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José Murillo sobre denuncias contra Patricio Hales: “Es imposible dudar cuando hay tanta coherencia” Investigación por abuso sexual

José Murillo sobre denuncias contra Patricio Hales: “Es imposible dudar cuando hay tanta coherencia”

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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La Fundación para la Confianza, presidida por el filósofo, apoya a las cuatro actuales denunciantes del ex embajador de Chile en Francia. Aquí analiza las dudas que caen sobre las víctimas, los peritajes, la revictimización y la prescripción de los delitos de abuso sexual en menores y aquellos que están vinculados al poder.


Este fin de semana se destapó un escándalo político y de abuso sexual que ha despertado el debate sobre el uso de poder y las víctimas al más puro estilo hollywoodense. El ex diputado PPD y embajador, Patricio Hales, fue acusado de abuso sexual nuevamente.

Esta vez son cuatro mujeres las denunciantes: dos que en la intimidad del hogar relataban cómo se paseaba en bata desnudo y tenía conductas impropias para las víctimas, una de ellas menor de edad. Las otras dos, en la oficina, donde a raíz de su cargo buscaba tener una cercanía no adecuada, que incluía sentar a las mujeres sobre sus piernas, según su relato en la Revista Sábado.

La Fiscalía Oriente cuenta con estos antecedentes desde enero de este año y está empezando una investigación*. Sobre todo porque en el 2016, la masajista Carolina Cosmelli ya había hecho una denuncia por abuso laboral y sexual cuando trabajó en la residencia del ex parlamentario entre diciembre de 2014 y diciembre de 2015, sin embargo, el resultado del sumario desestimó las acusaciones.

Esta vez su ex asesora del hogar, María Eugenia Soto; una de sus hijastras, Elisa García-Huidobro; una secretaria, Marcela Díaz; y una asistente, Viviana Zapata, decidieron juntas hacer la denuncia apoyadas por la Fundación para la Confianza, cuyo director ejecutivo es José Andrés Murillo.

– ¿Cómo llegaron los antecedentes a la fundación y por qué deciden hacerse parte en el caso?

– Porque son varias mujeres, no todas se conocían, con relatos muy parecidos. El abuso sexual es una manifestación de abuso de poder, y aquí lo que más se ve es un poder utilizado de manera patológica por el señor Hales.

– ¿Cuán claras son las pruebas y antecedentes para que se respalde sin dudar?

– Es imposible dudar cuando hay tanta coherencia en las situaciones, los sentimientos asociados y la necesidad de que esto no le suceda a nadie. No hay ningún tipo de ganancia secundaria, ni venganza. Al contrario, hay generosidad, compromiso y justicia.

Murillo es claro en destacar lo delicado de este tema. «La cantidad de tiempo transcurrido es algo común en este tipo de vulneraciones. Lamentablemente. Según investigaciones, un tercio de las víctimas de abuso nunca se lo contará a nadie. Y más de la mitad lo cuentan sólo después de 5 años. Menos del 10% de los abusos sexuales infantiles son llevados a la justicia. Estamos hablando del crimen más común, más dañino y menos denunciado», sostiene.

Sin embargo, denunciar no es fácil, menos cuando el caso se hace público y aparece en todos los medios de comunicación. Pero sobre todo, cuando el acusado niega los hechos y algunos de tus más cercanos dudan de tu verdad como víctima.

Por un lado, el abogado Hugo Rivera, defensor de Hales, dijo a Sábado que estas acusaciones se tratan de «imputaciones que no tienen ningún sustento en la realidad, falsedades que lamentablemente involucran a la familia».

– ¿Cómo se preparó a las víctimas para lo que iba a ser el revuelo mediático en cuanto a que Patricio Hales es una figura pública y además de un círculo poderoso?

– Ellas sabían que iba a ser duro, pero también sabían que contaban con el apoyo de muchas personas. Son sobrevivientes, al igual que miles de mujeres que resisten en silencio el dolor y la angustia de haber sufrido abuso sexual, violencia machista, acoso. Ellas saben que están siendo la voz de muchas mujeres que no tienen voz y eso les da fuerza. Y a nosotros como Fundación, también. Nos da fuerza y sentido.

Lo peor, sin embargo, vino para Elisa García Huidobro, hijastra de Hales, quien no sólo era menor de edad -dijo tener 10 años cuando fue el primer abuso- sino que ha debido enfrentar como su madre, María de los Ángeles Swinburn, salió a defender la inocencia de su marido a través de un comunicado. «Lamento en el alma lo que ha hecho mi hija, llevo 25 años de matrimonio con Patricio, fue él quien nos devolvió –a mí y a mis hijos- la tranquilidad de estar en una familia sin maltratos», sostuvo y agregó que «no existe un 1% de veracidad en ese relato. Desconozco las motivaciones para hacernos algo así como familia».

– ¿Cómo las víctimas pueden enfrentar las dudas sobre ellas, sobre todo de una madre? ¿Cuánto les puede afectar?

-Tal vez eso es lo más fuerte. La mayoría de las sobrevivientes de abuso son cuestionadas. Se les cuestiona el silencio; se las culpa. Eso está cambiando en el mundo. Como país nos estamos dando cuenta de que ya es inaceptable este tipo de violencia de género, de abuso de poder y abuso sexual. Creo que por eso han encontrado tanto apoyo.

Por ahora los antecedentes se están recabando. El fiscal Francisco Lanas explicó a Emol que desde enero se han realizado diversas diligencias y que se evalúa hacer peritajes psicológicos a quienes denunciaron para saber si alguna de las víctimas pudo sufrir «algún trastorno». Es importante este paso, pues la investigación sólo puede basarse en los dichos de las denunciantes, ya que no hay registro de los hechos, por lo tanto la única forma de corroborar es con testimonios de las víctimas y de contexto.

Además, se está a la espera del sumario administrativo del Ministerio de Relaciones Exteriores, que el año pasado absolvió de todo cargo a Hales. A su vez, también se espera la orden de investigar para acordar una fecha donde declaren Hales y su esposa Ángeles.

– ¿Cuál es tu opinión sobre los peritajes a los que deberán enfrentarse, la revictimización y la prescripción de este tipo de delitos?

– Más allá de los peritajes, todo el sistema judicial debiera ser cuestionado cuando hay este tipo de agresión que incluye figuras de poder. Ojalá algún día lleguemos a transformar los procesos judiciales en procesos terapéuticos en sí mismos, donde la justicia no sólo esté focalizada en probar hechos y utilizar a las víctimas como medios de prueba. Esto es especialmente grave cuando hay niños o niñas que han sido víctimas. El rol de la justicia consiste no sólo en castigar, sino en restaurar el sentido de la convivencia social que ha sido quebrantada por una vulneración. Fiscales, jueces, abogados, consejeros técnicos y peritos deben reflexionar sobre esto.

– ¿Y la prescripción?

– Por esto mismo es que ponemos en cuestión que este tipo de delitos prescriban. No deben prescribir los delitos sexuales cometidos en contra de menores de edad, puesto que el silencio es parte de la estructura del trauma, no sólo una consecuencia. Y la prescripción impide que se haga justicia, facilita la impunidad y la reiteración de estos delitos que tanto daño hacen a las personas y a la sociedad entera. Debemos comprender este daño transversal, profundo, que provoca el abuso sexual. Cuando hayamos comprendido, entonces las medidas de prevención y de justicia cambiarán totalmente. Y eso incluye los peritajes.

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