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Mariel Mariel: «Ni princesas, ni brujas, ni monstruos, ser mujer es ser persona»

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Para muchos se hizo conocida cuando el año pasado denunció públicamente un acoso que sufrió como estudiante de la Universidad de Chile. Lo cierto es que se fue a México, hizo carrera y se ha transformado en uno de los grandes exponentes de la música urbana latina.


Mariel Mariel creció con la música como elemento natural en su familia. Hija de uno de los fundadores de Santiago del Nuevo Extremo y ex músico de Inti Illimani, Pedro Villagra, desde pequeña hizo suyas las influencias folklóricas y latinoamericanas, desarrollando su talento en el canto y en instrumentos como la flauta traversa.

Hoy, está próxima a sacar su cuarto disco, tras el éxito de Foto Pa Ti, en el que se afianzó su «flow latino», estilo urbano cultivado en México donde se radicó a partir del 2009. Canciones como Noche a Noche, Macorina o la Misma Foto Pa Ti han sonado con frecuencia desde entonces. Y más.

Pero más allá de sus logros, la historia de Mariel Mariel está marcado -al menos en Chile- por un episodio develado el 2016, cuando en medio de la premiación en los Pulsar denunció una situación de acoso por parte de un profesor ocurrida mientras estudiaba música en la Universidad de Chile.

Ya de vuelta en casa, por lo menos más cotidianamente, hemos visto como sólo en este año estuvo de gira con Santa Feria y se presentó con artistas como Mon Laferte y Natalia Valdebenito, reencontrándose con la movida cultural y social chilena.

Además, es una declarada feminista y lo ha hecho saber tanto en sus letras como en sus actuaciones. Reivindicó los derechos de las mujeres en la marcha del 8 de marzo y participó en el Ruidosa Fest. » Ruidosa es ser parte de un movimiento que reflexiona a través de la música, ahí tenemos una misión, ejercer y analizar la sociedad desde el feminismo, como visión de futuro. Estar es un privilegio», asegura.

– Has vivido ocho años en México pero ahora te vemos bien seguido en Chile. ¿Crees que han habido cambios importantes en este tiempo tanto social como culturalmente?

– Creo que en Chile sigue siendo difícil hacer cultura: ejercerla, conducirla, gestionarla. Todo está en contra. Estamos lejos del mundo, somos pocos y cuesta ayudarse. Hay dos movimientos que me perdí en estos 8 años por vivir afuera. Uno es la fuerza que tomó la voz y acción de los estudiantes saliendo a la calle dispuestos a vencer con una idea clara y justa de educación sin lucro. El otro es la movida de la cumbia que ha crecido muchísimo y ahora está instalada en el circuito musical que atrae más gente cada semana. Se renuevan los códigos, hay muchos grupos que no conocía, uno de ellos hasta hace poco era Santa Feria. Tocando con ellos he podido vivir desde adentro la fuerza tropical en Chile.

–  ¿Cómo ves que se está desarrollando la movida musical en Chile y, específicamente. la de las mujeres?

– Me gusta que generamos espacios nuevos, que hacemos música desde otros lugares y estamos conscientes de que no queremos cumplir con lo que hasta ahora se ha esperado de nosotras. Ni princesas, ni brujas, ni monstruos, ser mujer es ser persona y a eso apela el incomprendido feminismo y la incomprendida comunidad LGTB.

Foto: Lollapalooza

Se presentó en el último Lollapalooza Chile, del que tiene una buena evaluación.»Me divertí mucho, la gente también y creo que eso es lo más importante al momento de revisar qué nivel de espectáculos estamos brindando. En Lollapalooza presenté un show que hace rato quería hacer con una banda de músicos brillantes, un batallón de baile e invitados de lujo, una muestra, para mi gusto, de lo mejor de estas tierras chilenas».

– ¿Cómo se gestó la participación de Natalia Valdebenito? ¿Crees que tienen una visión de la sociedad y del rol de la mujer similar?

– Fue de las primeras cosas que tuve claras cuando me convocaron para Lollapalooza: quiero rockear con la Nata en el escenario. Y la elegí esta vez como cantante, porque sé que a ella le encantan los desafíos y lo hizo increíble, tirando flow para rematar y todo. La canción Foto Pa Ti tiene ritmo, actitud, locura, crítica y coquetería, elementos que nos unen en lenguaje y sentido del humor. Admiro a Natalia, ella para mi es una escuela, tiene una manera propia para todo y eso me conecta, me deleita.

Foto: Instagram

– ¿Cómo has logrado darte un espacio en la música y qué te parece que tu trabajo sea cada vez más reconocido?

– Aprendiendo a ponerme desafíos propios y a valorar mi ritmo personal. Estoy jugando con el lenguaje, componiendo en estilo de “flow latino” el retrato de lo diverso y único que tiene ser una ciudadana latina en el mundo. Somos muchos los latinos, nos multiplicamos, nuestros genes fusionan la historia del mundo y eso es lo que hoy obsesiona a mi creación. Que sea reconocido me hace sentir tranquila de que se puede cumplir la excepción a las reglas. Me ha tocado recurrir desde ese lugar muchas veces.

 

Mariel Mariel se ha presentado en diversos países y ha compartido escena con artistas como Café Tacuba, Carla Morrison, entre otros. Recientemente, acompañó a Kinky en el último Festival Vive Latino en México. «El Vive Latino es muy masivo y  los artistas juegan mucho con las colaboraciones, puedes ver a gente de estilos muy distintos compartiendo en el escenario, es un ritual de fervor popular con espíritu rockero, México sabe mucho de cultura de masas».

Foto: Lollapalooza

El 10 de mayo del 2016, Mariel Mariel ganó el Premio Pulsar a la Mejor Artista y Disco de Música Urbana. Ese día, dijo públicamente al recibir el premio que había sufrido acoso de un profesor mientras estudiaba en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Tenía 19 años, estaba en segundo, y a pesar de ser una víctima, terminó con la matrícula cancelada. Las autoridades no le hicieron caso y ella terminó yéndose de Chile y no volviendo nunca más a esa casa de estudios.

– En los premios pulsar contaste el acoso que sufriste siendo estudiante de la Universidad de Chile. ¿Qué te parece que después hayan salido otros casos en otras facultades y que ahora exista un protocolo de cómo actuar ante las denuncias de acoso sexual en la universidad.

– Nunca tuve una respuesta formal de parte de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile por la nula protección que me brindaron cuando lo pedí, cuando pasé por una situación de acoso y de abuso de poder de parte de un profesor. Hace unos meses el programa Contacto buscó a las autoridades responsables en la Universidad, que se manifestaron de manera bastante vergonzosa: la Decana no quiso aparecer ni declarar y Luis Orlandini, Director de Comunicaciones, manifestó que mi caso en su momento «no ameritaba una investigación». Esto es grave porque valida el abuso. También dijo que «quizás» hoy podría ser distinto porque «los acosos hoy día tienen otra connotación» y una visibilización que ha permitido que se estudie de otra forma. Como si ahora hubiera que hacerlo por moda y no por ser un atropello a la integridad de personas, que además están en formación y bajo su cuidado. Me parece grave que estas personas aún sigan en sus puestos ejerciendo como altos cargos universitarios.

A la vez valoro la labor de Carmen Andrade y de todos los docentes que han asentando las bases de este protocolo, atento a prevenir y proteger. Lamentablemente no me tocó conocer a Carmen siendo alumna de la Chile, la historia de mi generación sería otra.

– Cómo ves el rol de la mujer en la sociedad chilena?

– Como un constante desafío. Estamos haciéndonos cargo de cambiar la mentalidad de esta generación. Un trabajo arduo, que a la vez es signo de evolución, aunque nos toque tener que dar demasiadas explicaciones por todo. Las mujeres actuales nos damos cuenta de que no estamos dispuestas a sufrir más atropellos y eso se está notando.

Creo que es importante el trabajo que cada una haga sobre la figura de los límites que demarcan nuestra seguridad y realización, anulada y desviada durante siglos.

Foto: Lollapalooza

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