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Depresión endógena: la enfermedad en cuyo origen no hay consenso y con la que fue diagnosticada Tamara Acosta Algunos especialistas ya no aplican el término

Depresión endógena: la enfermedad en cuyo origen no hay consenso y con la que fue diagnosticada Tamara Acosta

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Tamara Acosta contó que sufre de depresión endógena desde muy joven. Sin embargo, los avances en la psiquiatría tienen en retirada esa clasificación de una de las enfermedad más graves del siglo XXI y de la que se sigue investigando para conocer su origen.


Tamara Acosta contó en el programa Yo Invito de La Red que a desde temprana edad fue diagnosticada con depresión endógena, lo que ha debido tratar con medicación y terapias. «Tuve varios episodios de depresión y finalmente fui diagnosticada con este tipo, que requiere tratamiento. Uno no lo controla. Desde bien chica, como desde los 14 que tengo estos episodios, que no estaban diagnosticados en su momento. Y no tratados con nada. Solo conversando con una amiga lo veía», expresó.

La actriz no es la primera vez que habla del tema, como tampoco es la primera en recibir el diagnóstico. De hecho son múltiples las páginas en internet que explican las diferencias entre la depresión endógena y la exógena, asociando la primera a una causa fisiológica que es necesario tratar con medicamentos y la segunda que puede ser llevada con terapia sicológica y apoyo de fármacos.

Sin embargo, los estudios sobre esta enfermedad han avanzado y hay nuevas investigaciones que dicen que las causas de este mal son diversas y no las que hasta ahora pensábamos. «Este concepto actualmente es complejo de definir. En este momento se ha descubierto que los orígenes de la depresión son múltiples, principalmente se está observando ahora uno muy importante -quizá el más importante-: puede que la depresión no sea un problema del sistema nervioso, si no del sistema inmune, cosa que es un descubrimiento importantísimo para la psiquiatría», explica el psicólogo clínico Sergio Schilling.

«Tamara Acosta habló de la depresión endógena que supuestamente es el opuesto de la depresión reactiva, que se pensaba que era ‘fisiológica’, pero ya ni existen esos términos. Hasta hace unos años se pensaba que la depresión por problemas se trataba con psicoterapia y la depresión que no había una causa explicable y que era con recidiva, es decir, que era continua en el tiempo y rebotaba y rebotaba con los años, era más tratable con fármacos, porque también había alguna forma de heredabilidad de la depresión», señala.

El especialista señala que, en ese sentido, todas las depresiones comparten mecanismos fisiológicos. «Las más tratables con psicoterapia son las depresiones que están en un grado leve y se conocen como distimias, que son las depresiones ‘menores’ y que tienen menos síntomas. En cambio las depresiones mayores tienen muchos más síntomas y estos comprometen elementos ‘psicológicos’ tanto como ‘somáticos’: síntomas de culpa, ideas y pensamientos suicidas, ideas anhedonias (la falta de capacidad de sentir placer), abulia (falta de voluntad), junto con síntomas más físicos como alteraciones en el apetito, y trastornos marcados de sueño, en el deseo sexual, en la atención de la memoria, en la concentración. A estas personas que tienen una constelación de síntomas invalidantes  se les llama depresión mayor y esos son los más susceptibles a un tratamiento psicofarmacológico por la severidad de su síntomas», enfatiza.

La actriz justamente describió estos síntomas en su relato. «Es súper poco comprensible para la gente que no sufre de esto, porque uno no se levanta de la cama. Es una sensación espantosa. Y la gente te dice ‘pero arriba el ánimo, si tú puedes salir de esto’. Pero no es eso. Requiere tratamiento, contención y una red de apoyo», dijo.

Los mismos síntomas que tuvo Patricia Maturana (40) cuando era más joven y que más tarde sabría que era una depresión: «Iba en segundo año de la universidad y empecé a estar con mucho sueño. Justo mis papás se habían separado y mi mamá estaba muy afectada y creo que yo sentía que debía apoyarla pero no podía, entonces dormía. Me empezó a ir pésimo, porque no iba a clases y todo se hacía más difícil».

Pese a que en ese momento fue a un siquiatra que le recomendó congelar los estudios, Patricia creyó que su deber era continuar. Sin embargo como se le hacía insoportable ir a clases, terminó reprobando varios ramos y la expulsaron de la universidad.

«Empecé a ver una sicóloga que me ayudó a darme cuenta de que estaba enferma y que tenía que mejorar antes de seguir obligándome a hacer cosas que no podía. El primer siquiatra me diagnosticó depresión, pero yo creo que fue está sicóloga la que me hizo consciente de eso. Entre medio vi a varios doctores, especialistas en flores de Bach, y otros que no me acuerdo. También de a poco empecé a hacer clases particulares a niñas que no iban al colegio y con ellas se me hizo más claro que estaba enferma», recuerda.

«El problema es cuando todos te dicen qué hacer, que nada es tan terrible, que tienes que salir adelante y la verdad es que no puedes. Luego empecé a ver a otro siquiatra y a un neurólogo que me hicieron ver qué no era culpable por la enfermedad y los problemas que me había traído y que con medicamentos se podía mejorar», agrega.

Para ella fue importante darle valor a los medicamentos. «Al comienzo no me gustaban y pensaba que casi con fuerza de voluntad iba a salir, pero no, así que empecé a tomarlos y a tratar de tener una rutina y empezar con pequeñas tareas para aumentar mi confianza», señala.

Con el tratamiento, Patricia logró salir de la depresión y reconstruir su vida, aunque el fantasma está ahí: «Igual es difícil porque algunas veces sientes que ya pasó todo y que al día siguiente vas a hacer mucho y al final no haces nada y viene la frustración y el bajón. No sé si lo superé del todo, pero creo que ahora tengo más herramientas y creo que si empiezo con síntomas similares sé cómo pedir ayuda».

Como Tamara o Patricia, más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión según estimaciones de la la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que equivale a un 4,4 %.. La entidad también ha señalado que en 2020 la depresión será la segunda causa de incapacidad entre personas y la primera causa entre las muertes por suicidio en el mundo, con 800.000 al año.

En Chile las cosas no son mejores. La última Encuesta Nacional de Salud destaca que un 17,2% reconoce síntomas depresivos, y que de cada cuatro chilenos con depresión, uno es hombre y tres son mujeres.

El sistema inmune

«Pocos saben incluso dentro del propio gremio que es algo del sistema inmune», advierte Sergio Schilling y explica: «Es algo que se empezó a estudiar en Cambridge, en Inglaterra, desde hace unos 15 años. Actualmente hay varias empresas farmacológicas que están trabajando junto con centros allá para la nueva generación de medicamentos que van a hacer inmunoterapia o van a comprometer un trabajo del sistema inmune en la respuesta inflamatoria que es la demostración de que el sistema inmune está funcionando mal y que como cascada afecta la serotonina y todas las otras sustancias que se asocian a la depresión».

Como muchos descubrimientos revolucionarios en la medicina, fue algo casual: «Las personas que tienen reumatismo en un 80% sufren de depresión. Al principio pensaban que era por el dolor y después descubrieron que era que no cuando, porque a las personas cuando se les acaban inflamación casi instantáneamente se le acaban todos los síntomas depresivos y al contrario, cuando una sustancia que genera inflamación esta persona prácticamente de inmediato genera toda la constelación de síntomas depresivos que podemos ver en un paciente por un duelo, por ejemplo».

Y agrega: «Entonces cuando tú ves esto desde una perspectiva más amplia, de inmunopsiquiatría, empiezas a entender que es un trastorno mucho más abordable y hay un camino para trabajarlo. Ahí la división de endógena-reactiva se desdibuja completamente de un tiempo a la fecha, porque todo fenómeno que genera una respuesta del eje fisiológico del estrés va a generar una respuesta inmediata del sistema inmune y esto va a generar una cascada de reacciones super física».

De esta forma cosas tales como reumatismo, síndrome pre menstrual, esclerosis múltiple, incluso una persona con una respuesta alérgica exagerada, entre muchos otros podrían tener marcadores que lo harían propenso a depresión, afirma el especialista.

¿Qué se puede hacer mientras los estudios sean concluyentes? La actriz hizo un llamado a que «la sociedad debe ser más empática con este tipo de trastorno, porque son cada vez las personas y más los jóvenes los que tienen este tipo de problemas».

 

 

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