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Puerto Gala: Un tesoro olvidado en los fiordos del sur de Chile Opinión

Puerto Gala: Un tesoro olvidado en los fiordos del sur de Chile

El secreto y el desafío de Puerto Gala comienza mucho antes de llegar. La travesia parte un poco más al norte, especificamente en Chiloé, en la ciudad de Quellón, cuando a eso de las 1 de la mañana se toma un ferry subvencionado por el estado, y después de casi un día de navegación se llega a este misterioso lugar, que tuvo su apogeo durante los últimos años de la década del 90’, cuando el loco y la merluza se sacaban a descriterio, porque no había plan de manejo, y los europeos pagaban un precio totalmente fuera de mercado.


Fue así como de a poco se fueron generando estos ranchos de nylon, (improvisadas carpas de maderas y plástico) y la voz se fue corriendo entre todos los pescadores de Chile. Comenzaba así el rumor generalizado, que en el sur de Chile se estaba viviendo lo que había sido la fiebre del oro en California, pero ahora eran los mariscos y pescados los protagonistas de esta locura.

Las piedras, bosques y aguas de Puerto Gala han sido testigo de una real historia cinematográfica, es por esto que el año 2001 el director chileno Andrés Wood hizo la pelicula “La Fiebre del Loco”, donde se cuentan estas mil historias en torno a estos productos. Como piedra inicial, y para contar la historia de Puerto Gala, debemos situarnos a la década del 80, cuando empezó a generarse la migración de distintos pescadores, seguiendo la lógica de los pescadores nómades de antes, Los Chonos, los que habitaron alguna vez por estos canales.

Llegaban los pescadores con sus embarcaciones, estamos hablando de los años 80, donde los motores fuera borda no existian, llegaban a una playa, armaban sus improvisados ranchos, y comenzaban la extracción de locos y la pesca de la merluza, con el método del espinel, así fueron llegando pescadores de todo Chile, principalmente de Puerto Cisne, Puerto Montt, Valdivia, Chiloé, hasta de Coquimbo. Los pescadores se quedaban trabajando durante 3 o 4 meses de manera intensa, y con eso se hacian buen dinero para su temporada. Esta locura y boom se mantuvo durante buenos años, hasta que de repente este producto colapsó y se empezó a ver las complicaciones de haber tenido una extracción no controlada y sostenible en el tiempo.

De estos puertos o asentamientos de pescadores se generaron muchos, por estas islas e infinidades de fiordos, pero con el pasar de los años los únicos que finalmente se convirtieron en algo más, fueron Puerto Gala y Puerto Gaviota, esto gracias a algunas gestiones de personas del gobierno, pero principalmente gracias al cura italiano Antonio Ronchi, un personaje muy querido y valorado hasta el día de hoy en todos los habitantes de la isla. Este cura fue el impulsor de generar instalaciones mínimas, tales como escuelas, consultorios, pasarelas y todo lo demás.

Hoy en día como población flotante existen cerca de unas 250 personas, en época de verano esto aumenta, porque los familiares vuelven a ver a sus familias. Algunas casas cuentan con TV satelital, y otros con wifi, esto para tener whatsapp, ya que no existe señal telefónica. La edad promedio de la gente debe ser de unos 35 a 40 años, existen generaciones nuevas de pescadores, pero en este puerto no destaca como en otras caletas de Chile. El método de esxtracción más usado es el espinel, que es una línea de unos 150 metros, que va con un peso en un extremo, y que cada 1 metro se le pone una carnada, esta trampa se mantiene un mínimo de 6 horas, y luego se recoje, para sacar la famosa y cotizada Merluza Austral.

Sus habitantes, buzos, pescadores y comerciantes están orgullosos de pertenecer a Puerto Gala, se sienten parte de la historia, es un lugar especial y único dentro de Chile, ya que su historia no tiene más de 30 años, por lo que es muy fácil encontrarse con los fundadores de está localidad, que te cuentan en carne propia como si vivió todo el proceso de migración, como fueron evolucionando las técnicas de extracción y cuales son los desafios que ellos tienen ahora, siempre enfocados en su principal actividad, la pesca artesanal, pero ahora dandole un leve giro, cautivando a los turistas, para que vean cómo es la vida de los pescadores, desde cómo duermen hasta como es tirar la línea al mar, su sacrificada vida, la recogida de las merluzas, y bueno al final claramente dejarse llevar por las preparaciones y olores de estos nobles productos de los extremos canales del sur de Chile.

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