Publicidad
Mamá de Antonia miró a los ojos al ex de su hija por primera vez en estos dos meses: “Me sentí súper impotente” Te descubro

Mamá de Antonia miró a los ojos al ex de su hija por primera vez en estos dos meses: “Me sentí súper impotente”

El 13 de abril fue la formalización del hombre acusado de agredir a la joven que se quitó la vida. María Consuelo piensa que “se dio una muy mala señal”, ya que sólo quedó con arraigo nacional y prohibición de acercársele. Además cree que en los tribunales tuvo privilegios que se no se explica.


Han sido meses difíciles para María Consuelo Hermosilla, madre de Antonia Garros. Tuvo que enfrentar la prematura partida de su hija que se arrojó en febrero pasado desde el piso 13 de un edificio en Concepción, en medio de una discusión con su pareja.

Pero además del dolor que puede sentir por la pérdida de su hija, Consuelo ha visto cómo el caso ha servido para iniciar una reflexión a nivel nacional: es urgente legislar para proteger a las víctimas de violencia en el pololeo y modificar la actual ley 20.066 que no considera este tipo de relación como violencia intrafamiliar ni aplica la figura de femicidio.

El pasado 13 de abril, se realizó en el Juzgado de Garantía de Chiguayante la formalización de Andrés Larraín Páez, el ex pololo de Antonia, a quien socialmente han culpado de inducirla al suicidio, sólo que esa figura tampoco está contemplado en nuestra legislación.

«Para mí era un día súper complicado, porque lo vi (a Larraín) y tenía una serie de sensaciones. En realidad yo me fui preparando toda la semana para no comérmelo, yo me hubiese tirado encima de él, pero tenía súper claro que de esto no había que hacer un show, que tenía que comportarme bien, y aunque tampoco lo iba a hacer, reprimir esas emociones que son súper válidas. Había sido una semana pesada porque al otro día, era el cumpleaños de la Antonia, sus 24 años, entonces yo iba súper tensa», recuerda la madre de Antonia

El proceso judicial se abrió luego de que a Larraín le otorgaran la calidad de imputado, en dos de las tres investigaciones que lleva adelante el Ministerio Público: la querella de lesiones menos graves reiteradas en contra de Antonia -por las denuncias previas existentes- y por las lesiones graves al conserje del edificio con quien Larraín se enfrentó esa fatídica noche.

Tras la comparecencia ante la Justicia, el joven no quedó con prisión preventiva, como lo solicitaba la defensa, sino que quedó sólo con arraigo nacional y la prohibición de acercarse a los padres de Antonia y al conserje.

Al respecto, la abogada defensora de Larraín, Paula Villalobos, comentó que «entendemos que aquí hay querellas presentadas, hay investigaciones en curso y que el Ministerio Público tiene la obligación legal y constitucional de investigar».

[cita tipo=»destaque»]lo miré, lo miré y él nunca miró para el lado, nunca. Él estaba mirando hacia adelante. Y me sentí súper impotente, y me dio mucha pena[/cita]

– ¿Quedaste conforme con la formalización de Andrés, era lo que esperabas o esperabas más?

– Para empezar era una jueza, una mujer, e independiente de las leyes, una espera que empaticen también. Pero siento que se dio una muy mala señal, nosotros pedimos la prisión preventiva y no se dio, él tuvo un tratamiento tremendamente especial. Tanto el Ministerio Público como el Juzgado de Garantía le dieron un tratamiento especial. Por ejemplo, él era un imputado y salió por un acceso diferente, ingresó por el estacionamiento de los jueces y salió del estacionamiento de los jueces, eso es algo súper raro. Dentro de lo poco que sé, es que la protección se le da a las víctimas y a los testigos, no tenía idea que a los imputados se les daba protección también.

Las dudas y reclamos de los amigos y familiares de Antonia, han surgido porque el imputado, constructor civil de 33 años, es hijo de Hugo Larraín Prat, abogado del Banco de Chile en Concepción. Según la madre de Antonia, Larraín habría puesto una denuncia por amenaza a través de las redes sociales y esa sería la razón de tanto cuidado en los tribunales. “Nunca había estado en una formalización, pero dieron mi domicilio en voz alta. Lo mismo debería haber pasado con el domicilio de él, sin embargo, el domicilio de él no lo dieron porque está protegido por las amenazas. Siento que realmente eso es un argumento tan pobre”, explica Consuelo.

– ¿Y al final quedo con puro arraigo nacional? ¿La única medida cautelar?

– Quedó con arraigo nacional y prohibición de acercarse a mí… ojalá se acercara. Te juro que lo estuve mirando todo el rato, lo miré, lo miré y él nunca miró para el lado, nunca. Él estaba mirando hacia adelante. Y me sentí súper impotente, y me dio mucha pena, la misma impotencia que sentía la Antonia cuando me decía «mamá, no le va a pasar nada, no le va a pasar nada», y él, todo el tiempo que la maltrató le decía eso, “a mí no me va a pasar nada”, y es lo que le decía él en un audio a unos vecinos, cuando tuvieron una discusión: «Denle, yo soy Larraín, a mí no me va a pasar nada».

– ¿Y esa misma sensación tuviste?

– Esa sensación tuve, sentí como se debe haber sentido la Antonia. Fue súper frustrante, me da pena, porque en realidad, la justicia da señales súper equivocadas, o sea yo siento que lo que te dicen es que acá en Chile a las mujeres se les puede pegar, así de claro, porque no tienen ningún castigo aparte del castigo social.

– Hay que seguir adelante…

– Nosotros vamos a hacer una Fundación, estamos ya avanzado en el tema para atender a mujeres agredidas en el pololeo, y estamos viendo el tema del terreno, tuvimos una reunión familiar, un sobrino va a hacer el plano de la casa, los otros vamos a ver cómo conseguirnos un terreno, y esto va a empezar en nuestra región, pero la idea es que existan muchas casas de éstas.

– Ya están bastante avanzados entonces, ¿la familia entera se ha involucrado en esto?

– Sí, para nosotros este golpe fue tan grande, que lo hemos encausado bien.

Publicidad

Tendencias