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¿Cómo combatir la brecha salarial si las mujeres tienden a matricularse en carreras con menor ingreso económico?

¿Cómo combatir la brecha salarial si las mujeres tienden a matricularse en carreras con menor ingreso económico?

Deborah Sepúlveda Pozo
Por : Deborah Sepúlveda Pozo Estudiante de Periodismo, Universidad de Chile
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Mientras los hombres optan por carreras relacionadas con la tecnología y el lado científico, las mujeres optan por carreras ligadas al humanismo y a la salud. De un sueldo de $1.446.551 al cuarto año de egreso en Ingeniería Electrónica, cae a un $581.320 promedio al mismo año de egreso en Educación Parvularia.


El año pasado, el Consejo Nacional de Educación (CNED) celebró que las mujeres representaran un 52% de las matrículas universitarias, lo que es, sin duda, un avance al fomento a la educación superior en la población femenina. La importancia por erradicar la brecha de género en la educación, en el trabajo y en otros aspectos de la vida, es una tarea que ha logrado cierto avance.

Sin embargo, el futuro no es tan auspicioso si las carreras preferentemente escogidas por mujeres tienden a suponer un menor sueldo en comparación de las profesiones elegidas comúnmente por hombres.

Y no se trata de que dichas profesiones elegidas se remuneren de manera baja o alta debido al género, si no de que las carreras de mayor valoración económica y social tienden a ser actividades socialmente manejadas por hombres.

El panel sobre “Género, educación y trabajo” hecho en la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, que se llevó a cabo en agosto de este año, advirtió esto respecto a la brecha de género: ésta se incrementa en los distintos ciclos de vida. Donde la construcción de estereotipos era un gran factor a considerar en estas diferencias sociales.

Entre los factores influyentes está el sistema escolar sexista. “El sistema escolar no potencia habilidades matemáticas de niñas y eso influye en su futuro laboral y remuneraciones”, señalaron en el panel en aquella ocasión.

Es por ello que es posible que veamos una presencia de hasta el 98% masculina en carreras como Ingeniería, y el mismo porcentaje de mujeres en áreas consideradas “sociales” o “en bienestar del otro”. El fomento al diferente desarrollo de áreas desde niños es fundamental para una equitativa posibilidad de elección de carrera a futuro.

Según lo estudiado por la CNED, éste era el panorama entre el 2005 y el 2015 respecto a las matrículas divididas por género:

Dos años más tarde al panorama del 2015, en nuestro país sólo el 20% de las mujeres estudia una carrera ligada precisamente a la ciencia y tecnología. Además de que, según lo dicho durante la 12va. Cumbre “The Gender Summit” (Cumbre de género), solo el 31,5% de las personas involucradas en investigaciones son mujeres, lo que está por lo bajo de la media a nivel latinoamericano, que es de un 44,7%.

Esta cumbre internacional de alto nivel busca discutir a nivel político, académico y empresarial, la promoción y el impacto positivo que produce la equidad de género en ciencia, tecnología e innovación.

En aquella actividad realizada el 6 de diciembre de este año, la presidenta Michelle Bachelet se preguntaba: “Cómo abordamos desde la confección de la malla curricular hasta metodologías no sexistas; en el mundo laboral, cómo hacemos para que los tradicionales factores como maternidad o cuidado de personas en el hogar, dejen de ser un freno; cómo hacemos para que las niñas puedan conocer más referentes femeninos desde sus primeros acercamientos al conocimiento”.

Ya en el informe GET (Género, Educación y Trabajo) del año 2016, se advirtió que las tasas de participación doméstica o similares a actividades de trabajo no remuneradas se daba más en mujeres, en los datos considerados que agrupan a personas mayores de 12 años.

Las diferencias, en algunos casos, tienden a ser abismales:

En la cumbre The Gender Summit, la directora de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda, explicó: “Nos dimos cuenta que era una cadena de valor, donde lo que pasaba en la primera infancia, tenía efectivamente, un correlato en la etapa adulta, al acceder las mujeres al trabajo”. Por ello se hace un llamado a preocuparse de estos temas de los primeros años de infancia.

En definitiva, éste es el panorama al que se enfrentan respecto a sueldo hombres y mujeres de acuerdo a sus actuales preferencias:

Ante este tipo de situaciones, la UNESCO y la OCDE elaboraron un listado de recomendaciones para los países que promuevan la misma inclusión para niños y niñas respecto a disciplinas varias. Se expone que el área a intervenirse primordialmente es la educación escolar, lugar en que se marcan aún más los estereotipos impuestos al género.

Ante esta recomendación, países OCDE como Hungría implementaron la necesidad de revisar los textos escolares impartidos en colegios, para que los y las estudiantes no se vean expuestos estereotipos de género y además de que contengan figuras femeninas presentes en distintas disciplinas. Por otro lado, en Inglaterra decidieron ir más lejos y elaboraron “El futuro de su hija”, programa que busca diversificar las expectativas profesionales de padres y madres sobre sus hijos e hijas.

En esta misma línea, acá en Chile Comunidad Mujer ha impulsado dos veces desde el 2014 la campaña #LasNiñasPueden, que busca visibilizar y desnaturalizar las prácticas que van reforzando estereotipos, que tarde o temprano se desarrollan en barreras para el desarrollo de las mujeres en áreas de ciencias, tecnología y matemáticas.

Además, desde el año pasado que el MINEDUC lanzó la campaña #EduquemosConIgualdad, que busca hacer conscientes a profesores y profesoras los sesgos de género que se visualizan en las salas de clases.

De esta manera, Chile está buscando un camino sólido para avanzar en una importante brecha de género que nos perjudican como sociedad, al no permitir el desarrollo igualitario y óptimo para cualquier persona independiente de su género.

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