Crítica gastronómica
Esta tradicional sandwichería cuenta con tres locales y, el de Pedro de Valdivia, casi al llegar a Andrés Bello, es su última representación. Tiene una terraza casi en plena vereda, que hace babear a los transeúntes con la exposición de helados shop o chorreantes sándwich con clásicas, sencillas y bien ejecutadas preparaciones.
En el salón abunda el espacio, puede alimentarse en sus mesones, la barra o pequeñas mesas de madera, todo en perfecto estado producto del buen mantenimiento y de ser una apertura reciente, llevan recién un año funcionando.
Métase a Tinder o fíjese en el personal que atiende en algún restaurante y notará el alza de extranjeros que han llegado a nuestra capital. Sean bienvenidos, necesitábamos cátedras de buen carácter y disposición. Algo mínimo para empezar a hablar de servicio.
La buena mayonesa casera, me gusta tanto, que pienso en qué untar sin que la estropee y, que mejor representante que las Papas fritas ($1.950) para comenzar.
Luego, el esperado sándwich: El pan, es como que le hayan quitado lo mejor del pampita y amasado. Conservando lo crocante del primero y el sabor del último. Creando un producto final con un sello único, que le deja a los ingredientes para el relleno, la pista de baile encerada. Barros luco ($6.990) con agregado de palta, que fue lo peor del sándwich pero no puedo decir mucho ya que fue mi agregado en la peor época. De bajativo se juntaron dos que saben mucho, el té y el pisco. Su mezcla se llama Malicia ($3.300) y le pasará como agua.
¡Dese una vuelta! Si es fanático de lo simple y bien elaborado, seguro valdrá la pena.
Av. Pedro de Valdivia 0149, Providencia.
Servicio: Bueno (72%)
Comida: Bueno (78%)
Ambiente: Bueno (70%)
Precio: De los $ 8.000 a $ 12.000
