Nadie está libre
La heredera al trono confesó ad portas de cumplir 40 años que sufrió un desorden alimenticio por la excesiva presión de la época y su falta de autoestima. Afortunadamente, gracias al amor se recuperó. Hoy, lleva 7 años casada y tiene dos hijos.
La princesa Victoria de Suecia se acerca a los 40 años, ya que el próximo 14 de julio cambiará de folio e iniciará una nueva etapa en su vida en la que desea dejar atrás todo lo malo y recibir con los brazos abiertos todo lo positivo que esté por venir. Es por ello que ha decidido abrir su alma de par en par y tratar algunas temas que, hasta hace poco tiempo, ni siquiera quería mencionar. Lo ha hecho a través de un documental en el que se recorren con detalle los capítulos más importantes de su vida, con una parada obligatoria en aquellos años en los que fue víctima de desórdenes alimenticios que pusieron su vida en peligro.
Cuando tenía 18 años, la heredera del trono de Suecia no tenía una buena percepción de sí misma y buscó adelgazar a como de lugar. Su cuerpo la obsesionaba hasta tal punto que no le importó comprometer su integridad física con tal de bajar unos kilos y acercarse más a los cánones de belleza de una seudo mujer perfecta, ultra delgada.
De hecho, en 1997 la Casa Real sueca debió confirmar que Victoria sufría de un problema de salud, luego de que la princesa fuera fotografiada visiblemente delgada cuando se preparaba para ingresar a la Universidad Uppsala. «Pasé por un momento difícil», reconoció la heredera sueca en el documental preparado especialmente por la televisión de su país con motivo de su próximo cumpleaños.
En este sentido, Victoria explicó que cuando era adolescente comenzó a apoyar a sus padres, el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia, en sus labores oficiales y también empezó a poner cada vez más presión sobre sí misma. Y al percatarse de lo rápido que progresaba su anorexia, la princesa decidió buscar ayuda en Estados Unidos, donde fue tratada por profesionales.
«Aprendí a ponerle palabras a los sentimientos, y así a ser capaz de establecer límites y de no presionarme tanto, lo que era fácil para mí. Todo el tiempo quería más de lo que podía hacer o de que lo podía ser», aseguró Victoria en el documental. «Necesitaba tiempo para recuperar mi equilibrio de nuevo», agregó la princesa. No obstante, la heredera admitió que aún es muy perfeccionista y autoexigente. «La desventaja es nunca estoy completamente satisfecha. Pero no es enteramente negativo, por supuesto, porque esto también se aplica a querer evolucionar y a hacer lo mejor posible. Y eso es lo que me impulsa a ayudar a Suecia», sostuvo.
En 2010, Victoria contrajo matrimonio con Daniel Westerling, quien era su personal trainer y con quien había comenzado una relación en 2002. “Con Daniel tenía una amistad muy fuerte que creció y que hoy forma la base de nuestro amor. Él es una persona sabia y me siento bien cuando lo tengo cerca”, reconoce en la entrevista que ha realizado para acercarse a su pueblo con motivo de su 40 cumpleaños.
Actualmente tienen dos hijos: la princesa Estelle, de 5 años, y el príncipe Oscar, de 14 meses. Sobre su hija, Victoria afirmó que «es muy valiente y sociable», lo que consideró como una ventaja para ella, en especial por su posición en la familia real, ya que accedería al trono de Suecia en el caso del fallecimiento de su madre. «Es muy curiosa sobre la gente», dijo Victoria respecto a su hija, y agregó que está convencida de que la personalidad de la niña es una combinación de la de ella y de la de su esposo Daniel.
