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Terapias alternativas: ¿Es descabellado dejar la quimio por tratamientos como los del Dr. Soto? Medicina complementaria en aumento

Terapias alternativas: ¿Es descabellado dejar la quimio por tratamientos como los del Dr. Soto?

Familia de menor de 10 años decidió no seguir con quimioterapia al reaparecer un cáncer y optó por tratarse con el Dr. Ricardo Soto con terapias alternativas. ¿Por qué la medicina complementaria gana cada vez más adeptos en Chile mientras los escépticos creen que solo es un efecto placebo?


Conmoción causó la noticia de unos padres que decidieron optar por un tratamiento alternativo para combatir el cáncer de su hijo de 10 años. Sobre todo cuando quien lo estaba tratando era el cuestionado Dr. Ricardo Soto quien fue desvinculado del matinal de Canal 13 luego de recomendar un polémico producto de sanación que terminó siendo un limpiador industrial.

Fabiola Arenas, madre del menor, explicó sus razones en el diario El Día: “Lo que pasa es que en el Hospital Roberto del Río, al Martín le encontraron por segunda vez células cancerígenas en la médula. Entonces el hospital no tiene protocolo para él, solamente tenía en pastillas, las mismas que tomó durante un año, las que al final, al parecer le hicieron peor. Entonces tuvimos que ver la segunda opción de llevarlo a la medicina alternativa natural consciente, Martín ahora se atiende con el doctor Ricardo Soto». Además sostuvo que cuenta con otras terapias como reiki y bionergética.

La madre, que dio su testimonio para promocionar un beneficio para recaudar fondos por los altos costos que tienen estas terapias, también dio sus visión con respecto a la quimioterapia: “El hospital no me dio más chance de seguir con el Martín ahí, nosotros tampoco queríamos más quimioterapia porque al final dañan más de lo que salvan. Hay muchos niños que en vez de estar bien en oncología, se están muriendo. No voy a dejar que mi hijo siga con lo mismo y tengo que optar por otra opción”.

Lo cierto es que Arenas después ha explicado que no es que su hijo abandonó el tratamiento otorgado por el hospital sino que ya no había una opción para su hijo pues el tratamiento inicial no había funcionado. Fue por eso que optó por las terapias complementarios y no se arrepiente. “Él (su hijo) está consciente de todo. Está de muy buen ánimo, tuvimos una buena respuesta por parte de él porque tampoco quería seguir con quimioterapia, no quiere seguir con eso. Ahora le estamos dando alimentación alcalina, todos los alimentos verdes, además de los medicamentos naturales que él está tomando”, sostuvo la madre en el medio.

Lo cierto también es que las Medicinas Complementarias/Alternativas (MCA) están reconocidas desde el 2005 en nuestro país con el Decreto Nº 42 que reglamenta el ejercicio de las prácticas médicas alternativas como profesiones auxiliares de la salud y las condiciones de los recintos en que estas se realizan.

Según el ministerio de Salud, se entiende a las MCA como “un amplio dominio de recursos de sanación que incluye todos los sistemas, modalidades, prácticas de salud, teorías y creencias que los acompañan, diferentes a aquellas intrínsecas al sistema de salud políticamente dominante de una sociedad particular en un período histórico dado”. Entre ellas se incluyen están la Homeopatía, Acupuntura, la Naturopatía, la Quiropraxia, Sintergética, las Terapias Florales. Apiterapia y varias más. También se incluyen prácticas menos complejas como el Reiki, la aromoterapia, el quiromasaje, entre otras.

También existe un área especial dentro del ministerio que se llama Departamento de Políticas y Regulaciones Farmacéuticas, de Prestadores de Salud y Medicinas Complementarias y, además de regular, entre sus tareas está ver cómo se pueden incorporar al sistema de salud.

Ya en la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, al 84,8% de los consultados dijo que les gustaría recibir terapias complementarias en su consultorio u hospital y más del 70% señaló haber recurrido a alguna de estas terapias.

Por ahora, se está elaborando un modelo de gestión de medicina complementaria para la atención secundaria y terciaria, sobre todo las más conocidas, menos invasivas y más inocuoas.

Sin embargo, uno de los principales problemas que hay en la inserción de estas disciplinas en la salud tradicional, es la regulación y certificación de los expertos. Pero esas reticencias no vienen solo desde el ministerio o el mismo Colegio Médico, el que no tiene una postura oficial ante las terapias alternativas, aunque sí se reconoce que en muchos casos hay un aporte. También hay cuestionamientos desde los mismos terapeutas complementarios.

Rodrigo Morales es profesor del Colegio de Terapeutas y es terapeuta en adicciones en el centro de rehabilitación Tahiel. Él es claro ante los cuestionamientos y dudas que se reciben. «Sabemos que hay terapeutas que están siendo irresponsables al decirle al paciente que deje los fármacos. Es una irresponsabilidad y falta de criterio. Nosotros lo primero que le enseñamos a los alumnos es que deben ser criteriosos y hacemos especial hincapié de que somos complementarios, que no se opone a la terapia común», señala.

«También me parece super irresponsable cuando los pacientes dejan los tratamientos indicados por los médicos. Yo no soy quien para juzgar a nadie, pero nosotros somos terapeutas complementarios donde la persona ya está en un tratamiento si se le ha diagnosticado una enfermedad grave. Dejar la quimioterapia no corresponde, nuestros tratamientos van juntos, de la mano», agrega.

El especialista en biomagnetismo, reiki, reflexiología, digitopuntura, hipnosis, entre otras terapias cree que hay una apertura global de estos tratamientos porque la sanación es más natural y menos invasiva, ya que tiene que ver con el ser. «El 83% de las enfermedades son a nivel mental, se psicomatizan, lo que la mente calla el cuerpo lo resalta. Y cada órgano del cuerpo tiene que ver con las emociones a nivel energético. Por ejemplo la rabia repercute en el hígado y la vesícula o el miedo se va a los riñones», explica.

Para el especialista, las enfermedades son parte de nuestra sociedad actual. «Por eso el cáncer está de moda. La primera técnica de sanación fue el hablar, es decir la comunicación. La historia nos cuenta que las personas se reunían en la tribu, pero actualmente no nos comunicamos realmente, aunque parezca que la comunicación la tenemos en la mano. Al trabajar a nivel emocional empieza a salir la enfermedad, porque la enfermedad parte a nivel mental, por callarse y no decir lo que está pasando», sostiene.

Pero existe mucha desconfianza en los detractores de la medicinas alternativa, principalmente porque los efectos beneficiosos y curativos no han sido probadas científicamente.

Según un estudio reciente publicado en el Journal of the National Cancer Institute, los pacientes que optaron por terapias alternativas para tratar un cáncer curable común en vez de un tratamiento médico recomendado duplican su riesgo de muerte.

Pese a que la cirugía, la quimioterapia y la radiación son los tratamientos médicos convencionales para tratar la enfermedad, los pacientes están cada vez rechazando o retrasando más el tratamiento convencional del cáncer a favor de las terapias alternativas, aseguró Skyler Johnson, autor principal del estudio.

Es por eso que Johnson y sus coautores en Yale Cancer Center se plantearon buscar evidencia y analizaron los cánceres más comunes en Estados Unidos -cáncer de mama, próstata, pulmón y colorrectal- recopilando información de 840 pacientes diagnosticados entre 2004 y 2013.

Según la investigación, los pacientes que recibieron medicina alternativa tenían un riesgo 2½ veces mayor de morir, durante el período de seguimiento de cinco años y medio que los que optaron por el tratamiento convencional.

Detallados por tipo, los pacientes con cáncer de mama tenían un riesgo de muerte cinco veces mayor, los con cáncer de colon aumentaron su riesgo cuatro veces y los con cáncer de pulmón dos veces. Los pacientes con cáncer de próstata no mostraron mayor riesgo al elegir medicamentos alternativos.

Pese a estudios como el de Johnson, hay quienes están convencidos de los resultados de estas terapias alternativas. María Francisca Merino es psicopedagoga, licenciada en Educación y tiene diferentes estudios en medicina complementaria. Es a través de su propia experiencia personal que defiende los resultados que se pueden tener con estos tratamientos, ya que hace varios años atrás le diagnosticaron lupus. «Ésta es una enfermedad del sistema inmunológico. Desde ese momento en mi vida, luego de aceptar la enfermedad, perdonarme a mí misma y comprender por qué se me presenta esta enfermedad y no otra, es decir qué significa tener lupus, comencé a hacerme sesiones de biomagnetismo que me recomendó una amiga y después de varias sesiones, cinco o seis,  volví a hacerme los exámenes médicos y para sorpresa no tenía nada, estaba completamente sana», recuerda.

«Desde entonces lo que quiero transmitir y lo que le transmito a todos mis pacientes es que todas las personas que quieren sanarse, que creen, se sanan, solo deben querer y deben creer», agrega.

Merino está convencida que lo que lleva a una sanación completa es tomar conciencia de lo que realmente somos, de lo que hemos sido y lo que nos ha tocado vivir y experimentar. «No es la enfermedad o la dolencia lo que se sana, sino que es la persona, su alma. Si un paciente no se siente cómodo con determinados sentimientos y los reprime generará bloqueos, y estos bloquearán el flujo de energía, que llevará con el tiempo a un mal funcionamiento de los órganos con el que tendremos la experiencia consciente y la manifestación de la enfermedad», explica.

Merino también cree que nuestro modo de vivir actual influye en cómo nos enfermamos. «El modo en que la mente reacciona ante los agentes productores del estrés va a determinar si sus efectos serán adversos o no. La mente afecta al cerebro con el cual está vinculado través de la conciencia, y el cerebro está conectado con el sistema inmune. De este modo la mente, a través del cerebro, puede afectar al sistema inmunológico que es uno de los motores más importantes del ser humano», sostiene. Por eso cree que se puede sanar cualquier enfermedad si se está dispuesto.

¿Por qué entonces enfermarían los niños? «Ellos dependen de sus padres y si su entorno está enfermo o hay malos tratos u otras cosas, los niños son muy perceptivos y sensibles y por eso enferman. Ahora esa es solo una visión de las enfermedades, se puede estar hablando mucho tiempo del tema», explica.

Pero el escepticismo existe. Recientemente la epidemióloga María Paz Bertoglia dijo en radio ADN que «las terapias alternativas no sirven, son sólo efecto placebo». Además reconoció que los médicos se han alejado de las personas y que eso ha llevado a que la población le crea «a cualquier chanta que habla lindo, pero que no tiene idea».

Rodrigo Morales tiene su visión de por qué han prosperado estos tratamientos. «Las terapias complementarias te van a ayudar a tener una mejor calidad de vida. En la salud tradicional la gente está aburrida de cómo se aborda la enfermedad, además son medios bruscos e invasivos. Y la terapia complementaria te va a ayudar o no te va a hacer nada, pero los tratamientos no te van a hacer mal, aún cuando exista alguna contraindicación que se advierta de antemano. Pero mal, no te va a hacer nunca como tratamiento», señala.

Por su parte Francisca Merino sostiene que recomendaría a los escépticos que experimenten. «Le diría que no dejen los tratamientos convencionales si no que busquen complementar con esta medicina holística que es maravillosa porque se logra el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual que lo más importante», señala.

La terapeuta reconoce que la mayoría de sus pacientes son mujeres entre los 28 y 60 años, aunque también trabajo con ancianos, adolescentes y niños desde los 6 años. «Pero últimamente han llegado bastantes hombres buscando el equilibrio para su estrés. Ellos son un poco más escépticos a estas terapias, pero sin embargo vuelven ya que han notado resultados positivos a cómo enfrentar el día a día, a disfrutar de la vida y se sienten mejor y con más equilibrio».

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