acusado de maltratos por sus dos exesposas. Sin embargo, Donald Trump en vez de empatizar con las víctimas, salió a apoyar al denunciado. “Hizo un muy buen trabajo cuando estuvo en la Casa Blanca. Esperamos que tenga una carrera brillante y tiene una gran carrera por delante”, dijo el viernes sobre Porter, en sus primeros comentarios del escándalo.
El presidente estadounidense luego calificó de «muy tristes» y “sorprendentes” las acusaciones y recordó que su exasesor defendió rotundamente su inocencia. Sin embargo, las críticas a Trump comenzaron no solo porque no hubo ningún reconocimiento a la valentía de las dos exesposas al denunciar a un hombre poderoso -incluso mostraron pruebas- sino que tampoco hubo una reflexión sobre el problema de la violencia de género en la sociedad.
Por si fuera poco, un segundo funcionario tuvo que dimitir el viernes por la noche: David Sorensen dejó su puesto como redactor de discursos en la Casa Blanca después de que su exmujer lo acusara de haberla maltratado física y emocionalmente durante sus dos años y medio de matrimonio.
Es por eso que que Trump este sábado fue más allá y no solo defendió a Porter y Sorensen sino que cuestionó implícitamente el movimiento #MeToo. “Las vidas de la gente están siendo destruidas por una mera acusación. Algunas son ciertas y otras falsas. Algunas son viejas y otras nuevas. No hay recuperación para alguien que haya sido falsamente acusado. La vida y la carrera se han terminado. ¿Ya no hay tal cosa como el debido proceso?”, escribió en Twitter.
Las denuncias se han transformado en un escándalo, principalmente porque según informaciones periodísticas, la Casa Blanca estaba en antecedentes de lo que sucedía y no hizo nada. Incluso ya en noviembre pasado, el FBI habría dicho a otros asesores que las acusaciones eran creíbles.
La respuesta de Trump y la Casa Blanca al caso Porter ha molestado a las organizaciones feministas. “Ilustra claramente que incluso en 2018 mucha gente reacciona a este tipo de acusaciones asumiendo que la mujer está mintiendo o indicando que es irrelevante cómo un hombre se comporte con una mujer”, dijo a la agencia Associated Press Emily Martin, vicepresidenta del Centro Legal Nacional para Mujeres.
Por eso Kellyanne Conway, asesora del presidente, aseguró este domingo que el mandatario siente «una gran compasión y comprensión por las mujeres» y lo defendió de las críticas que ha recibido.
«Este es un hombre que muestra una gran compasión y compresión por las mujeres en muchos temas diferentes. Francamente no podría trabajar allí si ese no fuera el caso, podría estar en docenas de otros lugares por mucho más dinero», afirmó en entrevista con la cadena ABC.
«El presidente cree que hay que mirar a todos los lados, lo ha dicho en el pasado también en incidentes relacionados con él», defendió Conway.
