Audiencias públicas
«Así, la penalización o despenalización del aborto es más solo una ley, es una construcción destinada a establecer una conducta que marcará un cambio ético y moral profundo en Chile», sostuvo quien fuera también la vocera del Bus de la Libertad,
Como vocera de la Fundación Volver la Fe, este jueves expuso Marcela Aranda ante el Tribunal Constitucional en las audiencias públicas por el proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales, quien se hizo públicamente conocida con la llegada del llamado Bus de la Libertad a Chile.
Su exposición se basó en tres cuerpos legales: la Constitución, la Convención de los Derechos del Niño y el Pacto San José de Costa Rica.
“Estamos como sociedad frente a una encrucijada forzada, frente a una reforma moral y antropológica profunda, y este proyecto se enmarca en una batería de iniciativas de ley que pretende cambiar el valor de la vida humana y su dignidad», señaló.
Mencionó a la ministra Claudia Pascal diciendo que no era verdad que este proyecto no obligaba a nadie a abortar, pues las leyes de alguna manera configuran la sociedad y modifican conductas. «Así, la penalización o despenalización del aborto es más solo una ley, es una construcción destinada a establecer una conducta que marcará un cambio ético y moral profundo en Chile», sostuvo.
También señaló que si una niña tiene el derecho a quitarle la vida a otro menor, independiente a las circunstancias -aludiendo a la causal de violación- «entenderá que la vida es un valor relativo, algo que muchos padres no queremos enseñar a nuestros hijos. Queremos que nuestros hijos crezcan sabiendo que ningún ser humano, bajo ninguna circunstancia, tiene derecho a quitarle la vida a otro ser humano».
«Esta ley obliga al niño a morir», agregó.
Insistió en que como padres son los mejores garantes para sus hijos y que este proyecto «vulnera nuestro deber y derecho preferente a educar a nuestros hijos según nuestras creencias».
Aranda además argumentó que este era un primer paso para el aborto libre y que las cifras que se han entregado sobre que el 70% de la población está a favor del proyecto son mentira.
La vocera también alegó que su lucha «no es jurídica, es de amor” y que “el proyecto de aborto debería llamarse legalización del infanticidio con alevosía y tortura prenatal”.
